Yuyito González y sus años de vedette: "Por mandatos sociales las mujeres aceptábamos la cosificación de modo complaciente"

Mientras se prepara para volver a la Calle Corrientes con "Charlas de mujeres que cambian su mundo", la actriz concedió una charla íntima con Teleshow. Feminismo, aborto y abuso sexual

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Yuyito González (Crédito de Foto: @andregallofotografia @cinthiagomezfotografa)
Yuyito González (Crédito de Foto: @andregallofotografia @cinthiagomezfotografa)

Durante años fue una de las vedettes más reconocidas de nuestro medio, mostrándose muy pendiente de su imagen. Sin embargo, el 2005 marcó un quiebre en la vida de Amalia Yuyito González: empezó a sentir una incomodidad cada vez más manifiesta con ella misma.

"Ese disgusto se me hizo patente en la última temporada que hice como vedette: veía el espejo cada vez que entraba al camarín y me disgustaba con lo que veía. Me disgustaba mi maquillaje, la purpurina, mis medias de red, con la bikini, el topless, todo lo que tenía", recuerda, en diálogo con Teleshow.

"Fue una situación completamente interna, absolutamente personal. Nadie se dio cuenta, ni yo la conté ni la trasmití. Simplemente que cuando volví a Buenos Aires en marzo de ese año dije: 'Esto se terminó, no soy más esa que era'". Pero esa renuncia a las tablas tuvo un costo significativo para Amalia.

"Hubo un precio importante, grande, de renuncias a muchas cosas, a la comodidad. En un punto yo me doy cuenta que fui una precursora en eso de esta especie de rebeldía sana, por decirlo de alguna manera, de decir: 'Basta, hasta acá llegué como mujer'. Eso tuvo que ver con mi exhibicionismo en la profesión, y también abarcó mis relaciones personales", se sincera la artista, quien de inmediato descarta haber sido víctima de alguna situación de acoso o abuso sexual entre bambalinas.

"Yo conozco lo que es el acoso, el abuso de poder, cuando vas a buscar un trabajo, y esos trabajos que hace un psicópata en la cabeza de alguien; los conocí a todos antes de entrar a la televisión. Cuando entré al medio es como que ingresé a un sistema de protección. Yo misma me sentí fortalecida, más cuidada, más protegida, más fuerte, más habiendo encontrado un lugar de contención".

González empezó a trabajar a muy temprana edad: 13 años. Pero recién a los 23 ingresó al mundo del espectáculo. "Durante diez años yo supe lo que era mirar los clasificados del diario, buscando trabajo, y encontrarme con la cantidad de degenerados con los que me encontré", lamenta.

Yuyito González
Yuyito González

"En esos años iba a empleos comunes, donde pedían chicas lindas, buena presencia para puesto de recepcionista, y cuando llegabas era cualquier cosa. Venía curtida y habiendo zafado de situaciones de peligro inclusive. Por eso, cuando entré a Canal 13, que me llevó Gerardo Sofovich tras conocerme en el restaurante Fechoría de la calle Córdoba en el año 83, fue como entrar al paraíso".

"Para mí fue un cambio de vida total, algo hermoso, como un sueño cumplido. Y fueron años hermosos, maravillosos… Hasta que tuve la necesidad de hacer este cambio, de sacar de adentro mío cosas nuevas, de alguna forma también ya no identificándome con esa cosificación. Fui como perdiendo la identidad con esa cosificación, algo muy fuerte".

Yuyito González en la tapa de una edición internacional de Playboy, en noviembre de 1989
Yuyito González en la tapa de una edición internacional de Playboy, en noviembre de 1989

"Yo creo que las mujeres aceptábamos -sostiene Yuyito-. Me voy a incluir porque yo acepté ese rol: lo tenía incorporado por mandatos paternos, mandatos sociales. Y viví ese rol digamos que de manera complaciente, hasta que interiormente empecé a sentirme mal y a disgustarme con mi realidad".

"Me empecé a preguntar qué pasa, por qué yo hago las cosas que hago, por qué trabajo de lo que trabajo, por qué me visto como me visto, por qué me expongo como me expongo. Y empecé a encontrar respuestas", explica Yuyito, que hasta entonces había brillado en televisión, cine y teatro con figuras como Jorge Porcel.

Lo dicho: ese cambio tuvo su costo. "Tuve que llorar mucho, estar mucho sola y hacer muchas renuncias de todo tipo, sociales, económicas, laborales, sentimentales, para poder quedarme lo suficientemente sola y entender qué era lo que me estaba pasando", subraya Amalia, quien mantuvo un diálogo profundo y fluido con sus tres hijos, Bárbara -fruto de su relación con Guillermo Cóppola– y los mellizos Stéfano y Brenda -de su matrimonio con César Di Aloy-.

"El tema del cuidado del cuerpo, de no dejarse tocar, se lo dije al varón también, porque a veces hacemos mucho foco en las mujeres, pero los varones también sufren situaciones de violencia sexual, abusos y acosos, entonces yo les he hablado a los tres por igual -dice-. Traté de hacerles entender que su cuerpo es privado y que nadie tiene el derecho de venir a avasallarlos".

Amalia acerca su mirada sobre la mujer de hoy, en medio del avance del feminismo y el empoderamiento del género. "Veo completamente positivo y necesario el posicionamiento que estamos teniendo las mujeres, en los puestos de trabajo, en la vida personal. También en la mujer que está en su casa, que tiene 50 años, y que necesita reposicionarse dentro de su casa. Es una mujer que viene con esquemas de otros tiempos; entonces, por ahí no va a salir con una pancarta a la calle, pero dentro de su casa empieza a entender que puede ocupar otro lugar, de otra manera".

Y sigue: "Desde que archivé la vedette me empecé a involucrar con lo que tiene que ver con charlas enfocadas a los cambios, que tienen que ver con mi experiencia personal. No es solamente dejar un estilo de trabajo, porque tiene un trasfondo absolutamente personal", comentó sobre su nuevo proyecto: Charlas de mujeres que cambian su mundo, que presentará a partir del miércoles 4 de septiembre a las 18.30 hs en la Sala Casals del Paseo La Plaza.

"Yo llevo lo que a mí me hace bien, el compartir, el estar en un espacio con otras mujeres en un clima de amor, de respeto, de amistad y de aprendizaje. Que esa mujer (por la espectadora) se vaya de ese lugar distinta a cómo entró, con un contenido que la puede ayudar para seguir reflexionando en su casa", agregó sobre esta serie de encuentros que tendrán lugar todos los miércoles, para mujeres de todas las edades. Y en cada noche se abordará un tema diferente, con el asesoramiento de especialistas en las distintas áreas requeridas, como por ejemplo psicología.

"No solamente se plantearán temas sino que también las mujeres que vienen podrán preguntar, compartir sus inquietudes, sus dudas, sus necesidades, y también recibir una palabra profesional. La idea no es que se le pueda solucionar la vida a nadie, pero sí que sepan que ese es un lugar donde siempre se las va a recibir con amor y con respeto", profundiza Amalia sobre esta nueva faceta en su vida.

"La idea es muy desafiante: recibir tratando uno mismo de no juzgar, de no poner su pensamiento como bandera, de no poner resistencia, no levantar barreras. Es un tiempo bastante delicado para abrir estas puertas, entonces hay que hacer todo con mucho amor. Detrás de cada ser humano hay una historia de vida que nos lleva a ser como somos hoy", concluye Yuyito, comprendiendo muy bien de qué se trata eso.

Yuyito González
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