La historia se repite bastante seguido en el mundo del espectáculo actual. Varias de las parejas de famosos de nuestra televisión tuvieron el mismo comportamiento. En situaciones donde el hombre es cuestionado ante una situación incómoda, optan por el silencio. Y son sus mujeres (o sus ex) quienes salen a cargar con el peso de la palabra, aportando aclaraciones y soportando las posteriores críticas.
Como si la empoderación de la mujer que se vive en los últimos tiempos no fuera del todo validada por sus parejas, son las acompañantes quienes deben salir a defenderse públicamente, mientras que al hombre señalado se le permite sentarse como un voyeur a seguir la escena, corriéndose del lugar central para ser un simple espectador más de la situación.
¿Ellas deciden colocarse en ese lugar o son ellos quienes -conscientes o inconscientemente- las ubican en esa exposición? “La pregunta es por qué las mujeres dan la cara por sus parejas, ¿por inseguridad, por necesidad de tapar algo, porque se sienten en la obligación?-, se interroga la psicóloga Elvecia Trigo, en diálogo con Teleshow-. Todas las exposiciones hoy son una gran Cámara Gesell, una terapia general donde se muestran los protagonistas, aceptan la opiniones de todos los que vienen de afuera y es todo un gran show”.
Laurita Fernández, Araceli González, la China Suárez, Pampita, Sabrina Rojas y Flor Vigna supieron enfrentarse a situaciones complejas, al tiempo que los varones cuestionados permanecieron en silencio. “Se traslada una situación que ellas viven en el ámbito doméstico al espacio público. Es la expresión de lo que pasa en la intimidad, y el reflejo de una situación desigual, de inequidad y desvalorización de las mujeres”, asegura la periodista especializada en género Florencia Alcaraz.
“Las mujeres salen como carne de cañón y no se dan cuenta de que los hombres se quedan cómodamente esperando que ellas se desangren, se desarmen y se destruyan. Se exponen a que ‘se les corte la cabeza’, no solo sus parejas sino toda la sociedad”, sostiene Trigo. El caso más cercano es la polémica que se generó con Laurita Fernández y Nicolás Cabré luego de una entrevista visual que brindaron a Teleshow. En la nota, hubo una consulta para la bailarina: “Sé que Nicolás tiene sus costumbres con el orden, ¿en qué momento lo querés echar de la casa?”.
“Hoy. Me retó porque no hice la cama. Me quedé dormida”, respondió Laurita entre risas, mientras que el actor, sonriendo, se justificaba: "No soy obsesivo. Si yo me voy y vuelvo y está la cama deshecha, siento como que no me quiere más”. Aunque el comentario lo hicieron en tono de broma, generó mucha discusión en las redes, ya que la actriz se había mostrado molesta por una situación cotidiana de la que su pareja solo se preservó, y guardó silencio. “Es lo que vive, por eso le salió natural”, señaló Alcaraz.
“Si hay maltrato, humillación o descalificación hay violencia de género, el hombre que denigra o controla a través del dinero a su mujer o a su ex genera una violencia psicológica a través del uso del poder del dinero”, sostiene Trigo. Y asegura: “Muchas veces se pierde la dignidad del lugar. Están tan costumbradas a la exposición que no registran lo que es la intimidad y lo que es la externidad. La que lo expone tiene necesidad de hacerlo público, dirime sus cosas en la pantalla”.
Cuando se trata de Benjamín Vicuña, la situación es reiterada. Primero fue con Pampita, quien debió salir a explicar el escándalo del motorhome a pesar de haber sido la víctima de una infidelidad. También lo hizo la China Suárez, en un móvil con Intrusos. El chileno, el tercero en este entuerto, nada dijo. La jurado del Bailando 2019 debió soportar otras situaciones similares, como la famosa pelea de con la actriz Isabel Macedo en una disco de Punta del Este, por un supuesto romance de la actriz con Vicuña. En estos días algo similar le sucedió a la China: fue ella quien habló con la prensa de su separación de Benjamín, respondiendo por por nuevas versiones de infidelidad de él. ¿Qué hizo el actor? Escogió el silencio, una vez más.
“La exposición del otro es desatención, falta de sensibilidad, despreocupación o desconexión. El hombre calla y en el silencio se protege, la mujer es la más expuesta en esa batalla de querer redimir al marido”, agrega Trigo.
El caso de Sabrina Rojas y Luciano Castro fue el más explosivo. Ella quedó en una postura de defensa cuando circularon fotos del actor desnudo, además de un chat privado con otra mujer. Sabrina aseguró que ellos eran “un bloque”, sin embargo, solo fue la actriz quien dio la cara en público, colocándose en el banquillo de los acusados (o cuestionados). Incluso fue la que recibió las críticas y debió soportar que se hablara de las infidelidades del actor hacia ella. Cuando la mendocina estuvo en Intrusos, en un momento hasta llegó a pedirle disculpas a Castro al aire por estar explayándose en sus explicaciones (sucedió cuando Jorge Rial la consultó sobre los comentarios que Pampita hizo sobre esas imágenes íntimas).
“La posición pasiva se ve en el caso de Luciano Castro... ¿por qué la deja ir al frente y que a la mujer le vayan todas las criticas o los ataques? Es una posición cómoda, en cuanto la mujer quiere tomar la parte activa. La mujer tiene esta característica de ser ella quien lo resuelve, yo lo puedo todo, y eso es lo que hay que desmitificar. Las mujeres no lo podemos todo”, añade la psicóloga. “Esto está cambiando en las nuevas generaciones. Los chicos de entre 20 y 30 años comparten muchísimo las tareas de crianza”.
“Fue una estrategia: se charló, se pensó y se decidió que salga ella a bancarlo a él”, asegura Alcaraz, quien además sostiene: “Se traslada lo maternal de cuidar, de proteger, de salir a dar la cara por los varones; es lo estructural del patriarcado, de ponernos a las mujeres en un lugar de cuidado del otro, cuando el otro está dañado o lastimado, o cometió un error. Es una actitud que replica los estereotipos de género en ese sentido, de ubicarnos como cuidadoras o protectoras. Y una actitud que a ellos también les refuerza sus estereotipos de género de no hacerse cargo”.
Flor Vigna debió aclarar varias veces su situación sentimental con Nico Occhiato, primero, y su vínculo amoroso con el coreógrafo Matías Napp, más acá, incluso justificándose de la decisión de ruptura ante los medios. Sí fue Napp quien anunció la ruptura... justo cuando ella la negaba. Ante la alta exposición, la flamante finalista del Bailando 2019 terminó quebrándose en llanto en una entrevista.
“Las mujeres tienen una tendencia de tener que dar explicaciones de todo y tener que justificar todo, toman ese bastión, ese lugar de explicar y explicar. En un contexto de show, que la exhibe, que recibe preguntas, se sienten en la obligación de dar respuestas”, agrega Trigo en referencia al caso de Vigna.
El caso de Valeria Bertucelli es totalmente distinto, aunque -como si fuera una paradoja- en esa oposición encuentra la ratificación. Ella señaló maltrato laboral de parte de Ricardo Darín -con quien tenía una relación de amistad- cuando eran compañeros en Escenas de la vida conyugal. El actor buscó aclararlo todo al día siguiente de la acusación pública de la actriz. Y en su momento, cuando Bertucelli había renunciado a la obra, la palabra y el peso de las aclaraciones también le correspondieron a Darín. Sin embargo, aquella vez -junto con la producción de la obra- no hizo más que colocarla en un lugar incómodo, según consideró la propia Valeria: “(Dijeron) que había tenido un romance (con Darín), que le había comentado a mi marido y me había sacado de una oreja”, recordó la esposa de Vicentico, quien tampoco obtuvo el apoyo de Actrices Argentinas.
“La mujer esta educada para poner el cuerpo. Es algo cultural. Desde el embarazo, la maternidad o el parto, sale a defender la cría, como si ese hombre fuera un chiquito al que hay que salir a proteger", señala Elvecia, haciendo una salvedad: "La posición pasiva del hombre tiene que ver con una actitud activa de la mujer, la mujer no le deja espacio al hombre para que salga de alguna manera a defenderse, ese es un problema de la mujer de querer cubrir todos los espacios”.
“La postura del hombre que no interviene no es pasiva, es activa: él ejerce una actividad en esto de no hacer nada. Es activa en cuanto decide no accionar, no proteger, no cuidar, no acompañar, no defender”, concluye la psicóloga.
Alcaraz sostiene que el hombre es quien debe tener otra postura frente a su mujer. “La actitud que deberían tener ellos es la de traicionar al patriarcado, y hasta decir que se equivocaron, si es que fue un error. Pero eso nunca lo van a hacer porque el hombre es el que no se equivoca, el que siempre tiene la razón, es el que es mas inteligente; todavía sigue operando la distinción entre primer y segundo sexo en un montón de construcciones sociales”, sostiene la periodista, que sostiene que para un hombre, “decir que se equivocó es un signo de debilidad”.
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