“Me llevo bien con mi soledad”, confía Eleonora Wexler, soltera sin ningún apuro, disfrutando un increíble presente tanto en lo profesional como en lo personal.
A días del debut de Tu parte del trato, la actriz, que previamente estuvo en Europa filmando La valla, le anticipa a Teleshow cómo será su nuevo personaje. “María Cortes es una médica casada con Fernando (Federico Olivera), que prácticamente abandonó la medicina para trabajar con una fundación que se dedica a curar a chicos en estado de precariedad. Y pareciera tener una vida muy feliz”. Esa felicidad se verá afectada por Carlos (Nicolás Cabré), quien se ve envuelto en un complejo pacto con Patricia (Jazmín Stuart) por el que es extorsionado, y debe arruinar esa armonía. A medida que van pasando los capítulos se irá entendiendo su historia y cómo son los vínculos que aparecen, poniendo en evidencia un complejo entramado.
—En el primer capítulo el personaje de Jazmín Stuart se presenta como una especie de hada que te concede los deseos. Esos son deseos negros. Pero si vos hoy tuvieras una lámpara de Aladino y podés pedir uno, ¿cuál sería?
—Voy a pedir algo mucho más global que es lo que más me conmueve hoy por hoy: poder vivir tranquilos. Veo que está todo tan convulsionado, me llega tanto el mundo, veo lo de Chile, nosotros, Latinoamérica… y libertad. Esta cosa del no abuso del poder, ¿Qué nos pasa a los seres humanos?
—Estamos en veda, así que no te voy a preguntar a quién vas a votar. Pero, ¿te gusta el ejercicio del voto?
—Sí, me gusta ir a votar, claro que sí. Me gusta, justamente, por lo que estamos hablando. La democracia, tener la libertad de poder elegir quién quiero que me represente. Me encanta.
—¿Te acompaña tu hija?
—Sí, a veces me acompaña, no siempre. Si está conmigo justo el fin de semana, ponele: me acompaña. De hecho me manda cosas por mensaje: “Cuidado con las boletas estas”, y te juro que me dio mucha ternura. Dije: “Mirá qué lindo compromiso”. Tiene 15 años, todavía no vota. Tampoco está comprometida políticamente, pero sí escucha.
—Se va acercando.
—Se va acercando: va viendo la sociedad, lo que uno le cuenta, lo que va observando de compañeros, amigos, el mundo, las imágenes.
—Estuviste trabajando en Europa. ¿Cómo hiciste con Miru?
—Fue un temón, fueron cinco meses y medio. Por suerte ella viajó para allá y yo vine como cinco veces para Argentina. La veía, estaba y me conectaba, pero es difícil estar separada de ella.
—Tu hija tiene 15, ¿cuál es el peor dolor de cabeza que te ha dado en su adolescencia incipiente?
—Obviamente es una adolescente, está de mal humor, no quiere que le hable y me echa todo el tiempo, pero como es una nena que le gusta tanto el deporte y se conecta con los animales, su pasión son los caballos, entonces hay algo que todavía no la divierte. Yo como mamá pienso en la salida sola, en el alcohol, en un montón de cosas...
—¿Charlaste todo eso? ¿Charlaste alcohol, drogas, sexo?
—Todo, todo, todo. Ella escucha y pregunta, pregunta un montón (risas).
—¿Cuál fue la pregunta más difícil con la que te encontraste en todos estos años?
—Cuando era muy chiquita, no sé si contarlo… Era muy chiquita, pasábamos por albergues transitorios y decía: “¿Eso qué es?”. Yo le dije: ”Un hotel por horas”.
—Para ir a dormir la siesta.
—Después no preguntó más. Y en algún momento, más adelante, me preguntó, y ya ahí se habla de otro tema, ¿entendés? (risas).
—¿Estás noviando, estás en pareja?
—Mi tema preferido: el corazón (risas) Estoy soltera. Estoy tranquila. También estoy con apertura para conocer.
—¿Y disfrutás?
—Sí, disfruto.
—El título es: “Estoy con apertura para conocer”.
—(Risas) Apertura tengo siempre. Uno tiene que tener apertura y estar predispuesto a conocer. Que no haya sucedido todavía, eso es otra cosa. Pero estoy tranquila. Me llevo bien con mi soledad.
—¿Te imaginás volver a compartir la cama?
—Mucho no todavía... (risas). Supongo que eso surge. No sé de qué manera sería el amor para mí en este momento. No sería igual que antes, obvio.
—¿Usaste alguna vez aplicaciones de citas?
—No.
—Por ahí no.
—No, por ahí no.
—¿Mensajes directos que te escriban en Instagram?
—Por lo general tampoco. No sería el camino.
—¿Sos más de presentaciones?
—Tampoco me gusta mucho la presentación. “Ah, ¿qué te gusta? ¡Dale!” (risas). Yo creo que surge, que aparece. Por ahí aparece por medio de alguien, justo nos encontramos y yo estoy con una amiga, así, por el trabajo. No tengo ni idea.
—Siempre que charlamos vuelvo a preguntarte porque estamos en constante crecimiento, ¿cómo estás viendo hoy este feminismo que tenemos en Argentina?
—Está creciendo enormemente. Hay una unión muy grande. Nos falta mucho pero que hay un camino ganado enorme, enorme. Y hay algo que también nos cambió a nosotros, el chip. Tanto a hombres como a mujeres. Hay algo que uno ya empieza a construir diferente. Hay cosas que vos decís: “¿Cómo puede ser que en este programa a la mujer se la trataba de esta forma, o yo me vinculaba de tal manera?”. Era la forma que conocíamos, o era culturalmente lo que entraba dentro de esa cajita. Ahora eso está cambiando, tanto para hombres como para mujeres.
—¿Los sueldos están empezando a ser más parejos entre hombres y mujeres o todavía no?
—Todavía no, todavía no... Todavía falta.
—Eso es algo que quedó muy evidenciado en Hollywood y acá también sucede.
—Sí, todavía falta. Hay cosas que todavía no se equipararon. Estamos en el camino. Faltan un montón de cosas, pero estamos en el camino. Y me gusta estar participando en este momento histórico.
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Agenda: “Tu parte del trato” se estrena en TNT el 29 de octubre, en El Trece un día después, el 30, y puede verse completa en FLOW desde el 31.
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