Rodeada de valijas y asistentes, Mariana Nannis llegó a los estudios de Telefe, en Martínez, apenas pasadas las siete y media de la tarde. Con tiempo y teniendo en cuenta las indicaciones de su abogado, Juan Manuel Dragani, la esposa de Claudio Paul Caniggia se preparó en camarines para lo que sería uno de los momentos televisivos del año.
"Yo no estoy divorciada de mi marido. Le guste a quien le guste, le pese a quien le pese. Todavía no me divorcié", le aseguró Nannis a Susana para empezar con la entrevista por la que, según trascendió, habría cobrado 30 mil dólares. Y en el rating alcanzó un promedio de 14.8 puntos.
"Vine a salvar a mi marido de la prostitución y de la drogadicción. Lo he salvado muchas veces. Siempre trataba de protegerlo, de sacar gente de su entorno, mala gente. Y lo lograba. Pero, llega un momento que no podés. Ahora se están aprovechando de él, por el problema que tiene", insistió, luciendo un vestido strapless en color rojo sangre que desplegó en el living de la diva.
Recordemos que la esposa de Claudio Paul había llegado a Buenos Aires el último sábado y en el Aeropuerto de Ezeiza, sobre la supuesta amante del futbolista, Sofía Bonelli, había dicho: "Él está con una prostituta y una drogadicta que lo tiene drogado todo el día". Así anticipaba apenas una décima de lo que diría el domingo a la noche, en el programa de Susana.
Y todo para que, antes de que empiece el ciclo, El Pájaro alertara en su cuenta en Instagram: "Una pericia psiquiátrica para Mariana Nannis urgente, ya que no está en su sano juicio. Más que por mí, lo haría por mis hijos y todas aquellas terceras partes que son hoy por hoy víctimas de una situación de insania. No es lo que quería hacer pero creo que es mi deber. Mariana está fuera de sus cabales y esto no es de hoy ni de ayer, y es por eso que hemos llegado a lo que hemos llegado desde hace ya años". Siempre en referencia a Charlotte, Alexander y Kevin Axel, los hijos que tienen en común.
Pero nada de aquello le importó a la mediática y en la entrevista que duró una hora, le contestó: "Yo de salud mental estoy muy bien. El que está muy mal de salud mental es él, porque necesita que lo internen por drogadicto. Si no que vayan a hacerle una rinoscopia, que le hagan un análisis de sangre y de pelo, y que se fijen en qué condiciones está".
Pero además, con el trascurrir de los minutos fue subiendo el tono de sus declaraciones, ante la mirada absorta de Susana. "Sí, varias veces fue violento conmigo. No una vez, varias veces. Estábamos en el Faena y él siempre salía, hace como tres años, porque tenía un socio como representante. Y ahí empezó toda la hecatombe", aseguró cuando Susana le preguntó si había sufrido violencia de género.
La charla tuvo momentos insólitos, como cuando hablaron del "puticlub" que frecuentaba el ex jugador de River o cuando Nannis contó la anécdota de cómo había sido que el jugador nacido en Henderson se había acostado con la mujer de un tal Mauricio, amigo de la pareja.
Después de asegurar que lo cuidó como a un hijo, que varias veces lo internó, pero se escapaba y de mostrar escritos que acreditaban sus dichos, Nannis entró en el pasaje más crudo de su relato.
"Cuando le pregunté por qué llegaba a esa hora, si se había ido a las 9 de la noche, se puso como loco. Le señalé que yo no había venido a la Argentina para ver cómo salía y yo me quedaba como una imbécil. Estaba sacado, le pegaba a las paredes, y me decía que no soy nadie. Entonces me fui a la habitación, empecé a mirar una revista, él se me puso al lado, le pegó una trompada a la revista, me empezó a tirar trompeadas a la cara. Me decía: 'Hija de puta, te voy a matar'. Me levanté como pude, toda golpeada, y me fui al living. Mientras, él me gritaba: 'Callate, hija de puta'", relató ante la mirada desencajada de Susana, que a esa altura ya parecía incómoda con la charla.
"Le dije que iba a llamar a la policía, pero me contestó que ni se me ocurra y 'soy amigo de Angelici, soy amigo del Presidente, duro dos minutos en la cárcel, pero cuando salga de la cárcel tu cabeza va a rodar'", aseguró la Nannis, para que Susana le repregunte: "¿Le hiciste la denuncia?". Y la botinera responda tristemente: "¿Para qué? Si lo sacan en dos minutos, vuelve y me caga a trompadas. Es peor. Si tiene gente conocida no queda nada asentado".
Lo más duro llegó, sin embargo, cerca del final de la charla cuando la invitada contó que estaba embarazada de dos meses y medio cuando, una noche en Marbella, Caniggia la hizo perder un embarazo. "Le pregunté si tenía algo y le dije que me mostrara los bolsillos. Que esa casa debía respetarla y que si estaba drogado que se fuera porque tenía tres hijos menores y dos señoras trabajando en mi casa. Él se enojó y me empujó contra un auto", relató sin llorar, sino más bien enfurecida.
"Al día siguiente vino mi masajista y de repente, mientras me hacía el masaje, empecé a sentir las piernas calientes. Cuando me miro estaba llena de sangre y agarré papel higiénico porque tenía una hemorragia. Agarré a Charlotte y nos fuimos a la clínica USP, porque era sábado y mi ginecólogo no atendía. Cuando llegué a la clínica me hicieron esperar, tuve que ir al cuarto piso, me hicieron una ecografía y cuando el médico me vio me dijo que me fuera a mi casa a hacer reposo y volviera el lunes porque me tenía que hacer un legrado", detalló sobre la época más trágica de la pareja que se había conocido en una disco de Buenos Aires y se casó en 1988.
Pero además agregó: "Como había comido, me hicieron un aspirado sin anestesia, que no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Estuve 40 días tirada en una cama, y en 40 días no vino a verme. Después de aguantar tantas cosas, me parece que estoy muy mal parada, y él está haciendo cosas que no las tendría que hacer un marido".
Y concluyó, cerca de las once de la noche y cuando Susana estaba a punto de despedirla: "Hoy tendría un hijo de 12 años. Él mató a mi hijo por un paquete de cocaína. Le importó nada que esté embarazada de dos meses y medio. Mató a mi bebé, porque si no hoy tendría un hijo. Y para mí un hijo es un tesoro".
Además, una vez terminada su participación en el programa, se quedó charlando con la diva en privado, mientras el ciclo de Telefé ponía al aire los segmentos grabados. Después de cambiarse en camarines, con un tapado negro y por una puerta trasera, Nannis dejó los estudios de Telefé poco antes de las doce de la noche. Todo mientras los productores del ciclo celebraban los picos de 16 puntos de rating que había marcado uno de los grandes momentos televisivos del año.
Si sufrís violencia de género o conocés a alguna víctima, llamá al 144: es gratis y atiende las 24 horas
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