La escalofriante escena de femicidio de Tubito (Video: "El Marginal", TV Pública)
Cuando a David Masajnik le confirmaron que sería parte de la tercera temporada de El Marginal, sabía que era un gran desafío pero no pudo evitar sentir presión por tener que interpretar a un femicida. Sobre todo porque lo suelen convocar para hacer personajes cómicos.
En la serie, el actor interpreta a Tubito, un bioquímico que termina preso en el penal San Onofre por haber matado a su mujer, su suegra y su cuñada. A pesar de que se trata de una ficción, para Masajnik no fue una escena más cuando debió grabar dichas imágenes. Incluso, rompió en llanto horas después de haber grabado la escena.
Claudia Santos, la actriz que interpreta a su mujer en el unitario, es su ex pareja en la vida real. Considerando que el 56 por ciento de los femicidios ocurridos en 2018 fueron cometidos por parejas o ex parejas de las víctimas -según el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina-, el actor entendió la responsabilidad que tenía al interpretar al autor del hecho por el que, en los casos reales, los hijos pierden a su madre.
Según le explicó el departamento de casting, su ex reunía las características que necesitaban para la mujer en la ficción. "Me llamaron para preguntarme si me molestaba que la convocaran y les dije que no. Es laburo", destacó el actor a Teleshow sobre la idea de compartir la escena con la madre de sus hijos.
Claudia y David estuvieron juntos durante 14 años y fruto de su relación tuvieron a los mellizos Jeremías y Lautaro (19) y Catalina (15). "Nos separamos hace 10 años, pero tenemos una amistad porque somos familia".
"Ver la escena fue muy impactante. Mucho más de lo que yo imaginaba", reconoció Masajnik, que recién la vio cuando salió al aire en el tercer capítulo de El Marginal. Al mismo tiempo, destacó: "Había sido una noche muy intensa, pero muy gratificante como actor y por haberla podido compartir con ella, a quien quiero entrañablemente".
El rodaje duró nueve horas -comenzó a las ocho de la noche y finalizó a las cinco de la mañana- y para el actor, "fue súper positivo" que su ex estuviera ahí. "La quiero mucho y mientras nos preparamos no hablamos mucho porque yo estaba concentrado buscando las emociones, pero cuando nos mirábamos alcanzaba porque nos conocemos como nadie. Para mí fue muy lindo tener el apoyo de ella en semejante jornada".
También describió al trabajo como "muy técnico" porque debió enfocarse en cómo manipular la escopeta con la que apuntaría luego a las tres mujeres que asesinó en la ficción. "Incluso apuntaba al aire, ni siquiera la miré a ella cuando disparaba", recordó y agregó: "Cuando estaba practicando, apareció una asistente caminando y pedí que la frenaran, aun sabiendo que la escopeta no tenía balas".
Justamente porque no tuvo que mirar a los ojos a su ex mujer al momento de disparar, el actor y su ex mujer volvieron juntos cuando terminaron de grabar. Ambos viven en Ingeniero Maschwitz y compartieron el auto. "Nos reímos, comentamos que nos había parecido que había salido bien", contó sobre la conversación que compartieron a la madrugada.
Sin embargo, recién logró definir sus sensaciones unas horas más tarde, cuando entendió, de verdad, lo que había sucedido en el set. "Al día siguiente, fui al ensayo de la obra que estoy haciendo y cuando me encontré con mi compañero Claudio Pazos nos dimos un abrazo y noté que se me destrabó algo…", describió.
"Me sentía angustiado y se lo dije. '¿Grabaste la escena con tu ex mujer?', me preguntó, y ahí me largué a llorar", completó David Masajnik.
Un femicidio tiene un impacto directo en las familias. Según datos de La casa del Encuentro, entre 2008 y 2017, al menos 3.378 hijas e hijos (el 64% de ellos menores de edad) quedaron huérfanos: sus madres fueron asesinadas, y los femicidas –por lo general sus padres– se suicidaron, se profugaron o fueron condenados a cumplir una pena en prisión.
Su experiencia. "Es una especie de Barreda", le dijeron a David Masajnik cuando fue al casting. Una vez que su personaje se vio al aire, fue inevitable relacionarlo con el femicida Ricardo Barreda, el odontólogo que en 1992 asesinó a su esposa, Gladys McDonald, a sus dos hijas, Cecilia y Adriana Barreda, y a su suegra, Elena Arreche.
"Es innegable que hay un punto de encuentro entre mi personaje y él, porque es un femicida que mató a toda la familia. Pero Tubito tiene su propia historia y no está basada en Barreda. Hay un guiño, y también un parecido físico, pero no se hizo el personaje pensando en ese caso".
Incluso, admitió que buscó reportajes al femicida para componer su personaje. "Me parecía interesante cómo es el comportamiento y la mirada de un femicida. También vi documentales de asesinos seriales. Entendía que Tubito era retraído, tímido y con mucha violencia interna producto de su gran dificultad expresiva".
De esa forma, David Masajnik intentó encontrar su costado más retraído –"en algunos contextos lo soy, en otros, me expongo más"– para ponerse en la piel de Tubito que en San Onofre aprovecha su rol de bioquímico para fabricar droga en un laboratorio, exigido por la banda de los Borges.
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