Christophe Krywonis habló de la crisis en la Argentina: "Me gustaría que mi plata valiera algo"

El chef francés será jurado de la nueva temporada de "Bake Off", que postergó su debut. Residente en el país hace más de 30 años, su vida cambió para siempre en marzo pasado, cuando se realizó una cirugía bariátrica. "Ahora soy mejor en mi vida privada y profesional", contó a Teleshow

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Christophe Krywonis: "Me gustaría trabajar y que mi plata valiera algo" (Video: Teleshow)

Hace 30 años Christophe Krywonis se cansó de "la zona de confort" en su tierra natal. Antes ya se había ido de Blois, la ciudad francesa en la que nació, a París, a unos 200 kilómetros. También había trabajado como marinero y bombero en Marsella. Pero necesitaba un desafío más grande. Un amigo suyo, uruguayo, le hizo llegar una propuesta para trabajar en el restaurante de un tal Francis Mallmann en Las Leñas. No podía dejar pasar la oportunidad: sin hablar una palabra de español, llegó a la Argentina en 1989.

Con el correr de los años perfeccionó sus habilidades gastronómicas, su gran pasión desde los cinco años, cuando su abuela le enseñaba sus mejores platos. Así, llegó a tener su propio restaurante. Alcanzó la fama como conductor de los programas MasterChef y Pesadilla de la cocina; y jurado en Familias Frente a Frente y Bake Off, el ciclo de pastelería que debutó el año pasado en su versión argentina.

En los últimos meses estuvo abocado a las grabaciones de la nueva temporada de Bake Off junto a Paula Chaves, la conductora del ciclo, y Pamela Villar y Damián Betular, los otros dos integrantes del jurado. De todas formas, por decisiones en torno a la grilla de programación de Telefe, el programa saldrá al aire el año que viene. En medio de su jornada laboral, en la colorida carpa que se montó en un campo de Pilar a modo de set de grabación, resignó parte de su hora de almuerzo para hablar con Teleshow.

Christophe Krywonis, Paula Chaves, Damián Betular y Pamela Villar: el equipo de “Bake Off”
Christophe Krywonis, Paula Chaves, Damián Betular y Pamela Villar: el equipo de “Bake Off”

El reconocido chef, que vivió en carne propia la crisis del 2001 y los vaivenes de la economía nacional de los últimos 30 años, manifestó sus descontento con la situación actual. "Me tiene cansado", aseguró, bajo una mirada seria, esa misma con la que ha degustado innumerables platos en televisión.

"¿Puedo decirlo con toda la crudeza del mundo? Tengo las pelotas por el piso. A ver… Estoy contento de trabajar pero pago mis impuestos como todos y me queda nada… Este año hice un viaje a Miami y nada más, después todo se va en mi familia, la salud y la educación. Estoy un poco cansado. Me gustaría trabajar y que la plata que gano valiera algo. Pero, bueno, esto no tiene nada que ver con Bake Off…", observó el francés.

Dijo que no suele mirar televisión, que prefiere Netflix o ir al cine. De los canales de noticias solo sigue a Rodolfo Barili y Cristina Pérez, que son sus amigos. Prefiere abstraerse un poco de todo lo que sucede en el país: "Me afecta mucho todo lo que pasa en los informativos, por eso me alejo un poco de la realidad cruda. Es un poco violenta".

El chef francés adelanta la nueva temporada de "Bake Off" (Video: Teleshow)

Volviendo al trabajo, Bake Off tendrá un jurado más exigente que en su primera temporada, por lo que el nivel de los concursantes será superior, según Christophe. Son 14 en total -dos más que el año pasado-, que llegaron de diferentes rincones del país para ser parte del "programa más dulce de la televisión", tal como ha catalogado Telefe al certamen.

"También hay un venezolano… El otro día le comentaba a mi barbero que tanto él como yo somos extranjeros en esta tierra que nos supo recibir. Este participante tiene que demostrar que, como inmigrantes, tenemos algo para aportar a la sociedad argentina", señaló Christophe.

—¿Así pensaste cuando llegaste a la Argentina?

—El 1 de junio festejé 30 años en el país. Me acuerdo de mi primera conversación con mi amigo uruguayo que me trajo acá. Me dijo: "Acordate que no sabés el idioma y no conocés la cultura. No presumas de ser francés para imponerte en la sociedad argentina". Desde el primer día que estoy acá me enseñaron a conocer la cultura y el idioma para adaptarme y vivir mejor.

—¿Qué aprendiste en todo este tiempo?

—Que vengo de un país en el que tenemos muchas cosas pero que no tengo que presumir justamente de esas ventajas culinarias que podemos tener, porque la Argentina como sociedad tendrá sus problemas pero también es una gran familia. Acá me siento como en mi casa. La gente sufre pero sabe vivir también. En la gastronomía y la pastelería pasa lo mismo: hay que saber adaptarse a un momento para seguir cocinando. En este programa lo hacemos con la pastelería.

—¿Qué le dirías a ese adolescente que llegó a la Argentina casi sin nada, y ahora es un chef consagrado en la televisión?

—Que siga su instinto y cometa los mismos errores. Mientras no dañe a nadie y tenga una conducta ética impecable, lo más importante es creer en sus sueños, llevarlos adelante y no a costa de los demás, sino trabajando mucho. No temerle al trabajo, porque siempre da sus frutos.

La nueva vida de Christophe (Video: Teleshow)

La vida de Christophe cambió por completo en marzo pasado. En esta ocasión no se trató de una nueva mudanza a otro país ni un vuelco en su carrera, sino de una cuestión de salud: después de tener un pico de diabetes decidió someterse a una cirugía bariátrica. Ahora, su tiempo no se mide en segundos, minutos ni horas, sino en kilos bajados.

—Hace 42 kilos grabé la primera temporada de Bake Off, ahora estoy en 99. Dejé atrás buena parte de mi sobrepeso. Hablé con Telefe y Turner antes de empezar las grabaciones este año porque estaba preocupado con las degustaciones. Al principio lo hice con mucha prevención y después me di cuenta de que estaba todo bien.

—¿No tuviste problemas?

—No, yo estoy muy bien. Es un desafío grabar este programa después de la operación, pero la llevo bien. La producción me cuida mucho y también hago mucha terapia. Pero yo me sé controlar bastante: no engordé un gramo. Ser dulce no engorda…

—¿Cómo hacés para controlarte?

—Me sé controlar. Además tengo el estómago más chico así que no puedo… Pero que conste que probé todos los postres que se hicieron en Bake Off. Van a poder verlo: doy unos mordiscos bastante interesantes. Pero me controlo, y en casa igual. El otro día tuve un asado y con 50 gramos de carne ya estoy. El cuerpo se ocupa de medirme, y también sobre todo, el ánimo.

—¿Cómo te cambió la vida?

—Antes de bajar de peso ya me había dado cuenta de que había cambiado mi ánimo. Creo que eso también ayuda a mi vida y a mi trabajo, tanto en la televisión como en la cocina. Creo que ahora estoy más a la escucha de mis compañeros y de los participantes. Siempre fui una persona muy abierta en ese sentido pero siento que estoy más tranquilo. Esa serenidad me da la posibilidad de ser mejor en mi vida general, privada y profesional..

—¿Y en las relaciones de pareja cambió algo?

—Eso no cambió nada: sigo solo y estoy bien así.

—Hace poco dijiste que sos mejor abuelo que padre (N. de la R.: es padre de Zoe y Lola, y abuelo de Bianca y Felipe), ¿por qué?

—Trabajé mucho para entenderlo, pero sí, me considero mejor abuelo que papá. Creo que a través de mis nietos veo la educación que les di a mis hijas y es como una admiración muy grande y un amor incondicional que tengo por sus chicos, que no tiene filtro. Cuando mi nieto me vio un poco más flaco me dijo "seguís gordo". Y cuando me vio mucho más flaco me vino a dar una abrazo… Mucha emoción. Después de eso, cuando uno trabaja mucho y está sin pareja, la familia es realmente la que más te acompaña. Es la espina dorsal, claramente. Sin mis hijas y sin mis nietos no sería la persona que ven en televisión.

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