Tras nueve días de internación por una infección generalizada producto de la mala colocación de una sonda vesical, Carlín Calvo se recupera favorablemente y en los próximos días podría ser dado de alta.
“Está todo mucho mejor por suerte y más encaminado”, dijo Javier Faroni, amigo incondicional del actor a Teleshow y dijo que “si Dios quiere” en los próximos días el artista podría volver a su casa, donde unas enfermeras lo asisten.
El productor teatral dijo que hay que esperar el nuevo parte médico a ver si sigue “la tendencia”, pero aseguró contento que Carlos está “mejor de ánimo y a su forma más comunicativo”.
El último informe emitido por el sanatorio el pasado martes aseguraba que el actor se encontraba “en estado delicado y pronóstico reservado” y que presentaba un “cuadro de sepsis severa secundario a una infección urinaria”.
El protagonista de ciclos aún recordados como Amigos son los amigos, tiene 66 años y en la última década sufrió dos accidentes cerebrovasculares. El primero fue en 1999, cuando luego de estar internado en el Instituto Argentino del Diágnóstico viajó a Cuba para realizar un tratamiento. En el 2001 pudo regresar a la televisión con El Hacker y en el 2003 fue uno de los protagonistas de Costumbres argentinas.
En el 2010 sufrió un segundo ACV, minutos antes de salir a escena en la obra Taxi, que estaba realizando en Mar del Plata. Desde ese entonces, el actor realiza rehabilitación y se encuentra al cuidado de un grupo de enfermeras que lo asisten las 24 horas.
“Yo estaba en Mar del Plata con mi papá, estábamos los dos solos. Era el estreno de Taxi 2. Ese día él había estado dudando con la letra y en el ensayo no le había salido tan bien. A la noche, yo estaba entre el público cuando sale Diego Pérez al escenario y dice que un actor había tenido un imprevisto. Yo ya sabía que era mi viejo”, recordó con dolor Facundo, el hijo del actor que hoy tiene veinte años a Teleshow.
Sobre la salud de su papá, había dicho: “Son días. Hay días que tal vez no conecta y no habla tanto. Yo trato de ir y hacerlo reír. Hay momentos en los que me pongo mal y trato de no pensar y digo ‘lo tengo acá’, si puedo hacer que se ría un rato, ya está”.
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