Las tragedias del KPop y su máquina de hacer estrellas

Goo Hara, cantante y actriz surcoreana, murió a los 28 años y se suma a una lista de artistas del mismo género también fallecidos en medio de un mar de dudas, ambiciones y presión

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Referentes del Kpop
Referentes del Kpop

Los números mandan y en 2019, de los cinco videos más exitosos de YouTube, dos pertenecen a grupos de KPop. De modo que Blackpink y BTS compiten en las grandes ligas con artistas consagrados que llevan años en el negocio de la música. El top five es así: Blackpink, con “Kill This Love”, 56,7 millones de reproducciones; Ariana Grande, con “Thank U, Next”, 55,4 millones; BTS “IDOL Official”, 45,9 millones; Taylor Swift, con “Look What You Made Me Do”, 43,2 millones y Eminem con “Killshot”, de 38,1 millones. Y les ganan en una competencia que se mide, principalmente, dentro de las primeras 24 horas desde que se lanzó el video. La velocidad en la que avanza el KPop y el modo en que viven sus artistas no tiene freno.

El estilo es más que un género musical, el KPop se ha convertido en un modo de vida y en una manera de hacer negocios. Surgió en Corea del Sur en la década del noventa y penetró lenta, pero efectivamente en el mercado occidental y de un modo impactante en el de habla hispana. Los representantes de este estilo, denominados “idols”, son chicos moldeados por una agencia de talentos. Los preparan como si fuera un auto de carrera durante años, hasta que los lanzan. Y no todos tienen la suerte de BTS o Blackpink, muchos quedan en el camino frustrados para siempre. El KPop es mainstream o no es.

Quedar del lado de adentro, gozando de la fama, el dinero y los beneficios que trae convertirse en un “idol”, tampoco es un parámetro de bienestar. Llegar a la cima es difícil, mantenerse es peor. Y desde la oscuridad, también los números mandan: desde 2017 a la actualidad ya son cuatro los cantantes de KPop fallecidos en extrañas circunstancias, que incluyen el suicidio. Jóvenes lindos y exitosos que dejaron rastros de tristeza y desesperación, ocultos detrás de los likes.

La última víctima de esta industria minuciosa e inflexible, fue Goo Hara, la artista que falleció la semana pasada a los 28 años. Se había hecho famosa por ser integrante del grupo Kara, de 2008 a 2016, también se presentaba como solista y trabajaba como actriz. La policía coreana encontró el cadáver de la chica en su casa de Seúl. Se descartó que hubiera sido un homicidio, pero está en duda que ella misma se haya quitado la vida. Goo Hara había sufrido de depresión y ya se había querido suicidar en mayo de este año. En esa ocasión, trascendió que su manager la había encontrado encerrada en su casa y prácticamente asfixiada por el humo. Después de ser atendida y hospitalizada por varios meses, había vuelto a actuar hace poco. Hara ya no estaba bien.

“Secret Love”, Kara

Su vida privada se veía afectada constantemente por su vida pública. En 2011, empezó a ser atacada por los fans del grupo Beast, por ponerse de novia con Yong Jun-hyung, uno de sus integrantes. Después, salió con el ex futbolista Choi Jong-bum a quién terminó demandando por agresivo. Hara no solo sufrió maltratos durante la relación, sino que después de cortar, él la intimidaba diciendo que iba a publicar videos sexuales y fotos personales de cuando estaban juntos. La Justicia actuó y le dio al agresor, una condena por un año y medio de prisión y tres años de libertad condicional.

La depresión de Hara no mejoró, hace poco más de un mes, falleció una de sus mejores amigas, Sulli. También referente del KPop, la joven de 25 años se suicidó y fue encontrada por su representante. Es una constante en estos casos la presencia de quienes manejan las carreras de estas estrellas, nunca un amigo, un familiar cercano. Sulli se llamaba en realidad Choi Jin-ri y aunque comenzó cuando era muy chica haciendo papeles pequeños como actriz, se hizo conocida en 2009 al sumarse a F(x), un quinteto femenino de KPop. “Estoy física y mentalmente agotada por los comentarios negativos y falsos rumores”, dijo en 2014 y eligió tomarse un año sabático. Luego decidió abrirse del grupo y dedicarse a su carrera como actriz.

Sulli quería salirse del molde, se proclamó defensora del feminismo, se mostró a favor del aborto legal en su país y se exhibió sin corpiño en redes sociales como un último acto de rebeldía. Pero la presión era más fuerte, por un lado, la de sus seguidores que la querían ver perfecta, activa, indestructible. Por otro lado, el rechazo de los haters que no dan respiro. Y en el medio, un sistema más apto para un robot que para un ser humano, con entrenamientos exhaustivos, dietas rabiosas e incluso cirugías para mejorar su aspecto y acercarlo a lo que la audiencia pretende de ellos.

“Goblin”, Sulli

El modelo para armar no busca solo representantes femeninos, los hombres también son víctimas de esta vorágine que mueve millones. Kim Jong-hyun se suicidó 2017 y con 27 años, se convirtió en el primero de esta lista macabra. El joven lideraba SHINee, una exitosa agrupación de KPop, y fue encontrado inconsciente en el hotel en el que se hospedaba. Murió más tarde en el Asan Hospital de Seúl.

El suicidio es la cuarta causa de muerte entre la población coreana y la primera entre la franja etaria que va de los 10 a los 30 años. “Estoy roto por dentro. La tristeza que me ha estado devorando lentamente finalmente me ha tragado entero. No he podido superarlo. (...) Me odiaba a mí mismo. Me agarraba a los recuerdos que se desvanecían y gritaba para despertar. No había respuesta. Si no puedo respirar, es mejor acabar”, fueron las palabras que eligió Jong-hyun para despedirse y que le dejó escritas a su amiga Nain9 (también cantante de KPop) por si le pasaba algo.

“Shinin”, Jong-hyun

Una historia diferente, pero con muchos puntos en común es la de Seo Min-woo, líder de la banda K-Pop 100%. Tenía 33 años cuando falleció en marzo de 2018, pero en este caso los médicos dijeron que la causa habría sido un ataque al corazón. De todos modos, no se conocieron más detalles de una muerte tan joven y se especuló lo peor: desde agotamiento físico por culpa de una rutina inhumana hasta sobredosis. La maquinaria que mueve el KPop provoca heridas mortales en las psiquis y los cuerpos de sus protagonistas, sobreviven los más fuertes.

En su cuenta de Instagram, la cantante HyunA, contó que desde 2016 sufre de depresión y ansiedad, por lo que está en tratamiento. Ella comenzó su carrera en 2007 y los síntomas ya habían aparecido, pero todavía no se daba cuenta. Así como ella contó su problema, siendo una de las más exitosas de la escena, las chicas de Six Bomb expusieron sin vergüenza todo lo que tuvieron que hacer para estar como están ahora: más rubias, más flacas, con los ojos más grandes. Como muchas chicas coreanas buscan estandarizarse, perdiendo incluso la personalidad que dan las facciones y logrando (quirófano mediante) los mismos pómulos, los mismos mentones, las mismas narices.

El antes y el después de Six Bomb

Six Bomb se formó en 2010, se lanzó en 2012, pero nunca tuvo mucho éxito, motivo por el que su agencia decidió invertir más de 90 mil dólares en su cambio de imagen que incluye, por supuesto, costosas cirugías. Lejos de mantenerlo oculto como otros artistas, las Six Bomb lo usaron como una herramienta de promoción, pero solo lograron hacerse un poquito más conocidas. Este resultado demuestra que en el KPop, el público y los promotores prefieren las mentiras piadosas y creer en esa perfección ficticia. Cuando se muestra el trasfondo de la escena, no parece resultar igual de interesante.

La contracara del KPop es otro fenómeno que va creciendo tímidamente y es el movimiento al que algunos llaman “anticorsé” y que justamente lucha por quitarse las cadenas de la belleza hegemónica. Una de sus abanderadas es Bae Eun-jeong, también conocida como Lina Bae, una youtuber famosa por sus tutoriales de belleza y maquillaje. Con 21 años se había convertido en un referente de muchas jóvenes que le agradecían sus consejos ya que las ayudaba a sentirse más seguras de ellas mismas. Pero la influencer también tenía comentarios horribles, burlándose de su peso, de sus ojos, de sus mejillas.

Bae se cansó y decidió dar un vuelco en su canal y en su vida. Se cortó el pelo, dejó de usar maquillaje y cambió los tutoriales de make up por los de cocina y calidad de vida. Para exponer este quiebre, realizó un video en primerísimo primer plano maquillándose y luego sacándose todo, con un videograph que reproduce comentarios de los más variados, positivos y negativos. No es difícil imaginar cómo estas palabras calaban en su autoestima. El video ya tiene casi 9 millones de visitas y la joven coreana quintuplicó sus seguidores. Siendo ella misma, Bae es más feliz y lo comparte, dejando un mensaje que quizá hubiera cambiado el destino de Goo Hara y los otros chicos muertos del KPop: “No seas una persona creada por los demás, encuentra tus verdaderos colores”.

Bae Eun-jeong

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