Fue un año muy difícil para Julieta Prandi, quien en febrero se separó de Claudio Contardi, el padre de sus dos hijos. Estuvieron en pareja durante diez años, pero no cerraron su matrimonio en buenos términos. Es más, la artista contó que debió "abandonar la casa con los nenes". A raíz de estos meses complicados, la modelo decidió tomarse unos días de descanso.
El destino elegido para la mamá de Mateo y Roco fue Brasil y, a pesar de ser muy pegada a sus dos pequeños, prefirió hacer esta escapada con dos amigos: Sebastián Waizer y Matías Pajón, sus "compañeros ideales", como ella misma los definió.
Como buena influencer, Prandi compartió el minuto a minuto de estas divertidas pero a su vez relajantes vacaciones. Y no es para menos: Janeiro, una de las ciudades más cautivantes del mundo entero.
La actriz compartió las fotos, en las que se la pudo apreciar realizando todo tipo de turismo: playa, monumentos y gastronomía. A la hora de la playa eligió Copacabana, donde aprovechó de las altas temperaturas de las arenas cariocas. Allí practicó yoga de la mano de su fiel amigo Sebas, quien se dedica a la danza. "Haciendo piruetas con la vida. Ahora disfruto la cima tanto como el precipicio", escribió en una de sus nueve publicaciones de Río.
Además, el trío de amigos no se perdió la oportunidad de conocer el emblemático Cristo Redentor, una de las siete maravillas del mundo moderno, donde la conductora se mostró conmovida. "Comparto mi emoción con ustedes junto al Cristo Redentor. Quién lo precise, aquí se lo dejo..", redactó.
También se sacó una foto junto al banco donde se encuentra la estatua de Carlos Drummond de Andrade, uno de los poetas que más recuerdan los brasileños.
Los íntimos amigos caminaron por las calles de la ciudad y aprovecharon del calorcito para divertirse durante la noche. "¡Una más y no jodemos más! Esta foto hermosa tiene el espíritu de lo que se siente estar en Río: una mezcla de paz, alegría y no sé qué, pero ese no sé qué te deja flotando con ganas de volver. Como cuando te enamorás a primera vista. Yo no conozco otra clase de amor", concluyó a modo de cierre para una semana seguramente tan inolvidable como reconfortante para el alma.
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