"Trabajamos juntos en un call center de una concesionaria. Él me dejaba chocolates en el escritorio, pero yo no sabía quién era hasta que me escribió un mail. Yo era nueva en el trabajo y él era el único que me ayudaba", contó a Teleshow Romina Sánchez, la viuda Nicolás Carabajal, el trompetista que falleció hace un mes en el accidente protagonizado por Rubén "el Pepo" Castiñeiras.
Romy y Nico estaban por cumplir siete años de amor, dos de casados (el domingo fue el aniversario) y sobre todo muchos sueños. Papás de Alma de un año y medio y de Mateo, que nacerá en septiembre, estaban enamorados como el primer día y habían decidido, más allá de los problemas del día a día, ser felices.
Fue cuestión de segundos para que todas las fichas cambiaran de lugar en el tablero. Con riesgo de parto prematuro, Romina debe hacer reposo absoluto para cuidar a su bebé en camino, pero también tiene que explicarle a Alma que su papá ya no está.
"Estoy mal, es un día a día, algunos te levantás mejor, otros estás mal y alguna cosa te bajonea", dijo Romina y contó que su nena muchas veces ve algo de su papá y pregunta: "Con su año y medio, no entiende mucho. Solo entiende que su papá no está. Yo le traté de explicar que él no está, pero es muy difícil".
"La primera semana yo estuve todo el día llorando y ella preguntaba, porque está acostumbrada a que él la cuidaba, jugaban, eran muy pegados", dijo y tras unos segundos de silencio siguió: "Hay un montón de cambios, ella ahora además va a tener un hermanito, está contenta con el bebé y pregunta".
La vida sin Nico marido y compañero y sin papá Nico no es fácil para ninguna de las dos. "A ella (Alma) la casa le hace mal, se para en la puerta y llora", contó y es por eso que se van a mudar a un departamento, donde madre e hija vivirán con el papá y la hermana de Romina.
Sin embargo, a un mes de ser mamá nuevamente y teniendo que afrontar la pérdida de su marido y papá de sus hijos, no es fácil emprender una mudanza. "El otro día hicimos la limpieza de ropa de Nico y me dieron contracciones y terminé en la guardia. Después recapacité y dije 'tengo que estar bien", dijo Romina que hoy prioriza a su bebé en camino.
"No sé de dónde saco fuerza, pero es como que un poco me ubiqué en pensar en estar bien porque tengo riesgo de parto prematuro y no puedo hacerme mal", dijo la mujer que tiene fecha para el 20 de septiembre, pero que la obstetra le explicó que para el nacimiento, debería "aguantar" al menos diez días más para que el pequeño, ahora de un kilo 800 pueda terminar de desarrollarse y pesar unos cuantos gramos más.
El bebé se llamará Mateo Nicolás y su nombre tiene una explicación: "Yo le quería poner Joaquín y él Mateo, como él había elegido el nombre de Alma, este me tocaba a mí. Nico venía y le hablaba a la panza, le decía 'Mateo' y yo le decía que no, que sería Joaquín", contó Romina, que como homenaje decidió ponerle al bebé el nombre elegido por el papá.
Aunque no tiene fotos de su marido acariciando la panza, ya que ella tomaba las postales y su celular no anda muy bien, seguramente le queden los recuerdos para pasarle al a su hijo: "Me cuesta estar feliz, me parece injusto por el bebé, no lo puedo terminar de disfrutar".
"Estábamos en un proceso de construir nuestra casa y nuestra familia", reflexionó Romina. Y es que con dos años de casados y con la llegada de un cuarto integrante al hogar, la pareja estaba en su mejor momento de la vida: "Es como que te sentís mal y no disfrutás el embarazo o capaz Alma hace una cosa nueva y me cuesta disfrutarlo, o cuando hace las cosas que él le enseñaba… es difícil.. Es un recuerdo todo el tiempo de él".
Romina es Licenciada en Seguridad y trabaja en una obra en construcción. Es monotributista y actualmente no está en actividad, sino que volverá una vez que nazca Mateo. Su familia y la familia de Nicolás la ayudan, además de la gente, que "se está portando muy bien". Hace unas semanas en el barrio hicieron un festival para expresarle su apoyo que además participaba de la murga Los Tachitos y juntaron pañales y ropa: "Fue impresionante".
Romi y Nico se conocieron hace siete años cuando trabajaban juntos en un call center. Ella recordó la primera charla que tuvieron: "Fue porque llevó la trompeta porque se iba a un ensayo, era un cofre negro rarísimo". Luego de que él le dejara chocolates en su escritorio, le mandara un mail y tuviera que "remarla un poquito" comenzaron a salir y de ahí en más no se separaron.
Lo que la enamoró: "Era la persona mas buena del mundo, estaba siempre pensando en los demás, de corazón sensible, nunca conocí a alguien tan bueno. Siempre ayudaba al que podía o enseñándole a tocar la trompeta a alguien, era así él".
Romina extrañará las cosas simples del día a día, como los mates y los momentos cotidianos compartidos, además de escucharlo tocar en la casa.
¿Qué le dirá el día de mañana a Alma y a Mateo sobre su papá? "Lo pienso todos los días, qué les voy a dejar de él, qué les voy a decir", dijo sobre el desafío más difícil. Aunque no está físicamente, ella siente a su marido: "Creo que con la muerte no se termina todo, creo que el esta con nosotros, que nos está cuidando. Eso ayuda".
Para finalizar, renovó su pedido de Justicia para que se sepa cuáles fueron las causas que ocacionaron el accidente que terminó con la vida de Nicolás y de Ignacio Abosaleh (representante de la banda): "Queremos Justicia, que se lo juzgue (a Pepo) como a cualquier persona".
"Creo que sí, que habrá Justicia, es por lo que peleamos todos los días", cerró Sánchez quien ahora es asesorada por el abogado Marcelo Biondi en la causa.
Los resultados de las nuevas pericias que se dieron a conocer la semana pasada complicaron la situación judicial del Pepo, que sigue detenido. "Iba a 139m kilómetros por hora", confirmó una fuente cercana al expediente a Infobae, mientras que la máxima en condiciones climáticas adversas es de 60. Además, los estudios toxicológicos arrojaron que en la orina del músico también había restos de marihuana y cocaína y otros análisis señalaron que tenía 0,5 gramos de alcohol en sangre, el máximo tolerado.
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