“Construyan puentes, no muros”, es, tal vez, una de las frases que pasarán a la historia como las más memorables del papa Francisco. Así lo piensa Jonathan Pryce, el actor de 72 años nacido en el Reino Unido que le da vida a Jorge Bergoglio en su etapa previa a ser el sumo pontífice de la iglesia. En una charla con Teleshow, el artista -que también compuso otro personaje emblemático para Argentina, Juan Domingo Perón en el musical Evita- afirmó que sintió una empatía directa con Francisco: “Él dijo a lo largo de su vida muchas cosas que a mí me hubiera gustado decir acerca de la ecología y la economía, también”, dijo Pryce, que además contó que lo que más le costó del personaje fue decir algunas palabras en español.
Los dos papas recrea una imaginaria charla entre el papa, de ese entonces, el alemán Joseph Ratzinger, que tomó el nombre de Benedicto XVI, y del argentino Bergoglio. Hombres con dos posturas casi opuestas sobre los temas eclesiásticos y con muy pocas cosas en común. La mirada conservadora de Benedicto versus el punto de vista más elástico del argentino confluyen en este film centrado casi en exclusividad entre los diálogos e intercambio de opiniones de ambos.
Sin dudas el estreno en la Argentina se vive de una manera muy especial: el recorrido por la historia de los últimos 40 años de nuestro país y el emblema mundial en el que se convirtió el actual papa hacen que acá en el fin del mundo -como reflexionó Francisco en el discurso de anuncio de su papado- se sienta cercano y propio.
En su etapa de adultez, Francisco se muestra a través del film como lo vemos habitualmente, sonriente y simpático. Sin embargo, en la época anterior a sus 60 años, el perfil de Bergoglio era muy distinto. Juan Minujín (El marginal, 100 día para enamorarse) fue el elegido para dar vida a sus inicios como sacerdote. En diálogo con Teleshow, el actor cuenta que tal vez el aspecto más difícil de lograr fue el de la seriedad del personaje en esta etapa.
“Bergoglio era un tipo muy circunspecto, que no sonreía nunca”, dijo Minujín, y reflexiona que eso fue lo que más le costó.
Pero el hombre que nunca reía contaba con una historia detrás, que la película muestra en forma completa. Durante la última dictadura militar, Bergoglio vivió una situación con sus compañeros jesuitas que fueron secuestrados y torturados por las fuerzas paramilitares. La película de Meirelles muestra el vínculo del ahora papa con Eduardo Massera y la acusación que recibió de parte de sus pares de ser un entregador. Pero también nos acerca la idea de que el entonces sacerdote quiso salvarlos pero sus compañeros lo desoyeron.
La polémica no se esquiva en ningún momento, y este aspecto más dramático de la vida de Francisco se muestra con franqueza y sin tapujos. Por eso Los dos papas es una historia de redención y de búsqueda de perdón.
Fernando Meirelles (Ciudad de Dios) es el director brasileño que está detrás de este proyecto de Netflix y nos contó que el verdadero mensaje de la película es que se trata de “una historia de tolerancia, de culpa y perdón". "Y creo que el mundo está precisando mucho de esas cosas, entonces es una película que le toca a mucha gente”, dijo en castellano, mientras Jonathan Pryce, que se encuentra a su lado, asiente con su cabeza.
En Los dos papas se encuentran también dos visiones antagónicas sobre la Iglesia, de cómo dos hombres deben cargar el peso de la institución más antigua del mundo y de qué manera intentan otorgarse un momento de misericordia.
Con fecha de estreno en la plataforma para el 20 de diciembre, este film tiene muchas posibilidades de llegar a la carrera de premios que se anunciarán en las próximas semanas.
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