La primera vez que Mirtha Legrand anunció su retiro de los medios tenía 17 años. Corría el año 1945 y ella, que había comenzado a trabajar a los 14, ya era una importante estrella de cine. Pero un joven llamado Julio Albar Díaz, a quien había conocido durante una fiesta en el Jockey Club de Córdoba, le había pedido matrimonio. Y, anillo mediante, la diva había decidido dejar su promisoria carrera para dedicarse de lleno al cuidado de su familia…
“Soy feliz, el amor nos ha conducido por su ruta encantada. Yo sabía que lo hallaría y ya ve… tengo tanto que agradecer a la vida. Hasta ahora nada me ha negado”, decía por aquellos Mirtha, durante una entrevista con la revista Cine Argentino, en la que confirmaba la decisión de abandonar su profesión para convertirse en ama de casa.
Pero claro: antes de cumplir con su palabra, la diva debía concluir con los compromisos laborales ya adquiridos. Entre ellos, figuraba el rodaje de la película Cinco Besos, con dirección de Luis Saslavsky. Y fue justamente durante esa filmación que Mirtha conoció al cineasta francés Daniel Tinayre, amigo del director, que cambió por completo sus planes personales y laborales.
“Hoy ha sido un día inolvidable porque la he conocido”, escribió Tinayre en la tarjeta que acompañó el ramo de rosas que esa misma tarde le envió a Mirtha. Y que a ella le bastó para romper su compromiso con el cordobés e iniciar una relación con el hombre que en 1946 se convertiría en su esposo y el mentor de su carrera como conductora.
Así fue como, en 1968 y a instancias de Tinayre y Alejandro Romay, Mirtha se puso al frente de sus clásicos almuerzos en el viejo Canal 9. Ella pensaba que el ciclo, que por entonces se llamaba Almorzando con las estrellas, no iba a funcionar. “¿Un programa con gente comiendo?”, se preguntaba. Pero el ciclo se mantuvo en aire, con distintos nombres y en diferentes canales, hasta el día de hoy que se emite por El Trece los sábados, como La noche de Mirtha, y los domingos, como Almorzando con Mirtha Legrand.
Por eso, cuando hace unos días la diva anunció su posible retiro de los medios, muchos se sorprendieron. ¿Acaso es posible concebir a la televisión argentina sin la Legrand? Es verdad que este no ha sido un año fácil para Mirtha: su operación intestinal, la pérdida de su hermano José y algunas frases desafortunadas por las que ha tenido que salir a pedir disculpas públicas, la han puesto en una situación vulnerable. A esto hay que la dura lucha por el rating ante los diferentes ciclos que programa Telefe en su franja y que la duración de más de tres horas del ciclo, a esta altura, la tiene un poco cansada. Sin embargo, a sus 92 años, sigue siendo una conductora número uno. Y nadie le cree cuando dice que va a dejar de trabajar.
Después de aquel primer intento de retiro que terminó en una boda frustrada, Mirtha volvió a amenazar con su alejamiento de los medios en varias oportunidades. “No sé si sigo el año que viene", solía repetir cada vez que terminaba una temporada. Y las revistas se hacían eco de eso. Pero, al poco tiempo, la diva anunciaba su regreso triunfal en la pantalla. Y seguía al aire, como si nada.
Es cierto que hubo dos hechos que marcaron a la diva y que hicieron peligrar su continuidad en los medios: la muerte de su marido en 1994 y la de su hijo Daniel, en 1999. Sin embargo, a pesar del dolor, la diva siguió adelante con su programa. Es más: muchos piensan que fue gracias a su obsesión por el trabajo, que pudo superar dos pérdidas tan importantes en su vida.
En la actualidad, la rutina de Mirtha incluye las reuniones de producción de los días martes en su casa y los dos programas del fin de semana, para los cuales se prepara intensamente. De hecho, no hay nada que la diva ignore de la vida de cada uno de los cinco invitados que recibe en sus “mesazas”. Y, sin la ayuda de ningún panelista -como suele decir ella-, logra llevar adelante cada emisión de su programa.
¿Acaso la Legrand está preparada para dejar todo esto de lado y dedicarse a una vida alejada de la pantalla?. Quienes la conocen dicen que no. Pero habrá que esperar para saber qué es lo que decide ella finalmente. Y así corroborar si este anuncio fue, o no, uno más de sus tantos amagues de retiro.
SEGUÍ LEYENDO