Hay muchos personajes de ficción a los que se los tilda de malditos. Y, crease o no, también hay muchas anécdotas reales que terminan confirmando el mito macabro que los rodea. Tal es el caso de Superman, el cómic creado por el escritor estadounidense Jerry Siegel y el artista canadiense Joe Shuster en 1933, que a lo largo de todos estos años ha sido encarnado por grandes actores, muchos de los cuales han debido cargar luego con la “mala suerte”.
El primer ejemplo es el de Kirk Alyn, quien protagonizó dos series de televisión: Superman en 1948 y Atom Man vs. Superman en 1950. Después de su éxitoso trabajo, el personaje fue llevado al cine, pero el actor rechazó la oferta. Y no volvió a tener presencia en los medios hasta 1978, cuando hizo un cameo, justamente en una nueva edición de Superman en la que encarnó al padre de Lois Lane. Luego de una larga lucha contra el Alzeimer, murió a los 88 años en el más absoluto anonimato. Si, el mismo que había personificado al hombre más poderoso del mundo.
George Reeves fue el protagonista de Superman y los Hombres Topo, film con el que el superhéroe llegó a la pantalla grande en 1951. Y, entre 1952 y 1958, protagonizó seis temporadas de Las aventuras de Superman. Sin embargo, a los 52 años, murió de manera extraña. La versión oficial indicaba que se había suicidado de un disparo en la cabeza. Pero otra, quizá más convincente para los diarios de la época, aseguraban que lo había mandado a matar una amante despechada. Lo cierto es que, a raíz del encasillamiento que había sufrido durante su carrera, el actor había caído en una profunda depresión de la que nunca se pudo recuperar.
El más recordado de los Superman fue, sin dudas, Christopher Reeve, quien protagonizó cuatro películas en 1978, 1980, 1983 y 1987. Tras encarnar al superhéroe, el actor logró continuar su carrera en algunos pocos trabajos cinematográficos y con suerte muy dispar. Sin embargo, en 1995, sufrió un accidente mientras montaba a caballo, por el que se fracturó dos vértebras cervicales y terminó en una silla de ruedas con respiración asistida. En el 2003 participó en la serie Smallville, que cuenta la historia de Clark Kent antes de ser Superman. Allí interpretó al al científico Dr. Virgil Swann. Para poder grabar las escenas, Tom Welling -protagonista de la ficción- tuvo que desplazarse hasta Nueva York, debido a sus problemas de salud de Reeve. Falleció de un ataque cardíaco cuando tenía apenas 52 años de edad.
Una desgracia similar sufrió Margot Kidder, quien encarnaba a la bella Lois Lane en las películas de Reeve. La actriz pasó dos años en silla de ruedas luego de sufrir un accidente automovilístico en 1990. En 1996, víctima de un trastorno bipolar, fingió su muerte al convencerse de que su marido, el novelista Thomas McGuane, y la CIA buscaban asesinarla. Y luego pasó un largo período internada en un hospital psiquiátrico, para retomar su carrera participando también en Smallville, en donde era la asistente del Dr. Virgil Swann (Reeve). Adicta a las pastillas y al alcohol, falleció a los 69 años, a raíz de una sobredosis de sustancias no especificadas. Aunque algunos especulan con que, en realidad, se suicidó.
Dean Cain fue el protagonista junto a Teri Hatcher de la serie Lois y Clark: las nuevas aventuras de Superman, que se emitieron entre 1993 y 1997. Tras el gran éxito de esta producción, el actor logró continur con su carrera pero nunca volvió a destacarse ni en cine ni en televisión. La gloria parece haber quedado en el traje del superhéroe, en un placard.
El caso más reciente es el de Brandon Routh, que en el año 2006 protagonizó Superman Returns . La película se era esperada con ansias, pero su personaje no cumplió con las expectativas del público. Y el actor, que soñaba con lanzarse al estrellato gracias al legendario hombre de acero, terminó encasillado en series de superhéroes sin obtener nunca más un papel protagónico que le permitiera remontar su carrera.
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