Esta es la historia del amor después del amor. La historia de Carolina Pampita Ardohain y Roberto García Moritán. Ambos divorciados, descreídos acaso del amor, y reunidos por el destino hace pocos meses. Ella venía de una relación de dos años con Pico Mónaco y de un breve noviazgo de tres meses con el empresario Mariano Balcarce. Él se casó con la empresaria inmobiliaria Milagros Brito, con quien tuvo dos hijos, pero sus romances posteriores poco se conocen. No es extraño, hasta hoy su vida no era parte de la discusión pública. Se dice de todas formas que tuvo romances con Ingrid Grudke y Juana Viale.
¿Quién puede medir una historia de amor? ¿Quién puede decir lo que sí o lo que no? En el mundo ideal quizás el mayor romance sea el que nunca se revela, pero en el mundo de Pampita eso no pareciera ser una posibilidad. Todo comenzó hace muy poco, apenas en agosto, pero en palabras de ellos la impresión es que llevan años juntos. Hoy, de blanco, con toda la pompa y la seguridad, convirtieron su romance en matrimonio.
Se conocieron a través de Oriana Montanelli, amiga en común de ambos. Él, dicen, ya se había fijado en Pampita hacía tiempo pero estaba en pareja. Cuando finalmente se encontraron en libertad, el flechazo fue inmediato.
Las primeras conversaciones fueron por chat: ella estaba de viaje en Ibiza con sus hijos y solo podían hablar a la distancia. Se engancharon en formato 2.0, como los tiempos modernos indican. Muy rápido, se puserieron de novios. Muy rápido, ya paseaban abrazados por Nordelta, donde vive Moritán. “Ella se enganchó con él porque es todo lo que soñó: está pendiente de ella, es romántico y la pone en primera plana. La va a buscar al trabajo, pasa todos los fines de semana con ella, esta pendiente todo el tiempo, la llama, le escribe. Era lo que ella quería”, cuenta una allegada.
El primero en revelar la relación fue Ángel de Brito, que tuiteó una foto de ellos de espaldas y el texto: “Pampita paseando con su nuevo novio, Roberto, en Nordelta”. Después, alargó la información con su típico humor: “Fueron con los hijos de Pampita al supermercado, él le hizo las compras. Ésa fue su primera salida romántica”, dijo.
Ella no lo desmintió, al contrario, contó que era verdad que habían salido a hacer las compras del mes y confirmó la pareja. El mundo del espectáculo se conmovió. ¿Quién es Moritán?, se empezaron a preguntar todos. “Economista, emprendedor, que desarrolla y arriesga; padre de dos y orgullosamente argentino”, definía su bio de Instagram. Dueño del restaurante Tanta y La Mar, precisaban algunos. Hasta la propia Susana Giménez se hizo eco de la noticia. “Pampita se casa cada cinco minutos”, dijo, sin saber que en pocas semanas su comentario se iba a hacer realidad.
La respuesta de la modelo fue sin un ápice de enojo. “La amo y la admiro: su frescura, su forma de ser, ella dice todo lo que piensa y eso la hace especial… Te prometo que esta vez va a salir bien, Su”, concluyó al final. Hizo todo para sostener su respuesta.
El siguiente capítulo de esta breve pero intensa novela fue una publicación de él en su Instagram: se los veía a los dos besándose, ella de espaldas. Era una foto íntima, tal vez más hot que romántica. “Obviamente no fue intencional, no sería la primera foto que elegiríamos para compartir con el mundo. Era algo privado que compartió sin querer mi novio, pero ya sabemos como es esto: hoy por hoy, cualquiera saca una captura de pantalla y la guarda para siempre”, explicó la modelo.
Por supuesto, cada paso de la pareja fue registrado por los medios o los curiosos. "Siento que este amor es diferente, por eso quiero hacer las cosas bien”, decía Pampita, mientras contaba que al no ser del medio, a su pareja le costaba la exposición. Es que a uno de los primeros eventos que asistieron las cámaras de todos los medios le cayeron encima. Fue en un recital de Tini Stoessel en el Movistar Arena. “Sacame de acá”, le había dicho Moritán a un amigo, víctima del total asedio que sufría.
Pero la relación siguió avanzando a pesar de todo y entonces llegó el momento del primer viaje de novios. El destino, Punta Cana. Entonces sucedió: Moritán organizó una mega declaración y le pidió casamiento. Empezaron a salir en agosto y pusieron fecha de casamiento para noviembre.
“¡Sí! ¡Nos vamos a casar!”, escribió Pampita en su cuenta de Instagram. Lo acompañó del video de la propuesta y su sí. Pronto, prontísimo, organizaron la fiesta en el Palacio Sans Souci, y con la misma velocidad la luna de miel, que será cinco días a París.
¿Por qué? Es una pregunta que en ciertas circunstancias puede resultar absurda. Aunque no le gusta hablar en público, Moritán habló solamente en el programa de su pareja: “Creo que fue convicción. Yo sabía que era ella y me creyó y se dio cuenta de que es de verdad. Arrancamos el primer día como si lleváramos veinte años juntos”, dijo.
Eligieron 13 testigos para su casamiento por civil. Al estar divorciados, no podrían unirse por iglesia si así lo quisieran. Siete testigos para el lado de ella, seis por el lado de él.
"Quedan dos semanas para el casamiento, déjennos ser felices. No tiren mala onda, disfruten. Con todo lo que me ha tocado pasar, me parece que está bueno que me tiren buena energía, que todo el mundo nos de paz para que lleguemos a ese día con mucha alegría", pedía Pampita pocas semanas antes del gran día.
La buena onda llegó, la fecha también. Con ustedes, aquí está un matrimonio feliz.
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