Camila Perissé estuvo este jueves a la noche en Quién quiere ser millonario, y se llevó 180 mil pesos. La actriz fue un ícono de los años 80 y una de las mujeres más bellas de esa década en el ambiente artístico, pero hace varias décadas decidió abandonar todo y cambiar a una vida mucho más sencilla y sin lujos.
La vedette estuvo en el programa de Santiago del Moro junto a su pareja de hace 31 años, Julio “Chino” Fernández y habló de su vida actual, radicada en Mariano Benítez, un pequeño pueblo de Pergamino. “Tardé tres horas en llegar hasta acá”, dijo al principio con humor.
Camila ganó la primera serie de las preguntas sin necesitar ayuda de ninguno de los comodines, y se alzó con los primeros 100 mil pesos, mientras habló de su larga y extensa vida. “Me cansé del medio y nos fuimos a vivir a Nueva York, pusimos un café, recogía cosas que tiraba la gente y lo reciclaba, y además soy artista plástica; estábamos muy bien hasta que sucedió lo de las Torres Gemelas y perdimos todo, yo tenia que estar en una de las torres pero no tuvo que ser”, señaló. Y agregó: “Estuvimos muy bien, me recibí de personal trainner, fue muy lindo, entonces nos fuimos a España, ahí el trabajó mucho, yo me iba a trabajar a Inglaterra era Broker inmobiliaria. La experiencia de Nueva York fue maravillosa”, sostuvo.
Verborragica y sin freno, Camila contó cómo conoció a su marido: “Estaba en un momento horrible de mi vida, muy sola, tenia una amiga francesa que me llevó a un boliche que se llamaba Crisis Bar; a mí me gustaba mucho la ropa de varón, entonces ella me presentó al dueño y yo le dije que me llamaba Carlos Fernández y el tipo me dijo que se llamaba Julio Fernández y al poquito tiempo ya estábamos juntos”. Y agregó; “Nos puteamos a la mañana, pero lo amo cada vez más”.
"Pasaron muchas personas por acá pero como vos ninguna, vos sos bien original”, le dijo Santiago del Moro sorprendido de su manera de expresarse.
El conductor le consultó sobre el destino de la plata ganada en el programa: “El Chino y yo tenemos un espectáculo muy lindo que ese llama ‘Los maestros’, él canta tangos y yo recito y cuento historias de mi vida. Hace un año que no laburamos. Tenemos muchos proyectos. Los vamos a usar para eso. Ya no estamos en edad. No va a haber un productor que me diga lo que tenga que hacer. Es para la autogestión”.
Camila tuvo una vida difícil. Su madre murió cuando tenía 14 años, y al poco tiempo falleció el papá: “Viví con mi abuela, pero salí al ruedo porque me dieron una educación maravillosa, mi padre era político. Cuando el murió yo tomé un bolso y me fui a Italia solita a los 18 años. Yo quería laburar. Había un restaurante divino que pedían jefa de cocina, yo no sabía nada pero les dije que me enseñen, y a los 15 días estaba laburando”.
La ex vedette contó que con su marido son budistas y que tienen muchos perros en su casa, aunque jamás tuvieron hijos. “No te veo porque hace 5 años que con el Chino no vemos televisión, te vi cuando estuve en la clínica”, le dijo a del Moro, quien le preguntó qué accidente tuvo para llegar a estar internada. “Estaba trotando en mi casa, entré, me resbalé y me caí, el Chino no estaba, mis perros estaban alrededor. Cuando me fui a levantar no podía, y como estaba tan furiosa hice todo mal; cuando el Chino llegó pensó que era viudo. Me rompí la cadera. Me hicieron un primera operación que me pusieron unos clavos y no funcionó, quede tipo Robocop, ahora me pusieron unas prótesis, pero duele", dijo la actriz que entrenó durante toda su vida y aseguró que levantaba muchos kilos: "Hacía mucha prensa y levantaba unos 250 kilos con los pies”.
Perissé contó además que tuvo una fuerte operación en Estados Unidos, donde le extrajeron el útero: “Cuando vivimos en Nueva York me hicieron una histerectomía total, me sacaron todo, para recuperarme rápido tenia que tener la parte baja bien, y estuve tres meses haciendo 1200 abdominales por día”, agregó
Para alzarse con los 130 mil pesos del juego, Camila utilizó el voto de la gente. Luego ganó ganó 180 mil al responder que John Kennedy tuvo un perro llamado Pushinka. Y aunque continuó jugando hasta el medio millón perdió y se quedó con las ganas.
"Cuando estoy sana venimos a la ciudad y el Chino canta tangos”, señaló Camila mientras su marido entonaba una canción de Cacho Castaña. “Yo no canto ni el feliz cumpleaños”, señaló la artista con humor. El conductor le consultó sobre su época de gloria, y cómo logró sobrellevar lo que significaba en el espectáculo como ícono sexual: “Nunca me enteré, si yo me hubiera enterado hubiera sido otra cosa, En mi casa me educaron con la belleza interior, y con esa laburé muchísimo”, dijo la artista, quien señaló que el público que la seguía es “lo mejor que me dejó esa época”. “La gente tiembla y me reconoce, la gente me recuerda”, agregó, y contó una anécdota de una mujer que la cruzó en un supermercado en Buenos Aires y le dijo que tenía recortadas y guardadas cuatro frases que Camila había dicho en una entrevista en Revista Gente. “Es muy fuerte. Sin ellos no hay nada. Se acuerdan mucho de cosas que yo he dicho”, agregó.
“¿Tocaste fondo?", le consultó Del Moro, y Camila sin dudarlo respondió: “Muchas veces pensé en irme, sí algunas veces he pensado, estaba solita, muy mal, pero soy mas útil en este infierno de acá que allá arriba. La gente siempre me ha adorado pero la gente del medio no tanto”, sostuvo.
Camila también contó que una vez le ofrecieron 35 mil dólares por una cena, pero que ella se negó a aceptarla, y que jamás aceptó plata por sexo. “En la vida hay que jugarse”, señaló Perissé mientras respondía la última pregunta, por la que finalmente perdió.
Recién operada de la cadera, Camila y el Chino se retiraron del estudio lentamente, mientras el conductor se despedía hasta el próximo programa.
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