Casi que esta introducción está de más: no hace falta presentar a un artista como Cristian Castro. A sus 45 años, el mexicano vive un gran momento en su carrera profesional; está lleno de energía, y con muchas ganas de seguir componiendo y cantando. Vino a nuestro país como parte de un gira que prevé un show en el Movistar Arena, el 23 de mayo de 2020. La otra cara de la moneda es su presente sentimental: el cantante confiesa que se siente muy solo y reconoce que no es un gran padre. Asegura desconocer lo que esta viviendo su madre, Verónica Castro: no puede asegurar si se retirará de la actuación. Y se lamenta por no haber tenido a su papá presente.
—¿Como es llevar una vida arriba de escenarios?
—Es difícil. Hay que tratar de tener orden, hacer ejercicio, tratar de estar en condiciones, alimentarte bien. Es increíble cómo hay mucha deshora: siempre estás comiendo a la 1 de la mañana. Eso hace que pierdas mucho el orden de comer bien, de dormir bien. La verdad que inclusive vas perdiendo un poco el control. Pero me gusta perder el control por cantar. Me gusta tener este desequilibrio por hacer lo que me gusta.
—¿Qué es perder el control?
—Se puede perder el control porque cualquiera en esta carrera se puede perder en esos viajes. En historias donde no hay continuidad. Sobre todo, se pierde la continuidad en cada lugar. Yo te conozco a vos acá, podemos compartir un momento, podemos compartir días, pero bueno, después me tengo que ir, pierdo la continuidad con vos. Podemos seguir hablando, pero en general vamos a perder la continuidad. Ese perder la continuidad hace un vacío, obviamente, y hace un descontrol.
—¿Eso te pasa mucho en el amor?
—Sí. No es tan fácil lograr una estabilidad sentimental. Trato, eso es lo que busco: siempre estar enamorado, estar entusiasmado, tener una pareja que me signifique. Y bueno, es difícil. También yo soy exigente: quiero más de una mujer. Quizás yo no pueda darle tampoco más y ella también sea exigente, y entonces, me reprueba. Entonces, ambos nos reprobamos (risas). También es una molestia para mi pareja que haya seguidoras, y que haya muchas mujeres cercanas alrededor de este ambiente.
—¿Sentís que tenés todo en la vida?
—Tenerlo todo es tener familia y tener pareja, la verdad. Siempre que tengas una pareja que te guste, y siempre que tengas a tu familia, pues yo creo que vas a tenerlo todo. Luego viene la plata, que la plata es importante, el dinero es importante: los varones queremos hacer dinero para ofrecerle cosas a alguna mujer que queremos llevar a cenar, o queremos viajar con ella, invitarla a algún recital, a algún concierto. El dinero forma parte de este círculo de felicidad, quizás. Pero a partir de la familia creo que puede venir un buen trabajo, una buena formación, una buena educación. Y de ahí, un buen trabajo. Y de ahí, también una buena pareja. Vaya, se necesita más estabilidad quizás. Y hay muchos cantantes que lo logran, que logran bien tener su hogar. Son gente muy tranquila, que tiene las cosas bastante claras, y una firmeza, sobre todo. Eso es admirable.
—¿Es tu caso?
—No.
—¿No?
—No, no es mi caso. Yo no tengo tanta firmeza y no estoy tan decidido a ser feliz.
—¿Por qué?
—No me he decidido a ser feliz porque no he encontrado todavía la cima. La única cima no está en el trabajo, está en la pareja. Y no la he encontrado esa cima. O yo mismo no me la merezco. Cualquiera de esas dos: no me la merezco o no la he encontrado. No la he trabajado quizás. Me falta trabajar más esa cima de la pareja. Y solo así voy a sentir que puedo ser feliz. El tiempo real sobre todo de la vida, que es la pareja.
—¿Pero hoy no estás en pareja? Porque se habló de que tenías una novia, una colombiana.
—Quizás estoy contento, pero estamos apenas conociéndonos. Aparte, vive lejos. O sea, como te decía: es prácticamente un intento que se puede hacer. Pero es difícil lograrlo cuando los dos trabajos son lejos. Y hay que viajar. Es bastante peculiar. Ustedes, los medios, siempre van a estar muy exaltados tratando de escandalizar el tema de mi pareja, el tema hijos o el tema familia. A la prensa le gusta mucho escandalizar los temas íntimos, lo más que se pueda. Y bueno, a mí me parece aburrido, pero…
—¿Te molesta?
—No, no me molesta. Me parece aburrido. Crecí en un momento y en un lugar en el que no se hablaba, no se escandalizaba tanto con parejas ni con hijos, ni con nada de familia. Creo que es una tendencia del presente estar escandalizando parejas e hijos, matrimonios y divorcios. Vengo de un lugar más sencillo, donde no hace falta escandalizar ninguna pareja, ningún divorcio, ningunos hijos. Simplemente son cosas que no son tan relevantes, la vida íntima de ningún personaje. Porque esos son datos importantes acerca de la obra de algún personaje, pero no es tan relevante.
—Y en cuanto a las críticas, ¿cómo te llevas?
—Si yo me dedicara a preocuparme por críticas no haría muchos comentarios y no haría comentarios reales, como muchos de mis compañeros, que no hacen comentarios reales; solamente son robots que se cuidan y tratan de cuidar su perfil, y cuidar a la fanaticada. Les interesa mucho los seguidores, y quedar bien, y quedar bien, y quedar bien. Yo quiero quedar bien con mis canciones. Yo soy bueno cantando; hablando no soy bueno, y digo las cosas, digo comentarios reales porque soy una persona interesante.
—¿Lo notás mucho en tus colegas?
—Sí, lo noto en muchos colegas. Tienen miedo. Les tienen miedo a los seguidores. Le tienen miedo a perder algo, a perder algún prestigio, a no ser serios, a que no se les tome en serio, a no ser humanos. A verse mal, ¿no? Y a mí no me interesa verme mal. Ni no ser serio. Ni perder público ni ganarlo. A mí me interesan las canciones.
—¿Cómo sos como padre?
—La verdad, no soy un buen padre. No me considero un buen padre. Me considero un padre que cumple lo más que puede: estoy cumpliendo con el cariño que puedo dar, la compañía que puedo dar presente, de presencia. Pero no, no soy un padre entregado, no.
—¿Por alguna razón?
—Se dio así. Me entrego yo a la creatividad que tengo y a las ganas de hacer nuevas canciones. A ganas de hacer mis shows, a preparar mis shows. Un poco egoísta esta postura, como lo quieran ver, pero no soy tan aficionado, lamentablemente. Quisiera ser buen padre, quisiera ser más aficionado, quisiera ser más allegado, pero finalmente me gana la tensión en la canción que estoy haciendo, me gana la tensión del viaje que viene, me gana la tensión de lo que está sucediendo musicalmente.
—¿Tus hijos te reclaman algo?
—Yo creo que están contentos, saben que sentirme vivo es estar así. No podría estar contento siendo padre así, muy devoto, ahí, como veo a muchos papás que están muy devotos. Yo creo que ellos lo saben, entonces, claro que va a haber reclamos en el futuro, supongo, pero hoy no; hoy están con sus mamás, están en el colegio. Y yo trato de cumplir lo más que puedo. No soy un padre muy presente como te digo, no me considero un buen padre, me considero un padre que cumple.
—¿Cómo fue tu mamá con vos?
—Mi mamá fue excelente. Fue una persona muy dedicada. Salió a trabajar, se preparó. Es una persona que admiro mucho, que fue a la escuela, que estudió, que hizo su licenciatura, que hizo su carrera como actriz, una carrera también de diplomacia, una licenciatura. Una carrera de locución también: tiene su licencia de locutora. Es una persona que de verdad se ha esforzado por estar hasta arriba de todos sus compañeros, actores y conductores.
—¿Y podía hacer tantas cosas a la vez y ser madre?
—No. Yo crecí también con mi abuela, y eso fue, digamos, la mancuerna. Ella salía a trabajar, salía todos los días a hacer sus telenovelas, a trabajarse su teatro, a hacer su televisión, y yo iba al colegio también y estaba muy pendiente mi abuela. Gracias a Dios mi mamá contaba con mi abuela, y yo tuve esas dos manos, tuve la mano de mi abuela como madre de toda la familia y después a mi madre, que se encargó también de ser un padre proveedor, ¿no?
—¿Tu papá?
—Mi padre fue un actor también. Una historia muy linda entre mi mamá y él, dos actores. Mi mamá comienza en el programa de mi padre (Manuel El Loco Valdés), comediante, de una camada de comediantes así como la de (Alberto) Olmedo digamos. Un alma un poquito más libre. O sea, 12 hijos, yo soy el doceavo de mi papá. Y eran otros tiempos. Se enamoraron, me tuvieron y le agradezco mucho la vida a mi papá. Si no fuera un poco loco y no tuviera 12 hijos yo no hubiera nacido, porque yo soy el doceavo. Entonces me gusta también, eso se le agradezco. Ya le agradezco mucho el haberme traído con cariño, con una relación que le gustó a él, con una relación que le gustó a mi mamá también, y eso me encanta: que pude venir con amor.
—¿Pero te hubiese gustado que hubiera estado más presente?
— Claro, me hubiera gustado mucho un padre, como a cualquier persona.
—¿Tu madre se retiró?
—Sinceramente: no sé. No llevo la cuenta de nada. De ningún actor, de ningún artista. A veces me dan noticias y bueno, me encanta cuando son buenas, y cuando son malas no las escucho.
—¿Aun siendo su hijo?
—Realmente no sé el estatus de mi mamá en este momento. No sé si está activa, si no está activa. No lo sé. Ya estoy grande, no comentamos más que nos queremos mucho, que cómo pasamos el día, que si está todo bien. Nos damos las buenas noches, los buenos días, a veces nos mandamos memes. Pero no sé nada. No sé nada de cómo se maneje mi mamá. Yo vivo muy lejos de mi mamá, desde los 15 años, y ya estoy muy avanzado también en edad, así que no… Vaya, yo no le reporto nada y ella no me reporta nada a mí.
—¿Extrañás México?
—La verdad que no.
—¿Por qué?
—Me gusta estar en un lugar donde puedo caminar tranquilamente en la calle. Y bueno, no se extraña México porque no se puede hacer eso.
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