Este fin de semana, poco tiempo después de que se hiciera pública la separación de Julieta Ortega y el empresario Esteban Eskenazi, los seguidores de la actriz en Instagram se vieron sorprendidos al ver las románticas fotos que publicó ella, abrazada y a los besos con otro hombre.
La persona en cuestión es Camilo Vaca Narvaja, padre de Helena, la hija de Florencia Kirchner, y ex yerno de Cristina Kirchner.
La hija de Palito Ortega publicó en Instagram stories una foto en la que se los ve a los dos acostados. Ella mira a cámara, mientras él le da un beso en la mejilla. El posteo fue acompañado por un fragmento de la canción “A primera vista”, en la voz de Pedro Aznar, que reza: “Cuando me llamó, allá fui. Cuando me di cuenta, estaba ahí. Cuando te encontré, me perdí. En cuanto te vi, me enamoré”.
Luego, el joven de 33 años también hizo su aporte en lo que pareciera ser el blanqueo de su romance. En la foto que publicó Vaca Narvaja él es quien mira a cámara, mientras abraza a Ortega. De fondo, al igual que en el posteo de la actriz, se escucha a Pedro Aznar entonando “A primera vista”.
Si bien hasta el momento ninguno se ha manifestado al respecto, buscando en sus publicaciones anteriores se pueden observar intercambios de “me gusta” y comentarios entre ellos.
A pesar de su ruptura con Florencia Kirchner, con quien estuvo en pareja entre 2013 y 2015, Vaca Narvaja mantiene una buena relación con la madre de su pequeña. Así lo demostró cada vez que habló sobre el estado de salud de la hija de la futura presidenta, que se encuentra haciendo un tratamiento en La Habana hace ocho meses.
Ortega, de 47 años, se separó recientemente de Eskenazi, después de dos años de relación. Estuvo casada durante siete años con Iván Noble, con quien tuvo un hijo, Benito, nacido el 14 de noviembre de 2005.
La actriz, que trabajó en tiras como Vulnerables, Disputas, Los Roldán, Graduados, Viudas e hijos del Rock & Roll y Un Gallo para Esculapio, dijo en diálogo con la revista Gente a mediados de años que nunca dejará de “creer en el amor”.
En ese sentido, indicó: “Después de estar con el papá de mi hijo dejé de perseguir eso como si fuera una especie de zanahoria, con la idea de que ahí algo se completaba. Hace menos de diez años comprendí que la relación más importante de mi vida iba a ser conmigo y que la compañía más grande iba a ser yo. Cuando entendí eso se me fue la ansiedad por la pareja perfecta y el pensar que ahí podía resolver algo. Lo mejor que te puede dar una pareja es amor, abrigo y contención, pero hay algo de la soledad profunda y de los miedos que son muy de uno. Mis parejas se enojan cuando hablo de esto, porque creen que les saco crédito, y no es así. A mí me fascina estar acompañada y enamorada”.
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