Tiene 18 años. Es modelo. Estudia Derecho en la Universidad Torcuato Di Tella. Y está de novia con un joven rugbier. Lola Latorre apostó a participar del Bailando y ya ganó. Está dentro de las 12 parejas más importantes del certamen y logró superar el teléfono, eliminando a El Polaco y Luciana Salazar. Su crecimiento en el programa sorprendió a todos, y ya se perfila como una de las posibles ganadoras.
Nació en un hogar donde la fama era moneda corriente. Hija de Diego, ex jugador de fútbol y periodista deportivo, y Yanina, panelista de televisión y radio, la joven está armando su propio camino, logrando desprenderse del apellido y de la herencia familiar. “Estoy acostumbrada a que mis papás sean famosos. No me afecta. Desde chica que vivimos afuera o viajamos mucho, por el trabajo de papá, y aunque mamá se hizo famosa después, ver que le pidan una foto en la calle es lo más normal del mundo”, aseguraba Lola hace un tiempo.
Hija mayor del matrimonio, Lola tiene un hermano menor: Dieguito, de 15. Está de novia hace más de dos años con el rugbier Jerónimo González Chaves, de 19 años, estudiante de Economía. Y asegura que el modelaje es un hobby y que ella quiere ser abogada: “Me encantaría seguir Derecho Penal y de Familia. También me gustaría hacer un máster en Relaciones Institucionales”.
Fue una de las mujeres más buscadas para participar del Bailando de este año. Y su propia madre confesó que “tenía mucho miedo”. Además, contaba con el apoyo de Yanina, pero su padre y su novio se oponían a que la modelo ingrese al programa.
Finalmente, y después de varias reuniones, Lola decidió firmar. Durante las primeras galas tuvo un bajo perfil y no logró sorprender. Pero las ganas de superarse generaron que Lola bailara cada vez mejor, y el nivel de técnica que demostró a lo largo del tiempo hizo que resaltara por sobre otros participantes. “No me gusta el quilombo. Tengo un montón de personalidad en mi casa, pero no me quiero meter en problemas”, había dicho en una entrevista con Teleshow.
Hace unos meses, la joven decidió responder en sus redes a ciertos seguidores que le hacían bullying por el hecho de tener padres famosos. Lola se indignó y señaló “no poder creer” las cosas que le decían.
Así fue que de a poco Lola supo ganar terreno propio, y junto a su bailarín, Facundo Insúa, consiguieron imponerse entre las parejas del certamen.
Pero el momento más traumático llegó la semana pasada. Lola quedó sentenciada luego del ritmo de homenajes, que tanto conflicto trajo en el certamen. Y tuvo que bailar el duelo frente a El Polaco, Luli Salazar y Fede Bal. Las reglas cambiaron y Marcelo Tinelli anunció que solo salvarían a una pareja. El actor fue elegido por el jurado y Lola tuvo que enfrentar el teléfono: todo parecía indicar que era la que menos chances tenía de ser elegida. Los seguidores de Salazar y los fans de El Polaco parecían tener más poder de decisión. Pero Lola dio el batacazo inesperado y ganó. El público la eligió a ella. Y entonces su participación comenzó a tomar otra dimensión.
Con el éxito llegó su primer conflicto. La joven señaló en una entrevista que el Bailando debería tener “jurados más actuales”, pero fue cruzada por La Chipi, ex coreógrafa y jurado del BAR del programa, que la señaló como “una atrevida” por sus comentarios.
Ya no se muestra solo como una adolescente en sus primeros pasos televisivos. Logró tener peso propio, y lo demostró. Aprendió a bailar, obtuvo ventaja frente a los favoritos, quedó entre los mejores, y se convirtió en una de las preferidas.
Heredó el magnetismo del papá y el fuerte carácter de la mamá. Pero ya no es hija de Diego y Yanina. Ahora es Lola Latorre, y pisa fuerte en el mundo del espectáculo argentino.
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