Maximiliano Oliva murió en el mediodía del sábado a los 34 años, en su casa de Lomas del Mirador. Pesaba cerca de 400 kilos -como era imposible pesarlo, algunas versiones indican que la cifra ascendía a casi 500-, y en los últimos días era asistido por oxígeno, debido a sus dificultades para respirar. "Era un cuerpo colapsado", describió el nutricionista Sergio Verón, del reality Cuestión de Peso, cuya primera edición fue ganada por Oliva en enero de 2007.
Luego de que Jorge Oliva, el padre de Maxi, lo criticara en una entrevista, el doctor Alberto Cormillot, responsable del equipo de especialistas del programa, decidió romper el silencio desde su columna de Radio Mitre. "Su cuadro de obesidad era incompatible con la vida", dijo el médico, quien explicó que el viernes, un día antes de su muerte, recibió un mensaje de texto en el que "un colega" le informaba de la gravedad de su cuadro de salud.
Horas después ya estaba disponible una cama en el Centro de Obesidad del Hospital de Malvinas Argentinas, en La Matanza, y también una ambulancia para su traslado. Ya era tarde. "Pero, ¿en qué momento se transforma en una cosa de urgencia?", fue la pregunta retórica de Cormillot, quien advirtió que no estaba en contacto con Oliva desde mediados de 2018 ("No era mi paciente", aclaró). Su planteo es simple: aquel mensaje de texto tendría que haber llegado mucho tiempo antes. Y ni siquiera él tendría que haber sido el destinatario, sino un servicio de emergencias.
En febrero de 2017, luego de una nueva recaída (atravesó varias en la última década), Maxi reingresó a Cuestión de Peso y fue llevado al centro de Malvinas en un operativo donde debió derrumbarse una pared de su casa para que pudiera salir. Semanas después, y tras haber estado postrado en una cama durante dos años, Sergio Verón consiguió que se pusiera de pie. Enseguida llegó el cumpleaños de su hija, Valentina. Según explicó Cormillot, Oliva pidió salir del hospital para participar de la celebración. Y no regresó más.
Maxi Oliva, ganador de "Cuestión de Peso" (Video: América)
"¿Un paciente puede decir: 'Yo me quiero ir', y los médicos no tienen más remedio?", lo consultó Marcelo Longobardi. "Sí, por supuesto. No lo podés retener -lamentó Cormillot, quien explicó que desde ese momento se dispuso un tratamiento ambulatorio-. Pese a que tenía la ambulancia a disposición (para ir al centro), faltó a muchas de las consultas. Faltaba, faltaba… Y un día se le dejó de mandar la ambulancia. Se le dijo que seguía teniendo a su disposición el tratamiento, pero que viniera con la ambulancia de su Municipio". Y agregó: "No lo puedo ir a buscar (a Maxi) a la casa. Ayudo a los que puedo, a los que quieren tratarse".
Mas allá de los incumplimientos ("Nunca le interrumpimos el tratamiento a Maxi Oliva, lo interrumpió él", le había dicho Cormillot a Teleshow el sábado), el médico hizo una salvedad: "Uno no llega a los 300 o 400 kilos porque quiere sino porque puede. La persona no es culpable de tener ese peso. Está metabólicamente alterado, su centro de regulación del peso está metabólicamente alterado. Hay una fuerte carga genética, y además un ambiente que le puede proveer esas 3000, 4000, 5000 mil calorías (diarias)".
Tras remarcar que "la obesidad mata", Cormillot precisó que Maxi Oliva, frente a un cuadro "inflamatorio generalizado", falleció por una insuficiencia cardíaca: "La sangre se estanca en los pulmones porque ya no puede bombear para 300 kilos de más, es imposible".
Además, acercó datos sobre un panorama alarmante, que es el que "debería discutirse" con profundidad. "En el mundo mueren de tres a cinco millones de personas por año, y puede ser que alrededor de 30 mil argentinos mueran cada año a causa de la obesidad y sus consecuencias: hipertesión, diabetes, aterosclerosis, enfermedades coronarias, accidente cerebrovascular. Una persona de 20 años que tiene 60 kilos de más disminuye en 12 años su expectativa de vida. Una persona de 20 años con 300 kilos de más es prácticamente incompatible con la vida".
Con más de 60 años de carrera, Alberto Cormillot dejó una aclaración que surge de las palabras de Jorge Oliva. "Toda mi vida me dediqué a cuidar a la gente, en especial a la que tiene sobrepeso y obesidad -destacó-. Hago lo mejor que puedo de acuerdo a los conocimientos actuales de la medicina. Y lo hago razonablemente bien, de acuerdo a la mayoría de la gente".
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