Por Susana Ceballos
Entrega de los premios Oscar 2008. Viggo Mortensen está nominado en la categoría Mejor Actor por su papel en Promesas del Este. Cuando anuncian al ganador, Daniel Day-Lewis es quien se lleva la estatuilla. La cámara enfoca al perdedor que aplaude aunque se nota su frustración. ¿Por qué no ganó? Nada de eso. Su bronca es porque se le acaba de arruinar el festejo. Su plan consistía en subir al escenario y ante los ojos del mundo desplegar una bandera de ¡San Lorenzo de Almagro!
Cuando termina la premiación, la fiesta sigue en distintos eventos de Hollywood. En uno de los más glamorosos está Cate Blanchet, que cursando los últimos meses de embarazo despliega su elegancia. Al verla, Viggo le pone sobre su panza la bandera que lleva de capa y la mujer que figura siempre entre las más elegantes del mundo posa feliz con los colores azulgrana.
Aunque los fotógrafos se asombraron por el fanatismo de Viggo, para los hinchas de San Lorenzo es casi cosa de todos los días. Es que el actor es un cuervo conocido y reconocido. El productor y periodista Axel Kuschevatzky, el periodista argentino que más veces cubrió los Oscar, le contó a Teleshow que cada vez que se encuentran el actor lo saluda con un "¡Cuervoooo!" ya que ambos son del Ciclón. "Mucha gente cree que lo de él es pose, pero cuando lo conocés te das cuenta que no. Vas a un rodaje y preguntás dónde está filmando y los técnicos te contestan 'donde está la bandera de San Lorenzo'. Ni hablar de las veces que introduce elementos de su equipo en las películas. Desde vestirse con esos colores o como en la película Green book escribir en una pared "CASLA".
Viggo también es una especie de "evangelizador" y no pierde ocasión de tratar de convencer a todos de que se hagan hinchas de San Lorenzo. Kuschevatzky lo comprobó. "Cuando estaba filmando la película argentina Todos tenemos un plan me pareció una buena idea que mi hijo –que en ese momento tenía cuatro años- me acompañe. Luego del rodaje, vamos a comer y Viggo me indica que nos sentemos junto a él. Cuando supo que mi hjo era de Boca se pasó 25 minutos intentando convencerlo de que se haga de San Lorenzo. Era algo muy surrealista ver a la estrella de El señor de los Anillos tratando de lograr que se haga cuervo". Kuschevatzky también recuerda la vez que al terminar de filmar el western Appaloosa la protagonista Renée Zellweger le regaló a Viggo unos gemelos de plata grabados con la sigla CASLA. El actor le agradeció el gesto y le preguntó "Renée ¿cómo te diste cuenta que soy de San Lorenzo?". Y ella respondió: "Porque tenés puesta una bandera de dos metros en tu camarín, Viggo!".
Pero ¿cuándo nació esta pasión? Para eso hay que remontarse a su infancia cuando entre los 3 y 11 años vivió en la Argentina. En ese momento en San Lorenzo, José Areán, Victorio "el manco" Casa, Horacio "el loco" Doval y Héctor "Bambino" Veira apodados "Los Carasucias", fascinaban por su atrevimiento, audacia ofensiva y juego creativo. "Me gustaba cómo jugaban pero sobre todo cómo luchaban", recordó el actor. Y así nació su pasión y eso que su padre solo lo llevó a la cancha una vez y la experiencia no fue la mejor. "Tendría cinco años y fuimos a ver un partido a
River. Le digo a mi padre 'está lloviendo' y él me contesta que no. 'Sí, papá está lloviendo'. Lo que parecía lluvia en realidad era un hincha que me estaba orinando".
Su fanatismo asombra más porque conociendo un poco de su vida, el actor tiene un perfil más intelectual que pasional. Vive entre Madrid, donde está su pareja la actriz española Ariadna Gil, y Nueva York. Políglota habla perfecto francés, español, inglés y danés. Tiene dos licenciaturas, una en Ciencia Política y la otra, en lengua española por la Universidad de St. Lawrence (Nueva York). Fue capitán del equipo de tenis universitario. Toca el piano y editó el álbum "Time Waits For Everyone". Escribe cuentos desde los siete años y poesía desde los ocho y fundó y dirige la editorial Perceval Press. Como actor no se puede decir que se repite ya que hizo personajes fantásticos, como el de Aragorn en El señor de los anillos; psicológicos, como Sigmund Freud en Un método peligroso; violentos, como el de Promesas del este y paternales, como en Capitán Fantástico y toscos tiernos como en Green Book.
En el club la presencia de Viggo hace rato que dejó de ser una rareza para convertirse en parte de lo cotidiano. Marcela Nicolau, jefa de prensa de San Lorenzo recuerda que el primer acercamiento formal fue en el año 2003. "Él visitaba el país por el estreno de la última película de la saga de El
Señor de los Anillos y me contactó para ver un partido en vivo. Y así fue que se acercó a la merienda en el hotel el día de partido. Trajo libros de la película para todos los jugadores y para Pipo Gorosito que era el entrenador. Luego, junto al staff de la película viajamos a Santa Fe en una combi para ver el partido contra Colón".
Nicolau recuerda para Teleshow otra anécdota: "En 2008, para el centenario del club, Viggo pidió permiso para ausentarse tres días del set de filmación de La carretera. Es que era la fiesta del centenario del Club y quería estar. Ese día se subió al escenario y cantó un tango que reflejaba su amor que por San Lorenzo".
Otro hecho increíble teniendo en cuenta que el que lo protagoniza es un personaje cultísimo y políglota es que la primera vez que pisó la cancha del Nuevo Gasómetro no solo se emocionó "también besó el pasto, arrancó un poco y se lo comió", relata todavía asombrada Nicolau. Viggo además ayudó a construir la capilla en honor al padre Lorenzo Massa, el fundador del club, que está en la ciudad deportiva y contribuyó con la vuelta a Boedo. Tiene un gran cariño por el plantel campeón de 1968 que fue el que lo fascinó de chico. Cuando se cumplieron 40 años de ese campeonato, organizó un asado para homenajearlos. Como no es muy amigo de la tecnología no participa en grupos de whatsapp pero suele intercambiar mails sobre la actualidad del club con Matías Lammens, los jugadores actuales y los de antes, sobre todo con Beto Acosta. En la despedida del el Pipi Romagnoli no puedo estar porque se encontraba filmando una película en
Canadá y le escribió un mail muy emotivo al ídolo cuervo.
Otra anécdota increíble fue relatada por el mismo Viggo. Era el 2008 faltaban tres días para la Navidad y el actor pasó a buscar a su hijo Henry por Nueva York para ir a celebrar a la casa de su abuelo. Nevaba y Viggo esperaba en el auto, cuando su hijo sube le dice: "En dos horas sale un vuelo a Buenos Aires, ¿qué te parece si vamos para allá y conocés la tierra donde pasé la infancia y sobre todo vemos la final del triangular entre San Lorenzo y Boca. Estamos 48 horas y volvemos para celebrar con tu abuelo?". Atónico el hijo accedió. Desde chico sabía que no tenía otra opción que ser del club ya que todos los calzoncillos, tazas y toallas que le compraba su padre eran de San Lorenzo. El partido se disputaba en la cancha de Racing y Viggo con su hijo, lejos de verlo en la platea estaban en medio de la popular. Las crónicas de la época cuentan que fue un partido épico. San Lorenzo venía de ganarle a Tigre y podía consagrarse campeón. Boca quería lo mismo porque además su eterno rival, River estaba último en la tabla. El triunfo fue para los Xeneizes (3 a 1) y a San Lorenzo le expulsaron a dos jugadores. Durante todo el encuentro y pese a la derrota la hinchada cuerva no dejó de alentar, gritar y cantar. Cuando terminó el encuentro Henry, licenciado en antropología le dijo a su padre: "Era hincha por obligación, ahora lo soy por convicción porque entiendo el hecho trágico pero lleno de coraje que es ser Cuervo". Después ambos se fueron a San Juan y Boedo la mítica esquina donde se juntan todos los azulgrananas porque como su padre le dijo "En otro viaje conocé el Obelisco, la tumba de Evita y lo que quieras pero hoy conocé la pasión".
En la esquina de avenida La Plata y Avelino Díaz, en plena "Tierra Santa" se encuentra un bar donde se reúnen los hinchas del Ciclón. El lugar está repleto de fotos y símbolos azulgranas y obviamente se llama "San Lorenzo". Una de las personas que lo atiende es Eduardo Facian, cuando Teleshow le pregunta si es cierto que Viggo suele parar en su bar asiente con una sonrisa mezcla de orgullo y picardía. Cuenta que el actor "es uno más, un tipo sencillo, para nada soberbio que asombra por su humildad y pasión". Dice que cuando viene a la Argentina a presentar una película suele hacer la entrevista ahí en el bar rodeado de banderines. Cuenta la vez que estaba trabajando y la señora que lo ayuda en su casa lo llamó preocupada porque "está tocando el timbre un tal Hugo, Guido o algo así que dice que tiene que devolver una camiseta" y era el mismísimo actor nominado dos veces al Oscar. Resulta que, invitado al programa de Susana, quiso ir con un modelo vintage que no conseguía, como Facian lo tenía se lo pidió y luego de usarla se la devolvió en persona.
Facian también cuenta que cuando el Ciclón juega de local suele ir a platea porque lo invitan institucionalmente, pero si juega en otra cancha le gusta ir a la popular. ¿Y recibe trato de estrella? "No, para nosotros es un hincha más. Eso sí lo cuidamos". Como esa vez que fueron a Rosario, Viggo equivocó la salida y se encontró en medio de la hinchada de Newell's –enemigos históricos- y lo rodearon con cara de pocos amigos. Entonces uno le dijo "eh actor p…. Ponete el anillo y desaparecé". Viggo no pudo menos que largar la carcajada por la referencia a la manera de escapar de Aragorn.
En sus visitas a la Argentina la parada en el bar de Facian es costumbre. Con los hinchas que se juntan habla de fútbol como uno más. Alguno que pasa y lo reconoce le pide con timidez y respeto una foto y él accede sin problemas. Otros quedan intimidados y es el mismo Facian que les aclará "sí sí es Viggo, sacate una foto". Y Tinelli el otro gran hincha del Cuervo ¿también viene al bar?. "Si, suele venir pero poco. Ojo no es por agrande o porque no le gusta el lugar", aclara Facian. Lo que pasa es que lo vuelven loco con fotos, pedidos y abrazos. ¿Y a Viggo, no? "No, nada que ver. Es que a Viggo lo tratan como a un Cuervo que además es estrella de Hollywood pero a Tinelli lo tratan como un Cuervo que además es miembro de la familia".
Cuando monseñor Bergoglio fue elegido Papa, Viggo se alegró muchísimo. Claro que sus razones no eran religiosas. "Ahora no voy a tener que explicar en el mundo, tanto como antes, qué es San Lorenzo o cuando me vean el escudo no van a pensar que soy del Barcelona. El Papa me ha quitado un peso de encima porque él no esconde que es hincha y socio de mi club".
Entendible o no, Viggo lleva su pasión azulgrana por el mundo. Como dicen por ahí uno puede cambiar de pareja, casa, país e ideas políticas pero de club jamás. Sobre todo si cuando eras chico descubriste y amaste a un grupo de jugadores que te enseñaron que el coraje y la pasión se ve en las películas pero casi siempre se vive en la cancha.
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