Luciano Castro venía de protagonizar Valientes, junto a Mariano Martínez y Gonzalo Heredia. La tira, que salió al aire en 2009 por El Trece, había sido el gran éxito del año. Y por eso, la producción había decidido llevarla al teatro y presentarla en la temporada de verano de Mar del Plata.
Por entonces, Luciano estaba soltero. Y, tanto él como sus compañeros de elenco, se movían en sendas combis, cual si fueran los Rolling Stones. ¿El motivo? Sus fans estaban desesperadas por abordarlos y, cada noche, su llegada al Teatro América se convertía en un verdadero desafío para los encargados de velar por la seguridad de los galanes.
Sin embargo, mientras todos esperaban verlo con alguna señorita en los boliches de moda de Alem o Constitución, Luciano empezó un romance secreto detrás de bambalinas con Sabrina Rojas. La bella actriz se había sumado al elenco para la versión teatral de la tira. Y, según dicen, el flechazo con Castro fue inmediato.
Claro que, aunque los rumores que los vinculaban empezaron a circular por todas las redacciones, al principio tanto Luciano como Sabrina se encargaron de negar la relación. ¿Acaso había algún problema? Sí: al momento de empezar a salir con Castro, Rojas todavía no había terminado su noviazgo con Juan Pablo Inigizian, con quien había compartido su vida durante cinco años.
Pero lo que muchos pensaban que sería sólo un amor de verano, se terminó de confirmar en marzo del 2010, cuando ambos fueron sorprendidos en un hotel de Mendoza. Y, desde entonces, Luciano y Sabrina ya no se escondieron de los flashes.
La realidad, no obstante, es que entre el galán y la actriz las cosas nunca fueron fáciles. Al año de haber comenzado la relación, Luciano protagonizó Herederos de una venganza y la pareja tuvo su primera crisis. Es que, pese a que él sólo había blanqueado su noviazgo con Elizabeth Vernacci y con la madre de su hijo Mateo, Castro fue vinculado en más de una oportunidad con sus compañeras de elenco. Y, en este caso, el nombre de Romina Gaetani abía sonado con fuerza como la tercera en discordia.
Hubo crisis, sí. Pero la relación entre Luciano y Sabrina no se rompió. Por el contrario, en el 2011 ambos decidieron comenzar la convivencia. Y, en 2013, vieron bendecida su unión con la llegada de Esperanza, su primera hija. Según contó la actriz años más tarde, después de una larga búsqueda, el embarazo llegó cuando ambos se reconciliaron después de una tormenta. ¿La segunda? En el 2015, en tanto, llegó Fausto: el benjamín de la familia. Y todo parecía estar más que consolidado entre Luciano y Sabrina. Así, sin papeles. Por eso, sorprendió que a fines del 2016 ambos decidieran pasar por el Registro Civil. Hay quienes dicen que la libreta llegó, justamente, después de que la pareja pasara por su tercer cortocircuito.
Con el tiempo, varias famosas aseguraron haber tenido algún tipo de historia con Luciano. Entre ellas figuran Julieta Díaz, su actual compañera en Pequeña Victoria, Griselda Siciliani y Pata Villanueva. También hubo otras que se mencionaron en los medios, como Natalia Oreiro o Marcela Kloosterboer, que nunca confirmaron haber tenido con él ninguna relación. De todas formas, ninguno de estos romances se habría superpuesto con el del actor y Rojas.
Sabrina, sin embargo, siempre se autodefinió como una mujer celosa. Y, a la luz de los acontecimientos, parecería que tenía sus motivos. El último verano, después de unos confusos posteos en sus historias de Instagram en los que amenazaba con desenmascarar a un psicópata, la actriz aseguró que le habían hackeado la cuenta. Pero, al poco tiempo, confirmó su separación bajo el mismo techo de su marido.
Sea como fuere, la exposición puso a la pareja frente a una nueva prueba difícil de afrontar. Sin embargo, tanto Luciano como Sabrina parecen dispuestos a seguir peleando pos su amor, haciendo oídos sordos a todos los comentarios de los que, en definitiva, no saben qué es lo que pasa realmente puertas adentro de su hogar.
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