Es otra. Así se siente. Su cambio de vida fue total: desde su interior a su mundo exterior. Victoria Vannucci a los 36 años sabe que hoy es la mejor versión de sí misma. En medio de esta revolución personal también vivió su separación, hace ya nueve meses, del empresario y padre de sus hijos Matías Garfunkel.
Instalada en Los Ángeles con sus hijos Indiana (6) y Napoléon (4) -"soy feliz siendo una mamá full time", según comenta a sus íntimos- se acercó hace tres meses, junto a sus abogados, hasta los tribunales de California para solicitar formalmente el divorcio de quien había sido su pareja desde 2010.
Habían vivido una gran historia de amor, habían tenido dos hijos maravillosos, pero el amor había cambiado. La separación fue dolorosa, pero sin reproches. Para la ex modelo la única prioridad son sus hijos y reconoce a Garfunkel como un excelente padre y alguien con quien va a tener una cálida relación toda su vida.
No fue una decisión que Victoria tomó de un día para el otro, por eso no dudó al llenar la enorme cantidad de formularios que le entregaron en los tribunales estadounidenses para su separación y firmó la petición convencida de que eso era lo mejor para la vida de sus hijos, de su ex parejay suya. Matías Garfunkel firmó posteriormente su acuerdo.
Para que el divorcio sea oficial, deberá esperar cerca de tres semanas, cuando llegue el dictamen final de la Corte.
La historia de amor que vivió con Garfunkel -se casaron por la tradición judía en 2012, pasaron por el Registro Civil, e hicieron fiesta en el Palacio Duhau- creció cuando nació Indiana en marzo de 2013. Y un año después, en agosto de 2014 llegó Jorge Napoléon para completar la familia. Luego de siete años de matrimonio, se separaron cuando ya vivían en los Estados Unidos, por lo que el divorcio se realizó de acuerdo a las leyes de ese país.
La vida que construyó hoy Victoria en Los Ángeles es la que quiere para su familia. Tener tiempo de llevar y buscar a sus hijos en el colegio, cuidar su huerta personal -se hizo vegana- y colaborar con tres ONG haciendo labores comunitarias.
Hace unos días realizó un viaje fugaz a la Argentina -con un nuevo y espectacular look- para visitar a sus padres y a sus hermanas. El físico diferente, la piel luminosa, y hasta un nuevo corte de pelo llamaron la atención de todos. Su nueva alimentación fue fundamental para esta transformación.
La dieta vegana implica, obviamente, descartar todas las carnes, muchas verduras, jugos naturales y detox, y al menos dos litros de agua por día. Victoria, además, disfruta mucho cuidando las verduras orgánicas de su huerta con productos de estación que le permiten innovar en sus recetas.
Estar lejos de la exposición y los medios, y dedicarse a trabajos solidarios es lo que hoy le "llenan el alma", según confesó. El yoga y la vida sana, fueron también fundamentales en el cambio que eligió.
El camino no fue fácil -sufrió una gran depresión durante tres años- pero hoy Victoria siente que así, viviendo con simpleza, siendo madre tiempo completo para sus hijos, tiene la vida que siempre soñó.
El papel final del divorcio, que llegará en veinte días, no cambia su situación actual, solo pone un marco legal a una decisión que tomó ya hace muchos meses y que cierra -y abre a la vez- un capítulo en esta nueva vida que construyó.
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