Marisa Brel es mamá de Paloma, de 17 años, y de Timoteo, que en unos días cumplirá siete. A su hija mayor la tuvo luego de haberse realizado un tratamiento de fertilización in vitro, y al menor, gracias al método de subrogación de vientre, que realizó en Estados Unidos. La historia de la periodista dista mucho de la Jazmín, el personaje de Julieta Díaz en Pequeña Victoria, que también subrogó para tener una hija.
Marisa Brel en Por si las moscas
"Estaba atenta y nerviosa a la novela", dijo Brel en Por si las moscas en referencia al estreno de la tira de Telefe que narra la historia de una mujer que, para no dejar su carrera profesional durante una licencia, decide alquilar un vientre. En la historia, se suman Bárbara (Natalie Pérez) la joven que presta su vientre, Emma (Mariana Genesio Peña) la chica trans que dona su esperma, y Selva (Inés Estévez), la mujer que lleva a la gestante a dar al luz.
Brel no coincidió con la forma en la que se presentó el argumento: "Está en un marco de la ficción, pero trabajo mucho para que salga la ley de subrogación y me preocupa que se dé mal la información". Sin embargo, destacó que es muy positivo que se aborden ciertos temas en pos de empezar a naturalizarlos.
En el país no existe una ley que regule la subrogación, por lo que no hay una forma de hacerlo que esté bien o mal. A pesar de eso, la periodista dijo: "Una carrier (la mujer que lleva el embarazo) no puede serlo si antes no fue mamá".
También dijo que no es cierto que a la persona que quiere ser madre le muestren un video de la gestante: "Eso es de color -dijo Brel, sobre una escena de la ficción-, pero lo importante era ver su salud. Para ser carrier hay meses de exámenes y estudios para ver si puede llevar adelante el embarazo, porque es muy fuerte tener un hijo en la panza que es tuyo".
"Además, no somos clientas", aclaró en referencia a cómo llaman en la clínica a Jazmín. "Me dolía el estómago cuando decían eso, es un tema sensible", advirtió Marisa, quien también habló sobre los motivos que llevaron al personaje de la novela a subrogar: "No contaron por qué no puede quedar embarazada, cuentan que la gente subroga porque se le da la gana. Es horrible, es el peor mensaje que se pueda dar".
"Para subrogar tuve que hacer exámenes tremendos, iba por el décimo tratamiento, había tenido a Paloma, durante 10 años busqué a Timoteo y Sergio Pasqualini (su médico) me dijo que ya no podía quedar embarazada, quise adoptar. Cuando presenté mi libro en Miami me fue a ver el doctor Akerman y me dio una tarjeta que decía 'subrogación'. Es tremendo no poder tener un hijo en forma natural, une o destruye parejas, es desesperante", contó sobre su historia.
Mientras se desarrollaba la gestación de su hijo, Brel tuvo miedos: "Pensaba, '¿me vas a dar a mi hijo?' Y Joy, la gestante, me dijo que tenía otros hijos y que si quisiera otro, lo tendría con su marido. En la ficción se mostró que el personaje de Natalie Pérez lo hacía por dinero. Si no hay otra motivación, una mujer no lo hace. Por ley, en Estados Unidos te cobran 20 mil dólares por mes porque hay que pagar tratamientos, consultas, el parto; ellas se llevan 1.300 por mes que no le cambian la vida a nadie".
Sobre la relación entre la madre y la carrier, explicó que tener o no contacto es una decisión personal y reiteró que el dinero no es lo que motiva a las gestantes: "Si creen que van a alquilar su vientre porque se van a hacer millonarias, no".
Tampoco le pareció apropiado que el personaje de Julieta Díaz no tomara en brazos a la beba al momento del nacimiento: "Yo estuve en el parto de Timoteo, cortamos el cordón, me lo dieron y lo abracé hasta que me dijeron que había que ir a pesarlo".
Sobre el cuestionamiento respecto a si Victoria nacía por parto natural o cesárea, aclaró que en los casos de subrogación está todo pautado de antemano: "Si hay riesgo de vida, se hace cesárea y no se discute".
"Me encanta que se instale el tema, pero que se instale bien. Que traigan a un hijo al mundo, que tenga muchas madres esta buenísimo", cerró respecto a la historia y sobre la subrogación, agregó: "Alquilar un vientre es hasta más suave que donar un riñón, que hay que sacarse algo, o que donar un corazón donde es vida o muerte. Acá se presta un útero, es puro amor, si hubiera visto a Joy padeciendo el embarazo como Natalie Pérez, me muero. Si no tenés el sentimiento de ayudar a una persona, es imposible hacerlo por plata, no es alquiler de una casa".
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