En diciembre de 2018 Thelma Fardin, acompañada del colectivo de Actrices Argentinas, convocó a una conferencia de prensa para realizar una acusación pública contra Juan Darthés por violación. Denunció que el hecho había ocurrido en 2009, cuando ella tenía 16 años y el actor 44, en Managua, mientras ambos se encontraban de gira por distintos países de Centroamérica con el elenco de la ficción Patito Feo. Aprovechando un momento de distracción del resto de la comitiva, Darthés habría abusado de ella en la habitación del hotel donde se hospedaban. Thelma estaba en la gira sin la compañía de familiares, del mismo modo que sucedía con sus otros compañeros de elenco, quedando al cuidado de los adultos responsables de la tira; entre ellos, Darthés.
Antes de la conferencia, la actriz viajó a Nicaragua para radicar su denuncia en el juzgado Décimo Penal de Audiencias de Managua. La semana pasada, tras un proceso iniciado once meses atrás, la fiscal Sandra Dinarte acusó formalmente al actor por violación “agravada”, entendiendo que “había un vínculo de confianza (con Fardin) y porque producto de la violación ella tiene una afectación psicológica grave”.
Además, la fiscalía pidió su captura internacional para que permanezca detenido durante todo el proceso judicial. Pero como en Brasil, país en el que nació, y adonde viajó dos semanas después de la denuncia- no existe convenio de extradición-, se sabe que Darthés eligió San Pablo para estar a resguardo de la Justicia. La semana pasada, su abogado en Nicaragua presentó un escrito donde no solo se proclama inocente, sino que también informa que no se presentará ante las autoridades nicaragüenses para conservar así su libertad.
A escondidas
La salida de Darthés del país fue escandalosa: viajó en auto hasta Rosario para desde allí tomar un avión a la madrugada. Si procuró en Brasil estar fuera del alcance de la Justicia, también lo quiso hacer de la prensa (solo concedió aquella entrevista con Mauro Viale). Abandonó en Argentina una carrera artística que ya había empezado a tambalear con aquella acusación pública de Calu Rivero por “excesos” cometidos durante las escenas de sexo que grabaron en la novela Dulce Amor. A Calu se le sumó su colega Anita Co con una acusación similar.
En medio de un repudio creciente en el ambiente artístico, el actor formó parte en 2018 de Simona, en el prime time de El Trece. Distintas figuras del espectáculo (y hasta compañeros suyos, como Romina Gaetani) pidieron que quedara al margen de la ficción protagonizada por Ángela Torres. Pese a que hubo varias reuniones entre los demás actores del elenco, incómodos con su presencia, y un palpable clima de tensión en las grabaciones (como lo terminó reconociendo la propia Ángela meses después), Darthes permaneció en la tira.
En un principio, el actor se mudó al país vecino con su familia -su mujer y sus dos hijos-, y optó por modificar completamente su perfil. Pocos datos se obtuvieron sobre él en todo este tiempo. Ya casi no aparece en lugares públicos. Se lo vio desayunando en el hotel, comprando en un supermercado, conversando en alguna playa por la noche; y poco más. Incluso, nadie sabe si trabaja o de qué trabaja quien supo hacer una carrera artística como cantante de tango.
También se habló de un pico de estrés, de un cuadro de depresión, de ideas suicidas, de una internación en un hospital, pero nada de esto fue confirmado. Entre escraches (San Pablo amaneció un día con afiches en su contra, pegados por actrices brasileñas) y el contundente proceder de la Justicia, parece improbable que Darthés vuelva a dedicarse a la actuación ni a la música. No en Brasil. Y menos aún en Argentina.
Además, el actor casi no tiene defensores públicos, excepto sus abogados. Su esposa continúa a su lado, pero sus hijos ya regresaron a Buenos Aires. Mientras tanto, Juan Darthés pasa sus días en un ostracismo a esta altura deseado. Y negándose a dar explicaciones frente a la grave acusación que recae sobre él: violación agravada de una adolescente de 16 años.
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