Las modas pasan. Eso sucede con la ropa, con los looks, y también con los nombres. En algún momento todos fueron Carlos, Rosa, Juana o Pedro. En otros tiempos Raúl, Roberto, María, José, Mirtha o Marta. En las últimas décadas reaparecieron los Agustín, Sofía y Valentín, olvidados durante varios años. Y, claro que también, llegaron los Brian, Kevin, Dylan, Melody y Melanie.
Desde la última reforma del Código Civil en el año 2014, en la Ciudad de Buenos Aires está permitido poner cualquier nombre a un recién nacido, sin necesidad de que el mismo se encuentre en alguna lista oficial del Registro Civil -como sucedía con anterioridad- ni la obligación de solicitar una autorización especial ante el organismo para aceptar nombres extraños. Ahora, los padres -para bien o para mal- tienen vía libre para elegir el nombre de sus hijos, sin importar el origen del mismo: la única limitación es que no “lesione el honor” del bebé ni resulte ofensivo para terceros.
Los famosos no son exentos a esta moda mundial, que -gracias a la modificación legal argentina- permite que los padres decidan cualquier tipo de nombre para sus hijos, sin demasiadas restricciones para su elección.
Mike Amigorena sorprendió hace algunos días cuando señaló que la hija que tendrá en poco tiempo se llamará Miel. Cuando le consultaron el motivo de la elección del nombre, el actor referenció que a una amiga de su señora la apodan de esa manera, y cuando lo escucharon no dudaron de que les gustaría nombrar así a su pequeña, que hasta ese momento iba a llamarse Fedra.
Marcela Kloosterboer es una de las actrices que rompió la tradición familiar. Ella y su marido, Fernando Sieling, llevan nombres clásicos. Sin embargo, decidieron bautizar a su hijo más pequeño, nacido en mayo de este año, con el nombre de Otto, de origen alemán, que significa “el señor de la propiedad”, “el dueño de la riqueza”, tanto espiritual como material.
Una de sus mejores amigas, Agustina Cherri, acaba de tener a su tercer hijo al mundo, fruto de su amor con Tomás Vera. La niña se llamó Alba y nació en octubre de este año. La actriz ya tenía dos hijos anteriores, de su relación con Gastón Pauls, que también tienen nombres poco comunes: Muna y Nilo. Alba quiere decir “aurora”, la que despierta y pasa de la oscuridad, a la luz.
Violeta Urtizberea fue otra de las “estrellas” que fue mamá durante este 2019, y en la elección del nombre de su hija hizo como un cierto juego de colores, donde plasmó su propia impronta en la denominación a su beba. La niña, que nació en septiembre, se llama Lila, un color derivado de las tonalidades del violeta.
La China Suárez es otra de las mujeres de la farándula argentina que logró imponer nombres distintos para sus dos hijas. La más grande, hija de Nicolás Cabré, se llama Rufina. Mientras que la pequeña hija de Eugenia y Benjamín Vicuña tiene el nombre de Magnolia. El nombre de la niña generó controversia en las redes, ya que la flor de magnolia es blanca, nombre que tenía la hija de Vicuña y Pampita, fallecida a los 6 años de edad. El actor chileno hizo frente a los comentarios y habló sobre la elección, aunque no especificó si estaba relacionado con su hija mayor. “El nombre nos encontró a nosotros, es maravillo. Es un tema hermoso de Eric Clapton. Los que conocen algo de su biografía lo pueden entender”, dijo, haciendo alusión a otro episodio trágico, cuando el famoso músico sufrió la pérdida de su hijo Connor a los cuatro años y medio, en 1991. Y además agregó: “Dante Spinetta tiene un tema hermoso también. Es una película increíble, que debe ser una de mis favoritas. Es una flor hermosa. Entonces, ¿por qué no? . Hoy, con un mes de vida, la mirás y no se puede llamar de otra forma que Magnolia”, había señalado el actor chileno a pocas semanas del nacimiento de su beba.
Indalecio es el nombre que escogió Luli Fernández para su primogénito. Lejos de las críticas, la conductora señaló el motivo de la elección de ese nombre: “Estábamos en pleno proceso de búsqueda. En un lapso muy corto de tiempo, en dos oportunidades distintas, nos topamos con el nombre de manera muy clara. Yo no lo había escuchado jamás. A las pocas semanas me enteré que estaba embarazada. De curiosidad busque qué significaba Indalecio. Allí me encontré con su definición: enviado/mensajero de Dios. Si era varón, así se iba a llamar“, relató.
El caso de Leticia Brédice es quizás uno de los pioneros en el espectáculo argentino, en una época donde debía pedirse autorización para registrar un nombre fuera del listado. El niño, que hoy tiene 12 años, se llama Indio, un nombre que la actriz eligió porque “se movía mucho en la panza”. "Indio es muy educado, entiende por qué se llama así, que no es para que salga a pelear ni porque es un rebelde”, señaló la actriz en una entrevista.
Similar es el caso de los hermanos Arana, hijos de Facundo y María Susini: India, Yaco y Moro. El nombre de la primogénita lo eligió la recordada actriz uruguaya China Zorrilla. “La idea fue de ella, porque siempre me preguntaba: ‘¿cuándo nace esa india?’. Y como no encontrábamos nombre que pegara con Arana, mi apellido tiene muchas 'a', empezamos a decir India muy tempranito”, había comentado el actor en una nota periodística.
Otros casos de famosos con nombres distintos son Leonora Balcarce y su hijo Vinicius, Natalia Oreiro y su hijo Merlín Atahualpa, Nicole Neumann y sus hijas Allegra, Indiana y Sienna, Floppy Tesouro con Moorea, o Rocío Guirao Díaz y sus hijos Aitana, Indio y Roma.
Los nombres “distintos” entre los hijos de famosos se repite cada vez con mayor frecuencia. En muchas ocasiones reciben críticas de sus fans, y en otros casos se convierten en tendencia. Pero de lo que no hay duda es que todos serán de una nueva generación, donde en los colegios los “raros” serán Juan o María.
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