Lejos de los medios, disfrutando de sus hijos y manejando una granja, Violeta Lo Re vive un presente pleno. El Bailando, su participación en el reality de su ex novio Ricardo Fort y su famosa frase "La Apocalipsis existe, y empieza hoy", ya son parte del pasado.
Mamá de Santino (tres años) y de Vito (dos), la ex vedette vive con sus chicos y con su pareja en Escobar. Y desde fines del año pasado está dedicada de lleno al emprendimiento familiar: La Huevada, un criadero de gallinas ponedoras. "Mi marido se asoció, son varios socios, y de a poco empezaron a reacondicionar la granja y a ponerla en funcionamiento. Costó y tuvo un proceso, hasta que empezaron a salir los primeros buenos huevos", cuenta Lo Re, en diálogo con Teleshow.
Violeta y su marido no tenían ni idea de cómo funcionaba el rubro, pero junto con uno de los socios que tenía experiencia en el tema, fueron aprendiendo. Y ahora, explica: "Los huevos tienen un tamaño de acuerdo a la edad de la gallina, al principio ponían muy chiquitos. Los primeros número 4 son chicos y no todo el mundo los compra; una vez que empezaron a tener un tamaño comercial empezamos este emprendimiento".
Así, con su empresa producen huevos que envían a domicilio a zona norte: "Mandamos media docena, docena y maples a Nordelta y Pilar; la idea es llegar a más personas. Yo hago de todo y la idea surgió a partir de decir: '¿Qué hacemos con una granja?'. Empecé haciendo la producción de las cajas, los embalajes, la logística, la distribución; primero eran pocos y fue el boca en boca, como dio resultado se fue agrandando".
Violeta coordina los pedidos, envasa los huevos y arma las entregas, pero la tarea que más le gusta es hacer las publicidades: "Nos divertimos mucho con mis hijos", dice. Incluso en la cuenta de Instagram de la granja -que está ubicada en Baradero, y solo tienen gallinas ponedoras, no crían pollos-, comparte videos y fotos de recetas hechas con huevos.
Violeta comparte información sobre los huevos (Instagram)
Sobre sus días en la pantalla, Lo Re reconoce que los extraña, salvo la parte de los conflictos mediáticos. Este año hizo un programa de radio, Recargadas maternidad siglo XXI, donde trataban temas referidos a la familia, pero por cuestiones de tiempo tuvo que dejarlo. Para despuntar el vicio, actualmente hace videos cortos con la misma temática que sube a sus redes: "Los hago desde casa y planteo preguntas a profesionales".
Los videos sobre maternidad que violeta comparte con sus seguidores en Facebook
Violeta se convirtió en mamá de Santino en 2016, y un año más tarde Vito completó la familia. Desde ese momento decidió abocarse a sus hijos. "Hace tres años que no duermo porque el 'duérmete niño' no puedo hacerlo. Así que 'ajo y agua': cambio más pañales de noche que de día", bromea.
Entre los chicos, la granja y los videos, a Violeta no le queda mucho tiempo libre, y el que tiene prefiere pasarlo con sus hijos. Pero cuando puede, viaja a Rosario a visitar al resto de su familia: "Me encanta, aunque sean solo dos días".
Para cerrar, se refirió a la polémica que se generó luego de que la agrupación española Alma Vegana asegurara en un video que había que separar a los gallos de las gallinas, para que estas no sean violadas: "Hay un poco de todo. Hay que estar más informadas, la gallina pone huevos de por sí, no necesita de un gallo, si ella lo pone y le da calor va a salir un pollo, nadie fuerza nada, las gallinas ponen un huevo por día".
Aún así, entiende las nuevas corrientes: "El mundo cambia a partir de las personas que piensan diferente, hay una tendencia de tener más cuidado en las gallinas, pero todos tenemos un rol, no entendemos a la gallina qué le pasa, si le gusta más tal o cual cosa".
"Por otro lado, hay gente que se muere de hambre y vive en la calle. Estamos en un momento de crisis en Argentina, se decretó la ley de emergencia alimentaria y pensar si la gallina está triste o contenta… te supera. No estamos en el mejor momento para analizar estas cosas. Es muy costoso todo, apenas se logra que una pyme sobreviva, como para estar pensando en una inversión mayúscula y una modificación porque la gallina está triste, como se hizo en España, que a partir de un decreto establecieron que las granjas tenían trece años para adecuarse a nuevas normas", cerró al respecto Violeta.
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