"Venía del pelo largo, rulos y la barba. Fue un cambio importante pasar a pelo corto y bigote".
En lo primero que repara Federico Salles sobre su personaje en Argentina, Tierra de Amor y Venganza (ATAV) es en el cambio de look que se hizo para interpretar a Gabriel Morel, el hermano de Lucía (Delfina Chaves) y Lidia (Minerva Casero).
"Era importante porque en esa época los hombres de clase alta eran muy arreglados. Así que me amoldé a lo que necesitaba el personaje. Un chico de clase alta no podía tener el pelo largo, como lo tenía yo", asegura el actor de 35 años a Teleshow.
Cuando Federico recibió la convocatoria para ser parte de la ficción que protagonizan la China Suárez, Delfina Chaves, Benjamín Vicuña, Gonzalo Heredia y Albert Baró por el Trece, aceptó sin dudarlo. Era una gran apuesta y oportunidad de seguir haciendo personajes con continuidad en la televisión.
Su currículum da cuenta de que se formó sobre los escenarios y que tiene más experiencia como actor de teatro que de televisión. Había hecho participaciones en la pantalla chica hasta que realizó su primer personaje con continuidad en Herederos de una venganza (2011-2012), en Polka. Allí, interpretó a Cátulo, el loco del pueblo en el que transcurría la historia de la ficción que protagonizaron Luciano Castro y Romina Gaetani.
Años más tarde, volvió a trabajar a la pantalla chica con ATAV, ficción en la cual, según su propia descripción, interpreta a un "villano machirulo de 1938 de familia adinerada y apellido poderoso que se está viniendo abajo y que tiene pocos escrúpulos".
Mientras reconoce que él mismo se sorprendió por la repercusión que la tira y su personaje tienen en la calle y en las redes sociales, Federico espera "no tener puntos en común con Gabriel".
"Empatizo mucho y me divierte tener esa impunidad para decir las cosas que él dice sin medir las consecuencias, y que sea solo un juego", aclara y describe su personaje: "Es malo, tiene problemas familiares, fue criado de una manera que nunca tuvo límites y, además, es alguien de clase alta que vivió con empleados toda la vida y manejándose en un ambiente donde había un desprecio de clase, y una manera de pensar a la mujer muy machista".
En la ficción, Gabriel mató a golpes a la hermana de Bruno (Albert Baró) (Video: "Argentina, Tierra de Amor y Venganza", eltrecetv)
"Por suerte, no comparto su moral. Pero es muy divertido interpretarlo", destaca el actor que es oriundo de Rosario y que llegó a Buenos Aires a los 16 apostando a su carrera.
Dejó su ciudad natal acompañado por su madre y su hermana menor. "A los 14 hice mi primera obra en Capital Federal y viajaba todos los fines de semana. Hasta que me mudé", recuerda quien comenzó a estudiar comedia musical a los nueve.
"Hice cuarto y quinto año de colegio mientras estudiaba teatro y canto", detalla quien consiguió una beca en la escuela de danzas de Julio Bocca. Allí, estuvo durante cuatro años hasta que llegó el primer espectáculo sobre la calle Corrientes: Sweet Charity, con Florencia Peña como cabeza de compañía.
Después llegaron las participaciones estelares de Federico en los cuerpos de baile de otras obras musicales. También compartió elenco con Guillermo Francella en El joven Frankenstein y su primer protagónico fue la adaptación argentina del musical de Broadway Despertar de primavera, que compartió con Florencia Otero y Fernando Dente, y fue producida por Cris Morena.
Luego fue una de las figuras de Franciscus, una razón para vivir, junto a Leticia Brédice, Florencia Otero y Ana María Picchio. Dicho espectáculo fue una producción de Flavio Mendoza y la dirección artística estuvo a cargo de Norma Aleandro.
En 2017, fue parte de El Maestro, el unitario que protagonizó Julio Chavez y en el cual el actor pudo mostrar sus dotes de baile. "Fue algo surrealista. Una experiencia genial", describe al respecto Federico, que también realizó una participación especial en Monzón, la serie.
En cine, tuvo la oportunidad de compartir elenco -una vez más- junto a Guillermo Francella y Carla Peterson en la película Animal. "Me pellizcaba todos los días porque era como estar en Disney. Todo era desconocido, pero increíble. Y sabía que lo tenía que disfrutar", concluye Federico Salles, que está en pareja hace cuatro años con un fotógrafo llamado Pablo.
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