Todas tienen algo en común: comenzaron su carrera rodeadas de conflictos, pero supieron escapar de los problemas y forjar una exitosa carrera profesional. Pampita, Luciana Salazar, Flor Vigna, Mica Viciconte y Andrea Ghidone: cinco mujeres que consiguieron empoderarse para ser modelos de su propio futuro.
Pampita debió luchar en el mundo de la pasarela para poder tener su espacio. Llegó de La Pampa (de ahí su apodo) para armarse un camino propio en el modelaje. Pero su altura no era la adecuada para el momento, y debió lidiar con varios enfrentamientos internos para demostrar su profesionalidad. Incluso se habló de muchos conflictos con sus colegas, que intentaban denostarla en público y hasta le pusieron apodos despectivos. Comenzó a los 21 años, cuando fue descubierta por Pancho Dotto en Punta del Este. Pero su amor propio fue más fuerte, y con esfuerzo y dedicación logró sus objetivos. Después de tres décadas de trabajo, hoy es una de las modelos más buscadas y cotizadas, y supo virar su carrera forjando un nuevo camino en la conducción. Días atrás el sitio Models.com la distinguió como una de las 50 modelos más influyentes del mundo.
Luciana Salazar dio sus primeros pasos en el mundo artístico en el programa Poné a Francella, en 2001, donde se mostraba como una joven sensual y provocativa. Sus inicios fueron escandalosos, al punto de haber sido noticia en 2003, en los premios MTV Video Music Awards Latinoamérica, por abrir su vestido y mostrar que solo estaba cubierta con dos pequeños stickers -con el logo de la señal-, para así captar la atención del público. Pero a medida que crecía en su carrera se alejaba de los escándalos. Siempre de muy bajo perfil en sus romances, solo se le conoció una pareja estable, Martín Redrado, con quien compartió varios años, aunque tuvieron muchas crisis en el medio. Luli supo rearmarse y giró su vocación de actriz hacia la conducción. Y aunque también participa del Bailando, donde todavía se enreda en alguna polémica (como con Cinthia Fernández), su fuerte en la actualidad es la presentación frente a las cámaras. Y un nuevo rol como analista política desde su cuenta Twitter, que genera controversia y desnuda todavía más prejuicios sobre ella.
Flor Vigna y Mica Viciconte comenzaron juntas, pero como rivales. Ambas estuvieron seleccionadas en Combate, el reality de El Nueve, donde lograron sobresalir del resto de los participantes, a base de superación, pero también por las peleas que se generaron entre ellas. Cada una logró tener su hinchada y sus fans, que incluso mantienen hasta el día de hoy. Pero tanto Flor como Mica pudieron salir del escándalo y formar un camino profesional propio, y bien distinto. Vigna se dedicó a la actuación y llegó a ser protagonista de Mi hermano es un clon, con Nico Cabré, y en la exitosa obra “Una semana nada más”, con Nico Vázquez y Benjamín Rojas. Ambas participaron del Bailando, aunque Flor cosechó mejores resultados, habiendo ganado el certamen en 2016 y en 2017. Mica se dedicó luego al rol de panelista. Hace meses que es una de las favoritas de Moria Casán en su programa Incorrectas, y suele participar de distintas obras de teatro durante el verano. No obstante, ninguna de los dos pudo dar vuelta del todo la página de los escándalos mediáticos: Vigna, con su separación de Nico Ochiatto, y Viciconte por su relación con Fabián Cubero y su pelea con Nicole Neumann.
Andrea Ghidone es el caso más emblemático de un radical cambio de imagen. Vedette uruguaya, se la conoció en la Argentina en las obras de Carmen Barbieri, mostrando sus dotes de bailarina y cantante en épocas donde el conflicto vendía entradas y cortaba tickets. Sexy y atrevida, Ghidone supo ser estrella en varias de las obras de teatro de la capocómica, incursionando también como actriz de comedia. Pero en 2014 se unió a Señor Tango y descubrió otra faceta de su profesión; se convirtió en empresaria de su propio espectáculo, Madame Tango, con el cual recorre el mundo, logrando su mayor éxito profesional.
Pampita, Luciana, Flor, Mica, Andrea. Cinco mujeres. Cinco historias de superación y de crecimiento en un mundo artístico que las recibió rodeadas de escándalos, pero que supieron sortear y rearmarse, demostrando conducta, profesionalismo y amor propio.
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