—Carlos, la persona que te entrega el premio es Valéry Giscard d'Estaing, el alcalde de París, que te lo dará y dirá unas palabras. Vos vas a tomar la plaqueta, te das vuelta, la mostrás, volvés hacía él y decís "Merci beaucoup".
En febrero de 1974, Carlos Monzón viajó a recibir una distinción especial como el mejor deportista del año, ya que el 17 de junio de 1972 y el 29 de septiembre de 1973, le había ganado a Jean-Claude Bouttier. El boxeador fue acompañado por el periodista Ernesto Cherquis Bialo, su entrenador Amílcar Brusa y el empresario (y entonces dueño del Luna Park) Juan Carlos Tito Lectoure.
El protocolo indicaba que Monzón debía agradecer. De manera tal que en la previa a la ceremonia, los tres hombres que trabajaban junto a Monzón, intentaron que el púgil memorizara la expresión merci beaucoup ("muchas gracias" en español). "Salíamos a correr a la mañana y lo entrenábamos para el discurso. Le dijimos que no se complique con sus palabras, que era todo lo que tenía que decir", contó Cherquis Bialo a Teleshow.
"¿Qué es lo que tenés que decir?", le preguntaban una y otra vez. "Sí, sí, mercí bocú", repetía Monzón castellanizando la expresión. "Se lo hacíamos repetir durante todos los entrenamientos para que quedara registrado auditivamente. Merci beaucoup", continuó Cherquis Bialo.
Sin embargo, fueron tantas las reiteraciones que el propio Monzón notó que ellos lo estaban haciendo con el fin de que él lo memorizara. "¡Paren un poco! Sé que lo están diciendo por mí", reprochó en ese entonces, según la anécdota que recordó el periodista.
Llegó el día. Las únicas palabras que Monzón debía decir sobre el escenario y delante de todos los presentes eran merci beaucoup. En el auto iban todos juntos: Brusa adelante; y atrás, el boxeador sentado en el medio de Lectoure y Cherquis Bialo. Monzón lucía un traje oscuro, camisa blanca y zapatos de charol.
Ernesto Cherquis Bialo contó la divertida anécdota que vivió con Carlos Monzón (Video: Teleshow)
"Llega el momento, aparece el alcalde, le entrega el premio, como le habíamos dicho, y nosotros desde abajo del escenario hacíamos la mímica de merci beaucoup". Monzón asiente con la cabeza, le entregan la plaqueta, gira, la muestra ¡y no va que se da vuelta y dice 'pipí cucú'!", lamentó Cherquis Bialo.
Mientras el mito popular sostiene que así nació la expresión para calificar a personas, objetos o situaciones dignos de elogio, la historia indica que en verdad deriva de PP.QQ, la abreviatura de Perfect Quality (perfecta calidad) en los Estados Unidos.
Al nombrar ambas letras en inglés, se castellanizaría como suena: pipí (PP) cucú (QQ). Y fue el humorista Alberto Olmedo -que murió en 1988- quien popularizó la frase tanto en algunos de sus divertidos sketches así como también recurría a ella cuando compartía encuentros con amigos y familiares.
Por otro lado, la expresión se usó en el diálogo de una escena de Argentina, Tierra de Amor y Venganza (ATAV) en la cual Torcuato Ferreyra (Benjamín Vicuña) le pide a sus hombres de confianza que no falle la seguridad durante su casamiento.
"Nadie que no está en la lista podrá ingresar. Aunque diga que son de la familia, que son de clase alta, que son pipí cucú. ¿De acuerdo?", indicó el empresario que contrajo matrimonio con Lucía Morel (Delfina Chaves).
Lo curioso, y por eso la verdadera historia queda en el mito popular, es que la ficción de El Trece se sitúa en los años 30, mientras los que creen que la expresión en verdad fue creada por Monzón sostienen que fue un error de guión ya que aquella entrega de premios tuvo lugar 40 años más tarde.
La escena en la que Benjamín Vicuña dice "pipí cucú" (Video: "Argentina, Tierra de Amor y Venganza", eltrecetv)
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