Es una de las “hijas” más conocidas del ambiente artístico argentino. Pasó por todos los sets de televisión y las tablas de teatro. Tuvo su época de adolescente rebelde, y hasta tocó el límite en adicciones de las que le costó salir. Pero supo sortear las vicisitudes, fortalecerse de sus conflictos familiares y rearmarse como persona y profesional. Hace varios años que pasó la prueba y demostró que es mucho más que la hija de Moria Casán y Mario Castiglione. Sofía Gala es una de las mayores revelaciones artísticas de los últimos años y, lejos de relajarse por el éxito obtenido, apuesta a crecer y mejorar cada día más.
“No estoy nerviosa, pero tengo la expectativa y la felicidad de que la película salió a la luz”, señala la actriz en diálogo exclusivo con Teleshow, a días de haber estrenado El cuidado de los otros, la película escrita y dirigida por Mariano González que la tiene de protagonista, en donde recrea a una niñera que en un simple descuido se enfrenta con la tortura de haber puesto en riesgo la vida del niño que estaba bajo su cuidado y deja de ser parte de una familia que la cobija, para ser una desconocida que afronta acciones judiciales por parte de los padres del pequeño.
“Tengo la suerte de no ser productora ni directora de mis películas, solo la actriz. Mi trabajo termina cuando dejo de filmar, sino sería muy difícil emocionalmente para mí estar pegada hasta el estreno”, asegura Sofía, quien vio la película terminada recién en el Festival de Cine de Mar del Plata -realizado en inicios de noviembre- a pesar de haber terminado de rodarla varios meses antes.
“Cuando elegís hacer un papel escogés atravesar una historia, una cantidad de tiempo, sentís todo lo que el personaje siente, tenés el desafío de querer y poder hacerlo”, dice sobre lo que la lleva a aceptar un trabajo. “En el momento en el que el guión aparece lo empiezo a trabajar desde las emociones, no soy una actriz de método. Cuando me llega lo empiezo a sentir, me empiezan a pasar cosas”, señala. Y dice que en este papel aceptó la propuesta ya que “la primera impresión fue cuando leí el libro al tener una sensación de opresión, tensión, nervios, no fue tanto del personaje sino lo que me provocó la historia y lo que le iba a pasar y atravesar Luisa, con todos los días de incertidumbre, de culpa, de tristeza”.
“Me cuesta verme, no soy de observarme más de una vez en un trabajo porque empiezo a detectar cosas para mejorar, que hubiera hecho de otra manera. Trabajo mucho con lo intuitivo y lo emocional, entonces una vez que pensás, analizás y racionalizás el trabajo lo ves de otra forma”, señala la actriz.
Sofía tiene mucha vida vivida y es madre desde muy joven. A sus 20 años nació Helena y a los 26 lo tuvo a Dante. Separada de ambos padres, asegura que maneja bien la relación con ambos y trata de mantener firmes sus vínculos. “Tengo la suerte de llevarme muy bien con el padre de mi hija y de tener una buena relación con el padre de mi hijo. Con el de la nena mucho más, con el del varón es más reciente pero lo intentamos todo el tiempo. Por algo los elegí, por algo me eligieron ellos a mí. Son personas muy especiales y no hay mucha gente en el mundo con la que uno se pueda vincular. Creo muy fervientemente en sostener los vínculos con la gente que uno encuentra y es importante para uno”, sostiene. “Me encanta ser mamá, siempre quise serlo. Dante y Helena se aman, se llevan súper bien y se defienden mutuamente. Incluso cuando me enojo con alguno, se cuidan mucho entre ellos”, sostiene la actriz, que también afirma que se equivoca mucho en el día a día de sus hijos aunque trata de aprender de sus propios errores. “Todo el tiempo tenés culpa de enojarte con ellos en un momento y darte cuenta de que por ahí estabas enojada con vos. Todo el tiempo cometo errores con mis hijos, y tiene que ser así porque estas lidiando con otro ser humano”.
Dante y Helena ya la vieron actuar en teatro y ella asegura orgullosa que le gusta mostrarles a lo que se dedica su mamá y que entiendan su trabajo: “A ellos les encantó. Les gustó verme y saber qué hago cuando me voy de casa. Los dos aman el arte. Les encanta ver cine, escuchar música”.
Su relación con Moria Casán, su madre, tuvo diversos vaivenes. De chica la acompañaba en sus trabajos pero la adolescencia generó un fuerte corte entre ellas. Hasta llegaron a pelearse en un programa que hacían juntas, Malas muchachas, cuando la joven llegó tarde a la grabación y la diva pidió que la echen. Pero la vida las acercó, en la actualidad se aceptan en las diferencias. Incluso, la conductora de Incorrectas suele mostrarse orgullosa del camino profesional que tomó su hija en los últimos tiempos: “Siempre me gusta que me vea en los trabajos, mas allá de que le encanta todo lo que hago es una profesional y trabaja en el mismo rubro que yo. Nunca son devoluciones malas, todavía no me sucedió que no le guste alguno de mis trabajos o que me haya tenido que decir algo mas incómodo. Es importante tener gente alrededor que te diga la verdad”.
Sofía no hace yoga porque dice ser muy ansiosa, tampoco terapia porque asegura que no le sirve: “Nunca me hizo sentir cómoda ni me hizo sentir bien ir al psicólogo. Soy una persona muy autoanalítica y me analizo todo el tiempo, además hablo mucho con la gente que está a mi alrededor”. Y señala que su descarga pasa por su trabajo: “Mi terapia es la interpretación. Por suerte trabajo de lo que amo, la interpretación es un envase que tiene que pasar por un montón de lugares e historias que no son las tuyas, en ese momento me siento liberada; es el mejor canal para la descarga”.
La actriz no escapa a ninguna pregunta, y lejos de no querer entrometerse en política, señala su opinión sobre el presidente electo, Alberto Fernández, y de la realidad económica y social que vive la Argentina: “Tengo las mejores expectativas. Necesitamos un presidente y un gobierno que estén a la altura de nuestro país. Creo y espero que Alberto lo esté. Según el camino que propone recorrer está mucho mas ceca que el gobierno anterior de acuerdo a lo que yo quiero de mi país”. Y no escatimó en hablar del cimbronazo social y político de los últimos meses: “El que no sintió la crisis no vive en este país”. Y hasta se disgustó por los titulares periodísticos: “Leer los diarios no es comprometerse, para mí en los diarios no está lo que sucede, vivo en este país, miro las cosas que pasan, no hace falta leer una noticia para saber lo que está pasando, el simple hecho de vivir, de apostar, de trabajar en este país, de mandar a tus hijos a una escuela de este país… El que no entiende y no puede contemplar lo que hay alrededor es el que no quiere ver. No creo que sea necesario una noticia o un diario para saber lo que pasa. Incluso siento que está todo tan polarizado que no es el momento de confiar en los titulares de ningún diario”.
“Me duele que seamos un país en el que podríamos vivir todos con dignidad, que podríamos tener todos un plato de comida y educación, que podría no tener niños muertos de hambre, y me duele como está divido todo y mal distribuido, creo que es algo mundial que pasa, todo es para unos pocos y los demás que se curtan”, sostuvo. Aunque auguró tener esperanzas en las nuevas generaciones: “Creo en este mundo. Más allá de lo pesimista que puede ser mi mirada sobre un montón de cosas, apuesto todo el tiempo: tengo hijos, sobrevivo, trabajo, me enamoro, hago amigos... Eso es porque uno cree y confía en que las próximas generaciones sean más inteligentes que nosotros y lo resuelvan”.
Sofía se nutre de sus relaciones. Asegura que para ella el amor y la amistad “son todo”, y que cada amigo que elige es su "familia elegida”. “Son muy importantes para mí, los respeto y los amo muchísimo y vivo con ellos y para ellos, son los tíos de mis hijos. Tengo pocos amigos, algunos de muchos años; creo que no todos los amigos son necesariamente para siempre, hay gente de paso y eso no significa que sean menos importante que los otros; todos quedan, nada más que cambian de lugar”, asegura. Y agrega: “El amor es parte de mi vida”.
Ella asegura que su relación con sus hijos está “en proceso", y agrega: "Aparte de vivir con ellos, tenés la responsabilidad de criarlos, de educarlos y uno no tiene idea de cómo educar a un hijo. No nace sabiéndolo, ese es el proceso de poder perfeccionarnos cada vez más para tener la mejor relación que podamos con ellos”.
La actriz volverá este verano al teatro con Chicas Católicas en la temporada de Buenos Aires. Además, está terminando de filmar la película Existir, de Gabriel Grieco, y se prepara para varios proyectos que tiene en carpeta para el 2020 en cine y teatro, además de varias series en oferta. Asegura que todos los trabajos le gustan, aunque “el que más natural me sale es el cine pero son tres métodos de trabajo distinto y crecés mucho con todos. No hay un lugar donde mejor me sienta, transito los tres lugares de distinta manera pero son totalmente necesarios para poder crecer y hacer lo que amo”.
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