Recorrió un largo camino en la televisión, en el que fue comprendiendo qué lugar ocupar en elencos corales hasta finalmente llegar a los protagónicos más importantes, con mucho crecimiento en cada trabajo. Desde Jugate conmigo pasando por tiras Campeones, Los Roldán y Lalola, hasta llegar a ser el galán central como en Sos mi hombre, y en sus últimos éxitos: Las estrellas y 100 días para enamorarse. A días de volver a la televisión en Telefe con la tira Pequeña victoria, Luciano Castro habló de todo con Teleshow, animándose a las confesiones más íntimas.
1. —¿Cuál es el recuerdo más feliz de tu infancia?
—El recuerdo más feliz es toda mi infancia: mis amigos, Mar del Plata, mis primos, el Club Parque… Tuve una muy linda infancia.
2. —¿Cuál fue tu primer trabajo, relacionado con lo artístico?
—Jugate conmigo, en 1992. Con ese programa arrancó mi carrera y todo lo que vino después.
3. —¿Los 90 fueron años de mucho descontrol en tu vida?
—No sé si los 90 fueron años de descontrol: cada uno los vivió como los vivió. Los 80 fueron muy buenos. Para mí fueron años brillantes: eramos unos pibes y teníamos todo por hacer.
4. —Fuiste papá joven, a los 25 años. ¿Cómo fue esa experiencia?
—Ser padre joven es muy bueno, pero también es muy raro: te encontrás con un montón de cosas que no conocés. Yo era muy joven y aparecen las responsabilidades, tenés que hacerte cargo y asumirlas, y no es fácil: no hay un libro o un manual, nadie te enseña. Igual, fue genial ser papá joven, y es genial tenerlo conmigo a Mateo (hoy de 17 años). En su momento fue una vorágine tremenda, pero a la distancia puedo afirmar que fue hermoso. Ser padre cambió mi vida en todo, tanto con Mateo como con Esperanza y Fausto (de su relación con Sabrina Rojas): con ellos dos al fin tuve una familia. Cambia tu lugar, ya no sos más protagonista. Y tus hijos te necesitan bien, activo, te necesitan presente; en síntesis: te necesitan. Para ellos no hay feriados, no hay excusas, no hay dolor de nada, no hay tristezas. La paternidad te ubica en ese lugar y te hace sentir súper importante.
5. —¿Empezaste a cultivar el cuerpo como arma de trabajo para la actuación o por gusto deportivo?
—Nada tiene que ver mi físico con la actuación, nunca fue por ahí mi carrera. Cuando yo empecé a trabajar en Jugate conmigo tenía 17 años. También hacía teatro y me iba formando para ser el mejor actor posible, pero ya hacia deportes porque desde muy chico me gustó la actividad física. Mi cuerpo vino conmigo: lamentablemente, vine con este envase (risas).
6. —¿Con qué personaje sentiste que eras popular?
—El primer programa que me dio popularidad, aun sin ser protagonista, fue Campeones, y después Los Roldán. Los dos eran programas muy masivos, muy exitosos. Yo era parte del elenco y ahí nos empezamos a transformar todos en populares. Después vino Valientes, que era hípermasivo, y luego me transformé en un actor popular.
7. —¿Con que compañero no volverías a trabajar?
—No tengo problemas con ningún compañero con los que trabajé. Uno puede tener diferencias, se puede discrepar, pero volvería a trabajar con todos y con cada uno de ellos.
8. —¿Tenés amigos dentro del medio?
—Tengo amigos dentro del medio con los que soy confidente: Rafa Ferro, Gonzalo Heredia, Pedro Alfonso, Juan Minujín, Ale Fiore, Nancy Dupláa, Carla Peterson, Marce Klosterboer. Son actores y actrices con los que, cuando nos toca un proyecto en común, tenemos la capacidad de hablar de otras cosas, no solo del trabajo o del futuro trabajo. Con todos ellos puedo hablar de la vida, de nuestros temas; seguro me olvido de alguno, como Facundo Espinosa. Tengo amigos que son intransables, como ellos.
9. —¿Qué significó Cris Morena en tu carrera?
—Tanto Cris Morena como Gustavo Yankelevich, Raúl y Celina Lecouna, toda esa camada de Telefe de los años 90, Anita Tomaselli, Chacho Cordone; todos fueron muy importantes en mis comienzos. Cris era nuestra líder visible, pero nosotros eramos muy jóvenes y todas estas personas que nombro me enseñaron a trabajar en la televisión: el respeto por el trabajo, por el técnico, por el compañero, por el personal del canal. Con los años seguí formándome en esa escuela de educación y respeto. No me fue fácil aprender y crecer en este medio. Luego también Adrián Suar, Sebastián Ortega, Quique Estevanez, todos ellos me fueron poniendo en mi lugar y fueron muy docentes conmigo. Eso fue una gran escuela para mí, sobre todo para un tipo como yo que no tiene representante, y a veces voy a un choque o a un diálogo innecesario porque tengo que defender mis intereses como actor. Es estar de los dos lados del mostrador. Todos ellos fueron muy importantes en mi formación y en todo mi aprendizaje que me trajo hasta donde estoy hoy.
10. —¿Lo de tu separación del verano pasado fue real, fue una broma para los medios o fue un gran mal entendido?
—Mi separación del verano de mi mujer, Sabrina Rojas, fue eso: una separación. Nunca haría un chiste sobre un tema así, y menos agitaría algo así para llamar la atención. No soy mediático, soy bajo perfil. Lo que sí reconozco es que se me fue de las manos, y quedé más expuesto de lo que imaginé cuando hablé con Jorge (Rial), a quien le confirmé la separación. No me gustó lo que se generó alrededor de mi familia. La pasé muy mal.
11. —¿Es un sacrificio mantener ese cuerpo? ¿Te gustaría echarte a engordar?
—Me encantaría echarme a engordar. Me encanta el deporte, yo nado y boxeo desde que soy chiquitito, y para mí estar en forma no es un sacrificio. Son cosas comunes en mi vida, como el fútbol que alguien hace con los amigos una vez por semana o el partido de tenis. La actividad física es parte de mi vida diaria. Seguramente cuando esté más grande de lo que ya estoy aflojare un poco, pero no voy echarme a perder.
12. —¿Qué papeles te gustaría hacer como actor en el futuro?
—Un unitario, que nunca hice. También me encantaría hacer cine. Lo hice en trabajos independientes, pero aspiro a hacer cine con grandes directores y grandes actores.
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