Durante muchos años fue un personaje asociado a la noche, y él mismo reconoció que las mujeres y el juego fueron sus vicios. Sin embargo, la llegada de su hija a este mundo hizo que Jacobo Winograd tuviera una razón para temerle a la muerte. Así lo reconoció el propio Jacobo durante su paso por ¿Quién quiere ser millonario?, el ciclo que conduce Santiago del Moro por la pantalla de Telefe.
“¿Cómo sos como papá?”, le preguntó el conductor.
“Yo creo que nunca había conocido el amor hasta que vino al mundo Nazarena. Nunca me enamoré, yo lo dije siempre. Fui muy mujeriego, muy atorrante, no me enamoré de nadie, y conocí el amor con mi hija”, expresó.
“Yo nunca pensé que iba a conocer un novio de ella, me ponía loco, hasta hace poco, que me dijo ‘tengo novio’. Primero sufrí, la condición era que no la besara delante mío, porque no puedo soportarlo”, se sinceró, antes de que el conductor le preguntara a su hija cómo es vivir con él.
“No nos cruzamos mucho, y la verdad que en los momentos que coincidimos es a la noche para cenar. Igual es intenso como se lo ve, ansioso, todo igual, él no es personaje. Es así como se lo ve, igual con el tiempo y con los años, como en este caso del novio, también fuimos acordando cosas, hablando”, contó la joven, quien hace poco se recibió de diseñadora de interiores.
“Yo con mamá viví muchos años y yo un día le dije que quería compartir más tiempo con él. Nos veíamos más que nada los fines de semana, y la verdad que cuando fui creciendo hay cosas que yo puedo compartir más con él, como cenar o ver una película”, contó al ser consultada sobre qué la había llevado a vivir con su padre.
“Fuimos muchas veces a bailar también, y un día en Mar del Plata haciendo temporada veo como un flaco le mete un pico, y me tuve que ir, es más fuerte, no lo puedo soportar”, acotó Jacobo. “Yo al novio le dije dos cosas, le dije te puedo querer o te puedo odiar, pero yo nunca a mi hija le grité ni le puse la mano encima, yo me entero que vos le tocas un dedo a mi hija y yo te mato”, reconoció.
“Es lo único puro que tuve en la vida, yo sufrí mucho, no tuve mamá prácticamente, me abandonó cuando era chico, me crié sin madre, estuve en un asilo internado, no amé a nadie, no me amó nadie. Yo nací en Santiago de Chile, mis padres se escaparon de Auschwitz y mis hermanos y yo nacimos en Chile. Y vinimos a los cinco años, casi seis, mi mamá no estaba bien, nos abandonó y nos internaron en un asilo hasta los 14 años. Entonces, es lo único puro que tengo en la vida. Yo a veces pienso y no puedo dormir. Una vez me preguntaron si tenía miedo a morir y yo decía que no hasta que apareció ella. Yo vivo para ella, todo lo mío es para ella”, profundizó, para luego referirse a qué destino pensaba darle al dinero que ganara en el juego.
“Parte de la plata va a ser para Ezequiel Chocobar, yo hay dos comedores que ayudo y estamos juntando plata, acabo de subastar el vestido de 15 de ella, ella fue la que me dio la idea, se lo di a la familia Chocobar. Y estoy juntando la plata y sufro porque me quedan dos o tres meses, el chico se puede quedar ciego. Recurrí a muchos políticos, mucha gente, me dieron la espalda y me duele Santiaguito tanta plata tirada. Aparte hay dos chicos más con parálisis cerebral que estamos juntando la plata y dos o tres comedores que soy padrino”, describió.
Tratándose de él, no podían faltar las referencias a Silvia Süller y el famoso “chizito”. “Con Silvia estamos bien, está bien, alquiló un departamento, yo la ayudé con lo de Lizy también. Me da pena, se murió la mamá, el papá, pensé que Christian se iba a acercar, Christian a mí me quiere mucho, Marilyn, yo quiero que los hijos se acerquen a ella. La pasó mal y la está peleando”, contó.
“Lo único que me dolió de ella me mató con el chizito. No tengo el tren de la Costa pero soy normal. Aparte esa cargada me dolió mucho, sabés que te hagan por la calle a un hombre, es una ofensa. Lo que me duele es que nunca se dijo la verdad, para un hombre es una vergüenza Santiago”, comentó Winograd, quien también recordó cuando tuvo que declarar en el juicio por la muerte de Rodrigo Bueno y el juez le pidió que dijera su apodo.
Fiel a su espíritu jugador, Jacobo no pudo evitar arriesgar al llegar a la pregunta por los 500 mil pesos. “¿Dónde se celebra todos los años la Fiesta Nacional de los Estudiantes?”, era el enigma. Luego de pensarlo durante algunos minutos y consultarlo entre ellos, Jacobo terminó inclinándose por la respuesta B, que era La Plata, cuando la correcta era la A, San Salvador de Jujuy. “¿Sabés que pasa?, que con 500 mil podemos llegar a ayudar mucho más, con 180 mil ayudaremos menos”, evaluó antes de jugarse por la respuesta incorrecta.
“Bueno, yo soy jugador Nazarena, salté la banca en los casinos, he perdido, he ganado, me he quedado en la calle, me he jugado todo, me dieron perpetua en el casino de Mar del Plata. Si nos va mal nos va mal, yo arriesgaría porque es más plata y podríamos ayudar un poco más”, se sinceró Winograd.
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