“Estoy muy feliz”, asegura Eugenia Tobal en diálogo con Teleshow. En el día de hoy, la actriz está festejando sus 44 años. Pero, además, está cosechando los frutos del amor que sembró durante todo este tiempo. Así que tiene muchos motivos para celebrar. Porque, aunque las adversidades no le han sido ni le son ajenas, aprendió a ver el lado positivo de la vida y a no bajar los brazos bajo ninguna circunstancia.
Uno de los mayores sueños de Eugenia siempre fue convertirse en mamá. Por eso, cuando a mediados de 2011 y pocos meses después de haberse casado con Nicolás Cabré perdió un embarazo, sintió que todo se derrumbaba frente a sus ojos. A esto, además, se le sumó su escandalosa separación del galán, quién para entonces ya había iniciado un romance con la China Suárez.
“En su momento la pasé bastante mal, era un momento triste para mí por todo lo de mi separación, la pérdida del bebé y bla... situaciones muy tremendas, fueron dos años de estar pasándola mal y me seguían por todos lados”, reconoció en una visita a PH el año pasado, cuando finalmente se sintió fuerte como para hablar de este tema.
Pero agregó: “Aprendí muchísimo de esa situación, fue una alquimia para mí. Nunca me enojé, en ese momento estaba preocupada por otra cosa, por estar bien y cuidarme a mí. Mis amigos, mis hermanos y mi familia estuvieron siempre conmigo. Yo hice el duelo y sufrí lo que tuve que sufrir. Fue un proceso íntimo y profundo porque tenía que ver con reparar el alma rota, no sólo mi corazón”.
Lo cierto es que, cuando empezaba a creer que el amor le iba a ser siempre esquivo, apareció en su camino Francisco García Ibar, empresario y dueño de un refugio canino, con quien empezó a salir a principios de 2018.
“Nos conocimos por mi perro: quería que Romeo tuviera la experiencia de estar en una manada. No tenía ninguna intención con ningún hombre. Él no sabía mucho quién era yo, así que no me prestó mucha atención”, contó Eugenia en Cortá por Lozano.
Sin embargo, como era de esperar, al tiempo, la actriz y Francisco se terminaron enamorando. "Estuvimos mucho tiempo como amigos. Como cuatro o cinco meses, no había tensión sexual, ni nada. Yo estaba en otro momento de mi vida, focalizada en otras cosas personales. Hizo un trabajo fino. Fue medio como dándose, fue lindo. Después de tantos meses, nos dimos cuenta la relación que teníamos. Me dio mucha paz y está bueno eso”, explicó ella.
Pero todavía quedaba una asignatura pendiente: Eugenia quería ser mamá. Y descubrió que, como tantas otras mujeres, padecía Trombofilia: un factor de riesgo que consiste en la propensión a desarrollar trombosis como consecuencia de diferentes trastornos de coagulación, lo que provoca que el embarazo no pueda llegar a término.
Lo cierto es que, en la actualidad, esta enfermedad puede tratarse de manera efectiva. Y la actriz decidió enfrentar esa lucha. “Les cuento que los moretones que se ven en mi panza son por los pinchazos de heparina que me doy cada mañana a las 10 am ¡para que mi beba esté bien!”, escribió en un posteo, junto a una foto en la que se ven las marcas en su vientre.
Pues bien, después de un largo tratamiento en el que contó con la ayuda de muchos profesionales, llegará Ema. Por cuestiones de salud, la beba nacerá por cesárea en las próximas semanas, aunque no se sabe la fecha exacta. Pero Eugenia está tachando los días, deseosa de tenerla ya entre sus brazos.
Es verdad que la felicidad nunca es completa, para nadie. Y, en el caso de la actriz, ésta se ve empañada por el cáncer de boca contra el que está luchando su mamá, Ofelia Saino, de 74 años.
El pasado 29 de octubre, cuando se despidió de Cocineros en la noche, el ciclo que conduce por la Televisión Pública, para comenzar su licencia por maternidad, Eugenia explico entre lágrimas: "No quiero explayarme mucho porque si no voy a llorar. Estoy muy sensible. Fue una semana un poco revoltosa para mí, estuvimos acompañando mucho a mi mamá que está atravesando una enfermedad que la tiene a maltraer. Por suerte está ahí, batallándola como sabe hacer ella, con su fuerza y con su energía”.
Pero es, justamente de su mamá, de quien la actriz aprendió a pelear por la felicidad. Como escribió hace unos días en una carta de agradecimiento a la escritora española Sonia Fides, quien la había hecho emocionar con una nota en la que relataba su lucha. “Tengo la mejor maestra del mundo, mi mamá, que hoy sigue enseñándome día a día. Y si algo puedo decir, es que pasar por esta vida y no aprender es un gran desperdicio. Nada fue, ni es en vano, todo y cada situación vivida fueron y son mi gran enseñanza. Un gran regalo el de hoy, gracias, gracias y más gracias por este ‘presente’ tan profundo y sentido”.
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