La aparición del video de la fallida grabación en la que Lidia Pinky Satragno se queda dormida, generó una serie de polémicas que calaron hondo en el ánimo y la deteriorada salud de la conductora. Y no estaría en condiciones de grabar el último programa de su ciclo Memorias desordenadas. Será su sobrina Kari Araujo quien estará a cargo en la última emisión de la saga de 10 capítulos previstos.
Su hermana, Raquel Satragno, explicó que no está en condiciones de hacer un programa más. "Tiene un parkinson progresivo que se acentuó durante el proceso de grabaciones del programa”, contó en Confrontados, por El Nueve. Y su hijo, el músico Gastón Satragno, afirmó, en el ciclo Los ángeles de la mañana, de El Trece, que además la legendaria locutora padece un “principio de alzheimer”.
La polémica mediática suscitada a raíz de la viralización del video de Pinky afectó muchísimo a la conductora, quien siguió por televisión todo lo que se iba diciendo sobre ella en los medios. Internada por unos días en el Sanatorio de Los Arcos, su salud logró estabilizarse y volver a recuperar movilidad tras un paso por la clínica de rehabilitación de Palermo, en la que también hizo terapia ambulatoria Cacho Fontana.
Gracias a esa recuperación, la conductora pudo volver a caminar y a realizar apariciones públicas, asistir a eventos como el Martín Fierro o, días atrás, la tapa de los Personajes del Año de la revista Gente. Además, acudir cada semana a grabar su programa en la Televisión Pública, su mayor deseo para despedirse del medio que le dio tanto, y al que le dio su vida entera.
“Tiene una enfermedad que surgió prácticamente cuando comenzaba este programa -contó su hermana-. Antes se sentía mucho mejor; después apareció un Parkinson que le dificultó más el habla y la ha consumido un poco. Esto le dio vida y fue muy feliz con todas las visitas que tuvo. Todos los invitados (al programa) le demostraron su amor y cariño. Esta semana estuvo en la tapa de personajes de Gente y fue feliz reencontrándose con Mirtha (Legrand), Susana (Giménez), con todos los famosos que la conocen y la quieren. Ella disfruta cada cosa que hace y merece respeto; hay muchas generaciones jóvenes que no saben quién fue. Me duele verla así porque ella ha sido tan hermosa. Ella estaba bien cuando esto empezó, pero la muerte de su hijo Leonardo fue un disparador tremendo. Encima el Parkinson avanza semana a semana de manera tremenda. Ella se está despidiendo”.
“La veo todos los sábados desde casa y lloro en cada corte porque veo las imágenes de ella y que el tiempo ha sido cruel. Pero Pinky sigue porque quiere cumplir con lo que se comprometió. No es por una necesidad económica, ya que son los últimos programas y no va a cambiar nada. Eso sí, siempre dije que ella no tiene una jubilación digna, sino la mínima, pese a que trabajó en el Estado, con la Secretaría de Acción Social y hasta fue diputada de la Nación, y trabajó encima con este Gobierno. Y que no hayan tenido la consideración de darle una jubilación digna... Fuera de su jubilación, ella no tiene ningún otro ingreso. Tiene dos departamentos y es tan madre que en uno de ellos viven sus nietos. Además, tiene personal que la cuida noche y día y ese es un gasto fijo enorme. Su problema económico no lo va a resolver, salvo que venda una propiedad”, contó Raquel.
"Queda un solo programa y no se si va a grabarlo. No le gustó nada esto que pasó. Estaba en el sanatorio Los Arcos y vio todo por televisión. Pinky siempre fue un ser tratado con amor. La gente siempre le agradeció todo y creo que esta es la primera vez que aparecieron comentarios indignos. Ella merece solo amor. A mí me gustó verla en su programa. Si está cumpliendo su deseo y se está despidiendo de la gente, ¿Por qué no hacerlo? ¿Qué problema hay? Hace dos años no podía moverse de la cama si no la ayudaban. Este año, antes de su programa, vino a visitarme caminando. Y yo no lo podía creer”.
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