Tiene una larga trayectoria como coreógrafa en distintos espectáculos teatrales del más alto nivel, y ha sabido ganar premios como el Estrella de Mar en 2014 -por la obra Vale todo (Anything Goes)– y el Premio Atina al teatro independiente para niños 2010 -por la pieza Los fabulosos Grimm-.
Sin embargo, como suele ocurrir con todo lo que rodea al Bailando, ha sido la pista más famosa del país la que ha posicionado a Vanesa García Millán dentro de una profesión que, como ella misma afirma, no era lo suficientemente apreciada por el ojo del público.
"A mí y a mi carrera le dio mucho, porque yo no sé si la gente antes conocía a los coreógrafos, el público normal no sé si sabía quién era el coreógrafo, si le prestaba atención, y la verdad que nos dio como un lugar y un reconocimiento tanto como coreógrafos como coach, que sería un poco como un docente también", expresó con respecto al show más importante que tiene la televisión argentina.
"A mí por lo menos en lo personal me trajo un gran crecimiento, hay gente que me convocó para hacer coreografías porque veía mis coreografías en el Bailando, como Reina Reech, que me veía ahí y me convocó para uno de sus espectáculos. Y después un reconocimiento también como docentes, uno trabaja, da clases, da seminarios, y la gente te reconoce, respeta o cree que sos buena por lo que te vio hacer en otro lado", agregó la coach de Griselda Siciliani en la presente edición del certamen.
"Estoy feliz con Griselda. Nos conocemos mucho, tenemos una amistad, trabajamos muchas veces juntas. Lo más importante es que compartimos conceptos artísticos, entonces no es que no nos importe tener buen puntaje o seguir adelante, pero priorizamos el disfrute de lo artístico. Es como hacer algo que nos gusta, que nos pone contentas, que nos sentimos en algún punto como un desafío, y la verdad que en ese sentido es un placer y es un privilegio", comentó sobre lo que significa para ella ser parte del equipo de la ex protagonista de Sugar.
"Ella es sumamente generosa, que un artista te respete artísticamente es muy importante. Pasa con el momento de la previa, que quizás a otra persona le molestaría y ella es súper generosa en eso, se divierte un montón. Lejos de molestarle mi protagonismo le encanta, lo incentiva", agregó sobre ese juego entre ella y Marcelo Tinelli que acaso alcanzó su pico más alto cuando el conductor bautizó un pasillo con su nombre.
"A mí me pasaron como las dos cosas. Primero me reía, porque me parecía muy desopilante lo que estaba sucediendo, que pongan una placa con mi nombre. Obviamente había comenzado con un reclamo mío, que él no me reconocía mi experiencia, pero la placa está y el reconocimiento sucedió, entonces después a uno también le gusta y lo gratifica, es como un mimo", se sinceró.
"Y sobre todo para la gente que te rodea. Mi mamá me llamó emocionada por lo que estaba sucediendo. Y qué le voy a poner, ¿que es un chiste? Entonces es como decir bueno, sucedieron las dos cosas, yo sé que fue por un lado un tono de humor de eso que jugamos con Marcelo en la previa, pero por otro lado sucedió, y el reconocimiento está bueno", agregó al respecto quien es hoy por hoy la única de las que quedan como coach que fueron parte del primer Bailando.
"Al principio fue medio como una locura porque no entendíamos bien ni siquiera qué era lo que íbamos a hacer, no conocíamos el formato, era como un experimento donde fuimos aprendiendo un poco a hacerlo. Entonces, yo creo que al principio fue algo como muy nuevo para todos, que lo fuimos aprendiendo y disfrutando", recordó sobre los comienzos de lo que es hoy uno de los programas más vistos de la pantalla chica.
"Yo bailé, pasé por todas las etapas, y en un momento sentí como que necesitaba hacer otra cosa y me fui del programa. Después tuve una vuelta desde otro lado, como conociendo mucho lo que hay que hacer, lo que quizás funciona, lo que no, pero por lo menos en mi caso con ganas de mostrar o de experimentar otra cosa", comentó sobre su paso por el ciclo, para luego retomar este presente en el certamen.
"Yo siento que de verdad me respetan mucho. Tenemos una frase que es "déjenme ser", cuando yo les digo así es como que 'bueno, después cualquier cosa lo modificamos'. La verdad que es muy divertido, ameno, la pasamos bien. Terminamos y nos vamos a desayunar, eso está buenísimo porque uno pasa muchas horas juntos y a veces pasa que no te llevas tan bien, pero en este caso es súper armonioso", resaltó el clima de trabajo.
"Con Griselda trabajamos juntas en Revista Nacional, pegamos buena onda rápido y después ella comenzó a convocarme como coreógrafa para algunos proyectos que tenía en televisión. Hicimos juntas Para vestir santos, Nina, hay como un gusto de ella hacia mi trabajo, no es que fue ahora, y a mí me encanta trabajar con ella", destacó sobre su amistad con la ex pareja de Adrián Suar.
"Yo respeto muchísimo al jurado, sino no me pararía ahí a que juzguen mi coreografía. Yo lo único que digo es cuando dicen que nos callemos un poco, nosotros tenemos que seguir hablando, tenemos que dar nuestra opinión, porque si hay alguien que conoce de danza y de técnica somos nosotros", comentó al ser consultada sobre sobre el rol de Ángel de Brito, Florencia Peña, Pampita y Marcelo Polino a la hora de juzgarlos.
"Yo entiendo que el jurado me diga me gusta, no me gusta, me llegó, no me llegó. Ahora, cuando ya te empiezan a decir lo que tenés que hacer es otro tema, para decirnos lo que tenemos que hacer tenés que ser bailarín, coreógrafo, hacer docencia. Entonces, yo lo que digo es mantengámonos cada uno en lo que sabemos y lo que hablamos", se explayó, para luego hacer foco en el BAR.
"Además de Laura Fidalgo, que es una gran bailarina y que ha hecho millones de espectáculos, tenés a Aníbal Pachano y a Flavio Mendoza, que son grandes hacedores de espectáculos y han generado toda una movida nueva. A mí me parece que está buenísimo que estén las dos miradas, es lo divertido", analizó.
"Yo creo que el jurado en algún punto se acerca más a lo que puede ser lo que piensa el público en general. Cualquier persona puede opinar sobre baile o sobre cualquier hecho artístico, si te gusta o si no te gusta, es así, por eso me parece que está bueno que esté representado en ellos esa parte. Pero también me parece que es importante que tengamos también la mirada de estos directores en algún punto más ligados a la danza", continuó con su análisis, para luego referirse a si se ve llegando a la final del certamen.
"Nosotros lo que decimos es "día a día", nos lo planteamos así. No sabemos hasta dónde vamos a llegar, entonces pongamos todo lo que queremos poner ahora, no pensemos si vamos a estar tres meses más, no nos guardemos nada", explicó.
"Nunca sabés cómo termina esto. Todo el mundo decía que por estar con Griselda íbamos a ser los privilegiados y que íbamos a llegar a la final, y la verdad que no es así, yo no lo siento para nada como una pareja privilegiada o con favoritismo. Somos una pareja como todas las demás, entonces podemos irnos o quedarnos en cualquier momento, mientras nos salgan las cosas bien vamos a quedar", cerró al respecto García Millán, quien más allá de su función en el Bailando dirige la escuela de danza El Portal Escuela de Arte, en Castelar.
"Eso es gran parte de mi vida porque la dirijo, doy clases, junto a mi marido -el productor Rodrigo Cristófaro-, que también es coreógrafo, y mi mamá, que también es bailarina y coreógrafa, es como una cuestión familiar. Y por otro lado soy docente universitaria ya desde hace varios años, doy clases tanto en la UADE como en la UNA", contó sobre sus actividades, que también suelen incluir una o dos obras teatrales a lo largo del año.
"Miro tele, series, leo bastante. Yo soy licenciada en Relaciones Internacionales también, entonces tengo como una parte mía que le gusta mucho todas otras cuestiones, por lo menos en lectura lo mantengo nada más. Sí, tengo otros intereses, pero no soy muy de televidente de la tele de todos los días, quizás más de series, cine, teatro, ese tipo de cosas", comentó a la hora de describir cómo es su vida "fuera de la pista".
"Yo creo que mezcla muchas cosas. Por un lado, a la gente le gusta mucho bailar, me parece que al público le gusta el baile. Y también es entretenido, cuando me cruzo con la gente muchas veces dice 'yo llego a casa, harta de todo, me pongo a Tinelli y me olvido de todo', me parece que pasa algo de eso. Te metes en otras historias, en otros conflictos, disfrutas de lo artístico pero al mismo tiempo te saca como de tu realidad en algún punto, te distrae", comentó a la hora de explicar las razones que, a su juicio, sostienen el éxito del Bailando.
"Yo creo que a veces la gente se queja de las peleas pero todo el mundo las mira y está al tanto. Disfrutan del baile, si no estuviese el baile no sería lo mismo, pero la gente se engancha con esas cosas y también está bueno. Creo que también sirve, es como un poco de esa realidad vista desde otro lado", agregó al ser consultada sobre qué creía que pesaba más en la gente a la hora de engancharse con el ciclo, si las peleas o las coreografías.
La charla va llegando a su ocaso. Sin embargo, mujer al fin, su condición impone no pasar por alto el momento que vive hoy por hoy el género en nuestro país y en el mundo entero.
"A mí la verdad que me encanta que suceda esto, me parece que está buenísimo este empoderamiento. Yo soy una mujer que nació en una casa con una mujer empoderada, toda la vida tuve mi trabajo, pude tener mis derechos, pero me parece que este movimiento, esto que está sucediendo, también le abre los ojos a muchas mujeres y las hace darse cuenta que hay muchas cosas a las que tenemos derecho y quizás hoy en día no sucedan del todo", sentenció.
"Me encanta estar con una mujer tan defensora de la mujer como es Griselda, y también siento que incluso el programa se transformó. Quiere decir que lo que está sucediendo empieza a plasmarse en muchos ámbitos donde para muchas de nosotras era muy difícil, en particular para nosotras como bailarinas, siempre vistas con una mirada peyorativa. Me parece que eso se está modificando un montón y está bueno que suceda. Creo que quizás ahora estamos en un extremo, pero que uno va a ir volviendo y se va a ir acomodando todo", agregó en tal sentido, para luego cerrar la charla con otro tema candente para todas las mujeres: la discusión en torno a la legalización del aborto.
"Creo que es una opinión absolutamente personal, que la tiene que vivir cada con absoluta libertad, pero que tenemos que tener el derecho también a decidir sobre nuestro cuerpo y sobre lo que creemos mejor para nuestro futuro hijo, y tener los medios disponibles para hacer lo que decidimos hacer", concluyó.
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