Las bodas más glamorosas que terminaron en los divorcios más escandalosos

Se casaron convencidas de haber encontrado al amor de su vida. Sus fiestas de casamiento ocuparon tapas de revistas. Sin embargo, se separaron entre lágrimas y denuncias cruzadas. Historias de mujeres que creyeron en príncipes y se encontraron con violentos, estafadores o simplemente con el desamor

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Por Susana Ceballos 

La boda de Vicky Xipolitakis y Javier Naselli
La boda de Vicky Xipolitakis y Javier Naselli

Vicky Xipolitakis y Javier Naselli

Cuando Vicky Xipolitakis presentó a su novio millonario -nada más y nada menos que en el living de Susana- parecía que por fin había encontrado el amor verdadero. Antes había mantenido un romance con el Pipi Silva, un ex jugador de fútbol; con Alejo Clérici, ex asistente y amigo de Maradona y con Leandro Pérez, un vendedor de autos. También con Peluche un animador dominicano, moreno y seductor. Pero de todos sus amores el más comentado sin duda fue el que vivió con José Ottavis, diputado provincial y dirigente de la Cámpora. Aparecieron juntos en el estreno de una película en el año 2016 y enseguida se convirtieron en meme por lo desparejo de la pareja. Es que el metro setenta de ella contrastaba con el metro cincuenta y siete al que apenas llegaba él. Pero después de unos meses de y amor con exposición mediática, Vicky anunció desde su cuenta de twiter la ruptura del noviazgo con el legislador que la "desilusionó como hombre y como persona".

Sin embargo y lejos de dejar de creer en el amor, la mediática lo siguió buscando. Hasta que de pronto, comenzó a repartir su tiempo entre Buenos Aires y Nueva York. Otra vez en el living de Susana blanqueó su romance con Javier Naselli, al que presentó como "un experto de las finanzas", además contó que siempre soñaba con un príncipe azul tanto que "le pedí a las estrellas que me mandaran uno. Y así fue".

El sueño parecía que se convertía en realidad. Naselli no dudaba en cumplir los "caprichitos" de su novia desde regalarle una yegua hasta una casa de dos millones de dólares. Cuando cumplieron un año de relación se casaron en un Registro Civil de Tribeca, en el Lower Manhattan. Para sellar su amor el financista le regaló un lujoso anillo de Tiffany & Co. "Estoy muy feliz. Fue todo mágico. El cuento de princesa que siempre leí de chica se me hizo realidad de grande", contó la modelo. Poco importaba que en ese momento no había familiares ni amigos acompañándola, Vicky aseguraba que más adelante haría una fiesta donde estarían todos invitados. Pero esa fiesta no llegó, él que sí llegó fue Salvador, el primer hijo del matrimonio.

Parecía que ahora sí la felicidad era completa, pero no. Semanas más tardes de haber dado a luz, Vicky llamó al 911 para pedir ayuda. Pero, luego no ratificó la denuncia contra su pareja y a los pocos días se reconciliaron. "No es una mala persona, pero somos diferentes", dijo o justificó la modelo.

Cuando parecía que el matrimonio se volvía a dar una oportunidad, en la noche del miércoles Xipolitakis denunció a Naselli, en la Unidad de Violencia de Género. Acompañada por su abogado Fernando Burlando, la modelo declaró que su marido ya la había agredido en otras oportunidades tanto verbal como psicológicamente. Por su parte Naselli emitió un comunicado donde aseguraba que su esposa "vive excediendo cada límite". El final de esta historia ni ellos lo saben.

María Eugenia Ritó y Marcelo Salinas (Canal 9)
María Eugenia Ritó y Marcelo Salinas (Canal 9)

María Eugenia Ritó y Marcelo Salinas

Cuando María Eugenia Ritó se casó con el abogado Marcelo Salinas la felicidad dejó de ser utopía para convertirse en realidad en la vida de la vedete. A la fiesta de su casamiento asistieron 550 invitados. La Ritó entró al salón con un vestido diseñado pro Carlos di Doménico y César Juricich porque como había deseado "En mi boda seré una princesa", además tuvo otros dos cambios bien a su estilo: un vestido corto, de encaje y tul y una mini de jean. Su ingreso a la fiesta no fue menos espectacular que su vestido: lo hizo en un Cadillac de color amarillo del año 51.

Antes de entrar al paquetísimo salón de la Sociedad Rural Argentina una exultante Ritó le aseguró a los periodistas "Estoy re emocionada. Tengo muchos nervios, muchas expectativas. Estoy muy feliz". La luna de miel fue en la Costa Azul. Cuando volvieron su marido le alquiló una mansión en Carlos Paz donde ella participaba de la obra Hirientes junto a Raúl Lavié y el "Negro" Álvarez. Previo a la boda, su marido le había regalado un auto alemán valuado en casi 100 mil dólares.

"Marcelo es el hombre de mi vida. Jamás creí que un hombre como él pudiera relacionarse con alguien como yo, pues pertenecemos a dos mundos diferentes", contaba la vedete. El amor parecía indestructible tanto que cuando en el 2011 el abogado tuvo una trombosis, su esposa dejó su carrera para acompañarlo. Dos años después Salinas le pidió el divorcio. Comenzó una disputa legal donde Ritó contó que conoció a su ex marido cuando ejercía la prostitución. El contratacó cortando todas sus tarjetas de crédito y dejó de pasarle dinero. María Eugenia transitó un período oscuro donde incluso llegó a estar convencida de que le hicieron un trabajo de magia negra para que le vaya mal en todas las áreas de la vida. Hoy Ritó y Salinas están legalmente divorciados.

Karina Jelinek y Leonardo Fariña
Karina Jelinek y Leonardo Fariña

Karina Jelinek y Leonardo Fariña

A la vedete famosa por su belleza pero también por frases como "lo dejo a tu criterio", "tengo mucho sensualismo", "fui a París y hablaban todos en francés" y "no soy de la generación de leer libros", entre tantas otras, no se le conocieron muchos amores. Aunque se la vinculó con varios hombres solo trascendió el nombre de unos pocos, el más conocido fue Tomás Constantini.

Pero en 2011, la morocha creyó encontrar al amor de su vida o al menos al señor por el que se animaba a pasar por el civil. "Leo me conquistó con su forma de ser. Es re sencillo y me trata como una reina. A diferencia de otras parejas que tuve, no está conmigo por prensa, para salir en las revistas", decía. En los dos meses que estuvieron de novios, se dijo que el hasta ese momento desconocido joven le había regalado a su prometida no solo viajes a México y Miami, también un collar de tres millones de dólares que ella nunca retiró del local.

El 29 de abril y en el Tattersall de Palermo, uno de los lugares más caros de Buenos Aires, Bernardo Stamateas, casó a la pareja. Luego hubo una fiesta para 360 invitados entre ellos estaba Aníbal Pachano, las hermanas Marina e Iliana Calabró, Silvina Luna y Laurencio Adot. En medio del festejo, contenta aunque poco romántica, Karina declaró en un móvil: "Estamos felices. Y mi novio, perdón mi marido, ya está en pedo".

Contentísima con su vida de casada Karina aseguraba en una revista que "amo a mi marido" para luego reconocer que "aunque a Leo no lo conozco mucho y lo estoy conociendo con el correr de los días, te puedo decir que es un dulce, un tierno y me cumple todos los caprichitos". En la misma entrevista, Fariña declaraba que lo mejor de ella era "que no tiene mal aliento ni cuando se despierta".

Pero 26 meses después todo se rompió. Fariña pasó de ser un príncipe a ser un tipo involucrado en causas de corrupción además de aparecer en un video con otra mujer. Terminó detenido en la cárcel de Ezeiza acusado de evasión fiscal y lavado de dinero.  Hasta se llegó a especular con la posibilidad de que se hubiera casado solo para protegerse. "Ya no sé qué pensar. Desde mi punto de vista, tal vez ingenuo aún, pienso que se casó enamorado. Aunque tal vez también le servía estar con una persona famosa como yo", contestó la vedete en la revista Gente. Después de su ruptura con Fariña, la modelo no volvió a pasar por el Registro Civil y asegura que solo tiene muchos amigos "con derecho a risa". Será cuestión de creerle.

Susana Giménez y Huberto roviralta bailando el vals en su boda (Crédito: La semana)
Susana Giménez y Huberto roviralta bailando el vals en su boda (Crédito: La semana)

Susana Giménez y Huberto Roviralta

Es quizá una de las historias más emblemáticas de novio soñado que terminó convertido en marido detestado.

Se casaron por civil el 5 de diciembre de 1988 a la una de la tarde, rodeados de familiares, amigos y una multitud de periodistas y curiosos en el Registro Civil de la calle Uruguay. A la noche hubo fiesta fastuosa en el Alvear con 500 invitados, la novia lucía un vestido increíble confeccionado en seda natural color tiza con tres enaguas; además una torta de diez pisos, 50 mesas atendidas por 90 mozos, un baile interminable con una orquesta en vivo y su amado marido, cantándole "Cada día te quiero más". El broche de oro final fue la luna de miel en el Caribe y meses más tarde un viaje por Egipto.

Diez años después, los periodistas hacen guardia en la mansión de la diva en Barrio Parque. Hay rumores de divorcio y de confirmarse más que noticia será un notición. De pronto la inconfundible voz de Susana. "¡Cuando te vas
a ir de acá, hijo de puta, ladrón!", grita la mujer que hizo de la cordialidad un estilo de vida. Huberto sale con Jazmín, el perro adorado de la diva, en sus brazos y unas manchas de sangre en su cara. No hace declaraciones ni al irse ni al regresar, ni siquiera cuando los periodistas le gritan que se olvidó a Jazmín en la vereda.

Días después Susana explicó: "Huberto me agredió, y yo le tiré un cenicero". Llegó el divorcio pero antes firmó un cheque para Roviralta por diez millones de dólares.

Hace poco el que quizá sea el ex más famoso de la Argentina contó que "a veces" mira el programa de Su. En cambio cuando a la diva le preguntan si volvería con él responde: "¡Ni por todo el dinero del mundo! Ni aunque me devuelva la guita".

Hay otros casos, que se irán contando en futuras publicaciones, que demuestran que para muchos famosos, tal como le sucede al ciudadano de a pie, hallar el amor verdadero más que un anhelo es casi casi una misión imposible.

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