El principio de esta semana la encontró a Luciana Salazar protagonizando una polémica mediática que data de hace varias semanas. Cinthia Fernández la enfrentó al aire en ShowMatch -donde ambas se desempeñan como participantes del Bailando 2019- por la estrecha amistad que sostiene con su actual pareja, Martín Baclini. Y estalló el escándalo, con las lágrimas de Cinthia, los dichos inapropiados de Baclini, los amagues de renuncia de Salazar.
Pero la ex vedette ya no repara solamente en los avatares del mundo del espectáculo. Desde hace un tiempo, y sin revelar su fuente (ni siquiera Marcelo Tinelli, poniéndola en aprietos, logró que confesara quién la asesora para contar con tanta información), Luli suele utilizar su cuenta de Twitter para realizar profundos análisis de la actualidad política, económica y social de la Argentina, y hasta palpitando posibles resultados electorales. Así es como, en medio de su pelea con la bailarina, la actriz se permitió volcar su opinión sobre los delicada situación que se observa al otro lado de la Cordillera, donde los muertos ya ascienden a 18 y se denuncian abusos de las fuerzas de seguridad.
“El grave conflicto chileno se explica en la implementación de un modelo económico y social que es efectivo en la estabilidad macroeconómica, pero inefectivo en la redistribución de la riqueza y la inclusión social”, escribió Salazar para su millón y medio de seguidores en dicha red social, y con el rigor de un columnista especializado. Acto seguido, concluyó su sentencia en lo que parece ser un mensaje solapado para el gobierno de Mauricio Macri: “Ojo a los admiradores de este modelo excluyente en Argentina”.
Como era de esperar, las palabra de Luciana de inmediato arrojaron muchos comentarios, con voces en contra pero también a favor de su diagnóstico.
Durante el último debate presidencial, este domingo en la Facultad de Derecho, Luciana también se había mostrado muy activa en las redes sociales, haciendo un desglose casi minuto a minuto de lo que iba sucediendo entre los seis candidatos, casi sin perderse detalle alguno. “A pesar de que el formato evita la confrontación, Alberto (Fernández) siempre se las arregla para llegarle a Macri en cada intervención”, sostuvo, por caso. Y hasta creyó ver un punto negro en el oído derecho de Macri: “¿Le pica mucho la oreja o no escucha?”, escribió, irónica, especulando con la posibilidad de que el Presidente contara con una especie de auricular, lo que, como se supo después, no era cierto.
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