Por Susana Ceballos
Algunas personas son famosas, otras son muy famosas y otras simplemente son tan conocidas que hasta tienen un asteroide con su nombre en el espacio. Tom Hanks entra en esta última categoría. Fue el protagonista de comedias románticas inolvidables como Sintonía de amor, dramas que ayudaron a concientizar como Filadelfia, películas entretenidas como Atrápame si puedes, comedias dramáticas como Forrest Gump y le puso la voz al entrañable Woody en Toy Story en un personaje que atravesó generaciones.
Hanks no tiene la pinta de dios humano al estilo Brad Pitt, no es un exponente del Método como Marlon Brando, ni emana una mezcla de locura y genialidad como Jack Nicholson. Lejos de esos estilos se caracteriza por contar historias -y muy buenas- de gente ordinaria que resuelve situaciones de manera extraordinaria. Esa capacidad de encarnar a la gente común hace que cuando interpreta a un chico de 12 años metido en el cuerpo de un adulto nos den ganas de ponernos a jugar con él sobre un piano gigante, compartimos su angustia cuando reconoce "Houston tenemos un problema", queremos que nos encuentre en el Empire State y que nunca se le pierda una pelota apodada Wilson. Hanks suele encarar a ese tipo de personas que apenas uno las conoce ya tiene ganas de invitarla a tomar unos mates. Con sus declaraciones, lejos de la grandilocuencia y la solemnidad, el actor refuerza su imagen no solo de gran actor, fundamentalmente de gran tipo. No duda en definirse como "Un hombre corriente. El padre idiota que intenta hacer bien las cosas, pero que también mete la pata" y por si no queda claro el concepto lo reafirma con un contundente "Soy un tipo normal pero rodeado de fama".
Todos los que tuvieron la oportunidad de trabajar con Hanks reconocen que el hombre es tan buenazo como el que aparece en sus películas y muchos gestos lo demuestran.
Pese a su fama, Hanks se sigue asombrando por las reacciones de la gente cuando comprueban que "esa persona corriente y olorosa que tenían hasta hace un minuto a su lado en el restaurante está relacionada con el tonto que estrena una película. No me quejo, pero sigue siendo algo increíble".
Y como es algo increíble, Hanks hace cosas increíbles. Una vez con su mujer Rita Wilson, con la que llevan 30 años juntos, se detuvieron a comer en una hamburguesería de California. Cuando los empleados lo descubrieron le pidieron sacarse algunas fotos, pedido que le extendieron los clientes. El actor lejos de enojarse posó con cada uno y al irse pagó la cuenta de todos.
Hassan y Hussein Benhaffaf son dos hermanos que nacieron siameses y atravesaron varias operaciones hasta ser separados. Cada vez que debían afrontar una cirugía lo hacían aferrados a un muñeco de Woody. Un vecino logró contactar al actor y le contó la historia. Tom inmediatamente les envió dos muñecos de Woody con los nombres de los nenes escrito en la bota además de una carta donde les decía que los admiraba y les preguntaba si podía ser su amigo.
Sarah Moretti es una adolescente con autismo. Su amor por el autor hizo que coleccionara cientos de fotos y entrevistas suyas. Cuando su familia supo que Hanks representaba una obra en Brodway decidieron contactarlo. Hanks no solo invitó a Sarah a su camarín sino que dedicó un largo rato a ver con ella su colección de recortes. En un momento le expresó su asombro genuino: "Esto es increíble. ¿Sabes? Ni mi mamá hizo algo así".
Pero no solo responde los pedidos que le hacen también a los que encuentra navegando por las redes. Aspen, una nena de 12 años, batallaba contra una leucemia. Para su cumpleaños número 13 su mamá pidió en una red social si podían alegrar a su hija mandándole postales y saludos. Aclaraba que como no podía viajar "sería genial si pudiéramos recibir uno de cada estado y continente". Días después le llegó una postal donde le deseaban que se recuperara pronto. El mensaje no dejaba dudas del lugar ni el remitente: una foto de Tom Hanks en… Grecia.
(Video: El regalo especial de Tom Hanks / Youtube)
En otra ocasión caminando por la calle se topó con un grupo de nenas que vendían galletitas para recaudar fondos para su asociación scout. No solo se detuvo y le compró toda la producción, también empezó a parar a las personas que pasaban y les decía que si les compraban galletitas se sacaba una foto con ellos.
Sarah Dunn es una fotógrafa que especialista en retratar famosos, pero al cruzar una calle un auto la atropelló y tuvo que someterse a un largo proceso de rehabilitación que le impidió trabajar y destruyó sus ahorros. Cuando Tom lo supo le propuso a otras celebridades como Judi Dench, Tom Cruise y Daniel Radclife firmar los retratos hechos por la fotógrafa y subastarlos. Con lo que se recaudó la fotógrafa pudo terminar el tratamiento. Ese gesto solidario fue más sanador que el mejor analgésico.
Denise Esposito es una fotógrafa y artista que vive en Los Ángeles. Su admiración por el actor era tanta que realizó una carpeta llena de dibujos de sus personajes más conocidos y se lo mandó al estudio. Cuando Hanks los recibió averiguó su teléfono, la llamó y la invitó a charlar. Días después un enorme paquete llegó a su casa, al abrirlo en su interior encontró una máquina de escribir -el actor las colecciona- firmada por el mismo Tom, además de una carta de agradecimiento por sus creaciones.
Aunque cada vez la gente se casa menos, el momento en que una persona le pide a otra matrimonio suele ser romántico y sobre todo, inolvidable. Por eso muchos novios se rompen los sesos tratando de buscar una buena propuesta, ahora si además de buena debe ser espectacular nada mejor que contar con la ayuda de Tom Hanks.
La escena sucedió mientras el actor participaba del Festival del Libro de Texas. Estaba hablando con el público cuando en un momento dijo que estaba aburrido de contestar preguntas y que era él quien deseaba hacerlas. La gente se miró como diciendo "uyyy debe tener un mal día". Entonces tomó un papel y dijo que una de las personas presentes, Ryan McFarling, tenía una pregunta para Nikki Young y que él se la haría. A continuación leyó: "Te querés casar conmigo?" Obviamente Nikki dijo sí o ¿alguien se animaría a
decirle no a una propuesta del hombre amado hecha por el actor admirado?
(Video: Tom Hanks sacándose fotos en un restaurante / SigloTV / Youtube)
Otra vez estaba representando Enrique IV, de William Shakespeare cuando en medio de la obra un espectador se sintió mal y se desmayó. Llegaron los médicos y la gente se empezó a poner nerviosa. Tom improvisó un monólogo que atrajo la atención, distendió los ánimos y permitió a los médicos trabajar tranquilos. Como si fuera poco invitó a una espectadora a acompañarlo en la escena y claro, todo terminó con una gran ovación.
Uno de sus gestos más conocidos ya se transformó en tradición. Cada vez que en los Estados Unidos se elige presidente manda una máquina de café expreso de regalo a los periodistas de la Casa Blanca. Lo hizo en el año 2004 cuando asumió George Bush y lo repitió cuando llegó Obama. Pero cuando tomó el poder Trump mandó su obsequio con un contundente mensaje "A los corresponsales de la Casa Blanca: sigan dando una buena pelea por la Verdad, la Justicia y el estilo de vida estadounidense, pero especialmente por la verdad".
Aunque es un actor exitoso también sabe reírse de sus fracasos. Estaba cargando nafta -no tiene chofer- cuando una pareja lo reconoció y le pidió una foto. Hanks accedió y les preguntó si habían visto su última película Larry Crowne, donde además de actuar era director y guionista. La pareja contestó que sí. Entonces indagó si les había gustado. El hombre intentó esbozar una sonrisa pero admitió que no y la mujer agregó con timidez que consideraba que "no era su mejor trabajo". El actor lejos de ofenderse o sentirse herido en su ego les pidió disculpas por haberlos decepcionado y, sacó 25 dólares de su bolsillo para devolverles el dinero que gastaron en la entrada.
Con un taxista de Nueva York también tuvo una imperdible anécdota. Cuando el actor subió al auto ,el chofer lo reconoció y le largó un "Willllsooooon" imitando a su personaje en la película Naúfrago. Hanks lanzó la carcajada y como vio que el hombre tenía gorra y remera de Ferrari, lo empezó a llamar "Señor Ferrari". Cuestión que el taxista le empezó a contar la anécdota a cuanto famoso y no famoso subía a su auto y terminaba "Si lo llega a conocer mándele saludos del señor Ferrari". Y se nota que los saludos llegaron porque un día el hombre recibió en su casa dos entradas de teatro con una esquela: "El Señor Hanks quiere invitarlo a ver su espectáculo de Broadway". Cuando terminó la obra, un empleado les anunció que el actor quería saludarlos en su camarín. Al entrar escucharon "Hola ¡señor Ferrari!".
(Video: Tom Hanks recreando la escena del baile en el piano, como en "Quisiera ser grande" / "El hormiguero" / Youtube)
Y la yapa. Hanks también sabe salir de situaciones complejas aún en lugares donde es desconocido. Estaba en Marruecos buscando locación para una nueva película. En un momento el auto en el que viajaba con tres miembros de su equipo se rompió y se encontraron en medio del desierto sin poblaciones cercanas y sin señal de celular. Fue entonces que apareció un lugareño con tres mulas. El hombre no hablaba inglés y mucho menos conocía al actor. Sin embargo, Hanks se hizo entender y le compró los animales. Así logró llegar a un pueblo y pedir ayuda. El problema es que ya no le quedaba dinero y estaban hambrientos, así que otra vez con señas logró cambiar las mulas por bebidas y comidas. Y como decían las abuelas por hacerlo "no se le cayeron los anillos".
Lo increíble o maravilloso de todas estas anécdotas es que jamás trascienden porque el protagonista las narra o se jacta de ellas y mucho menos porque se lo indican sus asesores de prensa. En general, el anónimo protagonista cuenta lo que le sucedió, lo sube a la red y luego la viralización hace lo suyo. Sus trabajos muestran que Hanks es un gran actor, pero sus actos muestran que sobre todo y lo más importante es un gran tipo.
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