A comienzos de octubre, murió el bajista Larry Junstrom a los 70 años, uno de los pocos miembros fundadores de Lynyrd Skynyrd que pudo llegar a la tercera edad. Quizá rompió la maldición, dejando el grupo poco antes de que sacaran su álbum debut. En 1964, Larry se había reunido con sus compañeros de colegio Ronnie Van Zant, el cantante, los guitarristas Gary Rossington y Allen Collins, y el baterista Bob Burns y comenzaron a concretar un sueño que varias veces se tornó pesadilla.
Todos de Jacksonville, Florida, se dedicaron a cultivar el rock sureño y a reivindicar un estilo con orgullo exacerbado, al punto de usar su música para responderle a grandes como Neil Young. Con “Sweet Home Alabama”, de su segundo disco (Second Helping de 1974), Lynyrd Skynyrd le contesta al “Alabama” de Young. Este estado al sureste de los Estados Unidos ha sido foco de racismo y de vulnerabilidad para las personas de raza negra, pero los Lynyrd querían contar otra historia: “Bueno, he escuchado al señor Young cantar sobre ella. Le escuché menospreciarla. Espero que Neil Young recuerde que los sureños no le necesitan por aquí”.
El nombre del grupo es resultado del homenaje a un profesor de Educación Física del colegio adonde iban, que se llamaba Leonard Skinner. Para los que no entendían, la fonética quedó clara desde un comienzo, cuando a su disco debut le pusieron (Pronounced lĕh-nérd’ skin-'nérd). En pocos años hicieron mucho y el 17 de octubre de 1977, estrenaron su quinto trabajo de estudio, Street Survivors, que llegaría a ser doble platino por su alto volumen de ventas. Algunos de los integrantes del grupo no estarían para disfrutar de ese éxito, ya que tres días después, un accidente fatal los dejaría en jaque.
El año de la tragedia, venían muy bien y querían rentar o comprar un avión para que trasladarse de un concierto a otro no fuera un incordio de horas y horas en la ruta. El presupuesto era limitado y decidieron alquilar un Convair 240 desde Greenville, Carolina del Sur, a Baton Rouge, en Luisiana. Ese mismo avión había sido rechazado por Aerosmith poco tiempo antes ya que el responsable de examinarlo decidió que no era seguro para viajar. Y tenía razón. El 20 de octubre, la nave se estrelló en una zona muy boscosa del sureste de Mississippi, durante un intento fallido de aterrizaje de emergencia. Allí murieron los músicos Ronnie Van Zant, Steve Gaines y la corista y hermana de Steve, Cassie Gaines, además del road manager, el piloto y también el copiloto del avión. Quedaron vivas otras 20 personas, de milagro.
“Tenemos poco combustible, ya casi se termina”, se supo luego que dijo el piloto al Centro de Houston cuando estaban por hacerse las 7 de la tarde. Menos de un cuarto de hora después, el avión ya se había estrellado en las afueras de Gillsburg. La portada original de Street Survivors mostraba a los integrantes del grupo parados entre edificios en llamas. En especial se lo veía a Steve Gaines envuelto en fuego y con los ojos cerrados. Después del accidente, el disco fue retirado de las disquerías y la compañía trabajó en una tapa alternativa usando una foto de fondo negro que hacía pensar en luto. Uno de los principales compositores del rock sureño había desaparecido y su propio arte había resultado ser una profecía.
De las cenizas
Todo hacía pensar que el grupo no volvería, pero un año después su discográfica editó un álbum compilatorio que anduvo muy bien en ventas y para 1979 Billy Powell, Gary Rossington, Artimus Pyle y Allen Collins volvían al ruedo para darle nueva vida al proyecto, esta vez con la voz femenina de Dale Krantz, pareja de Rossington. En paralelo, se armaban y se desarmaban bandas integradas por los miembros de Lynyrd. Eso duró un tiempo hasta que, en 1986, la muerte volvió a llamar a la puerta de los de Jacksonville. En el invierno estadounidense, Collins conducía por la carretera –en aparente estado de ebriedad- junto a su esposa y juntos sufrieron un brutal accidente que se llevó la vida de la mujer. El guitarrista quedó paralítico de la cintura para abajo y sobrevivió algún tiempo más hasta que falleció de neumonía.
Siguieron entrando y saliendo músicos, y mientras cambiaban las formaciones iban grabando discos. Pero muchos de esos nuevos integrantes también fueron muriendo en el camino. Como Leon Wilkeson con sus problemas de hígado, Ean Evans de cáncer (abandonó el grupo cuando ya estaba enfermo) y finalmente Billy Powell en 2008. Así, Rossington quedó como el único sobreviviente de la tragedia del avión. El fundador que contra viento y marea siguió adelante con su proyecto de la adolescencia.
En el libro “Whiskey Bottles and Brand-New Cars”, la biografía de Lynyrd Skynyrd escrita por Mark Ribowsky, el autor cuenta anécdotas salvajes. Como la de la pelea en un bar de Munich en donde Van Zant le rompió la cabeza con una botella a un asistente y luego usó los pedacitos de vidrio para cortar las manos de Rossington, que terminó tocando vendado. La canción que da nombre al libro biográfico, comienza con la frase: “Botellas de whisky y autos nuevos / roble que estás en mi camino” en alusión al fin de semana de mayo del 76 cuando Rossington había conducido borracho, chocó contra un árbol y se lastimó bastante. Ribowsky cuenta que el cantante consumía cantidades importantes de cocaína y Quaaludes (barbitúrico muy de moda entre los jóvenes de aquellos años) y que después de ese accidente comenzó a tomarse los excesos un poco más en serio.
Con 67 años, Gary Rossington sigue casado con Dale Krantz, con quien tuvo dos hijas, continúa girando con Lynyrd Skynyrd y divirtiéndose con los amigos que encuentra en el camino. Aunque tuvo que suspender algunas fechas por una operación cardíaca a comienzos de año, el músico avanza con el que puede ser su último tour, Last of the Street Survivors. Así fue como en un alto en el camino, se encontró con Snoop Dogg y el rapero lo invitó a fumar marihuana. No solo dijo que sí, sino que también hubo fotos y videos para la cuenta oficial de Instagram. Sin miedo, marcado por el éxito y la tragedia, Rossington sabe que la muerte lo acompaña, nunca duerme, no descansa y se lo llevará (recién) cuando le llegue la hora.
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