Tiene 23 años, es mamá, y desde hace unos meses una duda no la deja dormir. Magalí se enteró durante el verano que Diego Maradona podría ser su padre. En abril, junto con sus abogados, inició una demanda por filiación. Aún queda mucho camino por recorrer hasta que ella y el ex futbolista se realicen los exámenes de ADN para determinar el posible lazo, pero el objetivo es bien claro: conocer la verdad.
Magalí nació a fines de 1995. Su madre biológica la abandonó, y desde sus primeros días de vida (nunca estuvo en un hogar de niños) vive con el matrimonio que la adoptó, a quien llama “mamá” y “papá”. Porque eso es lo que son: la cuidaron, la criaron, le inculcaron valores y nunca le ocultaron su identidad.
Según contaron personas cercanas a la familia a Teleshow, desde muy chica Magalí supo que la familia que la crió no era la biológica. Incluso siempre supo el nombre de la mujer que la llevó en su vientre durante nueve meses, pero nunca le interesó buscarla. Tal vez respondiendo a un mecanismo de defensa, tampoco se preguntó quién podría ser su padre biológico.
En diciembre, todas las piezas del tablero se movieron en la vida de la joven mamá (tiene una beba), que recibió el inesperado llamado de su madre biológica: quería encontrarse con ella. Tenía algo muy importante que decirle.
En febrero se juntaron y su madre biológica le despejó una duda (que hasta ese momento ella no tenía). “Tu papá biológico es Diego Maradona”, le dijo. A partir de ese momento las cosas no fueron fáciles para Magalí, al encuentro se le sumó saber quién podría ser su padre y a eso, que él sería nada más ni nada menos que una de las personas más famosas del mundo.
A pesar de que aquella revelación no habría sido fácil de asumir, según cuentan sus conocidos, Magalí agradece la inquietud que su madre biológica sembró, ya que a partir del juicio por filiación que inició en abril, en un futuro, que espera no sea muy lejano, podrá conocer su verdadera identidad.
Para que pudiera iniciar las acciones legales para conocer si el director técnico de Gimnasia es o no su padre, sus abogados se contactaron con su madre biológica, que aportó datos y elementos que sirven de prueba para que la Justicia pueda darle curso al pedido.
Luego de que esta semana se filtrara en Intrusos la información de la demanda que inició hace seis meses, Magalí prefirió seguir manteniendo el perfil bajo, tal vez consciente de lo que el apellido Maradona significa, y para proteger al resto de su familia.
Según cuentan quienes la conocen, Magalí no quiere dinero sino algo tan esencial como complejo: saber quién es su padre. Si los exámenes determinan que hay lazo de sangre con Diego, está abierta a conocerlo y comenzar una relación con él, aunque sus padres siempre serán quienes la criaron y cuidaron 23 años. Y lo siguen haciendo.
De comprobarse la filiación y todo lo que le dijo a Magalí su madre biológica, el caso sería muy distinto al de otros hijos que el ex deportista reconoció de grandes, como Diego Junior o Jana, ya que el papá también de Dalma, Gianinna y Dieguito Fernando no conocía de su existencia previo a la demanda que ella inició este año.
Es que así como la joven no supo nunca quién era su papá, su madre biológica tampoco se lo habría contado en su momento a Maradona. Y no lo hizo después. Con su historia a cuestas, Magalí no guarda rencores, mira hacia adelante y entiende que su madre, que tuvo una vida dura, hizo lo que pudo desde el amor para que ella estuviera bien.
Hace algunos meses, antes de que en el programa de Jorge Rial se contara sobre la existencia de Magalí, Matías Morla, abogado del Diez, había adelantado: “Todos sabemos que en la Argentina están Santiago (Lara, un joven de La Plata) y una persona más. Estamos hablando de 2001, seis años para atrás”.
Santiago tiene 18 y se enteró de grande que sería hijo de Maradona. Ahora también está esperando para realizarse los exámenes de ADN. Antes de morir, la mujer le contó a su pareja, Marcelo Lara, que no era el verdadero padre de Santiago. Poco después lo supo el niño.
Durante el verano Morla había sorprendido al contar que además de los reconocidos en Argentina, Maradona tenía tres hijos en Cuba. Días más tarde se conocieron sus nombres: Lu, Javelito y Joana. Además, se supo que tenían entre 18 y 20 años y que se habían juntado en 2016, cuando el ex futbolista viajó a la isla para despedir a Fidel Castro. Sin embargo, al poco tiempo el letrado sumó a Harold como otro posible hijo del deportista.
Hasta el momento Maradona tiene cinco hijos reconocidos: Diego Junior, fruto de su relación con Cristina Sinagra en Nápoles; Dalma y Gianinna, de su matrimonio con Claudia Villafañe; Jana, de una romance con una joven marplatense, y Dieguito Fernando, hijo de Verónica Ojeda.
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