Es una de las influencers del momento. Estudio Economía Empresarial en la Universidad Di Tella, pero el destino -y su pasión por el arte- llevó a Stefi Roitman a transitar otros caminos. Gracias a una serie de castings actuó en tira Simona, en la serie sobre la vida de Diego Maradona (aún sin fecha de estreno), y hasta se animó a la conducción, en dupla con el Pollo Álvarez.
Confiesa ser la misma de siempre, y que la fama no la modificó en nada. “Soy una chica súper simple y común a la que, de golpe, le cambió la vida. El éxito de Simona fue impresionante y mi personaje funcionó muy bien. Pero nada de esto influyó en mí: soy la misma de siempre, solo que ahora la gente me reconoce en la calle”.
El crecimiento de Roitman fue día a día. Cuando la novela que emitió El Trece en su prime time, tenía unos 22.500 seguidores en Instagram; hoy, ya suma un millón. Su relación con Gastón Soffritti, ex compañero en Simona, también la colocó en el centro de la escena. Todo comenzó en 2014 cuando Estefanía fue a bailar a un boliche con sus amigas y se encontró con Gastón. No se conocían. Esa noche se besaron. Y lo suyo, ahí quedó. Hasta que se reencontraron en la ficción y construyeron un romance que duró un año.
—¿Cómo te llevás con la popularidad en las redes sociales?
—Estás abierto a recibir comentarios lindos y comentarios no tan lindos... Siempre me dicen: “Volvé al pelo largo”, “Volvé al morocho”, “Se te nota la costilla en la foto”, “Dénle una hamburguesa esta muy flaca”. Ya estoy acostumbrada.
—¿No te molesta?
—Hay comentarios que molestan, pero no soy de bloquear o borrar. Una vez me bardearon mucho por una foto. Esa fue mi mayor pelea con las redes sociales. Empecé a subir historias diciendo que cada uno tiene el cuerpo que tiene, que hay momentos en la vida en que estás un poquito más subido de peso, un poquito más abajo, que no somos robots, porque sino todos seríamos perfectos, y que lo lindo de cada uno es ir transitando la vida como a uno le haga feliz.
—¿Cómo era la foto que subiste?
—Era una foto en la que se me notaba mucho una costilla. Soy muy huesuda: la costilla se me ve esté siete kilos arriba o esté en mi peso. Pero en una foto yo estaba estirada y la costilla se marcó un poquito más, nada más que eso. Todos me preguntaban si estaba bien, y me molestó.
—¿Te llamaron para actuar en la serie de Maradona?
—Sí, de un día para el otro. Estaba de viaje haciendo una producción de fotos y me llegó un llamado. Yo había ido a un casting hacía mucho y quedé en la base de datos de las chicas que habían ido, y me ofrecieron ese papel. Viajé a Uruguay a hacer un papel pequeño, pero que en una de esas puede seguir si es que hay una segunda temporada. Estaría genial.
—¿Qué fue lo más difícil de esta carrera?
—Seguir confiando en uno mismo, porque tenés días que decís: “¿Esto será para mí?". Ser perseverante es lo más difícil. En este caso estoy entrando en una etapa medio de conductora, pero en su momento era ser actriz y tenía que ser paciente por que no me llamaban.
—¿Cómo fue tu relación con Gastón Soffritti?
—Fue un gran compañero en todo sentido. El amor surgió después de unos meses de grabar. Primero lo conocí como compañero, y de hecho hacía de pareja de él. Era re importante tener a alguien en quien poder confiar y que te ayudara a crecer.
—¿Disfrutaste el Bailando 2019?
—Sí, me abrió un abanico nuevo de gente que no me conocía. Y esto de estar caminando en la calle y que venga una nena corriendo o alguien más adulto y que me pida una foto, o que me diga algo lindo, que quiera charlar, que no sepa qué decir... Se me han puesto a llorar nenas, y yo las abrazo.
—¿Estás en pareja de nuevo?
—Con mi nueva relación (Lucas Biren, el mánager de Jimena Baron) me pasó que intenté cuidarla hasta que dije: “Quiero hacer mi vida normal, no estoy haciendo nada malo”. Si después me va mal, me irá mal. Yo creo que estoy bien, que estoy feliz, y no tengo por qué esconderme. Entonces dije: “Pará, tampoco tengo que salir encapuchada". ¿Qué mejor que hacer lo que a uno le haga bien, sin lastimar o molestar a otro?
—Estudiaste Economía Empresarial.
—Sí. Estaba dedicada al estudio cuando en 2014 quedé seleccionada para participar de un programa para chicos en Discovery Kids, con compañeros de Brasil, de México, un chico de Colombia, eramos varios, cinco, y mientras hacía ese programa, estudiaba. Era una locura. La mitad del tiempo seguía mi pasión, y la mitad de tiempo me abocaba a lo académico, que no lo quería dejar, medio de cabeza dura.