"¡Hola! ¿Cómo va? Una cosita…".
Integrante histórica de Teleshow, de la primera hora, al punto que bien podría haber alumbrado con su flash el nacimiento de este medio, Verónica Graciela Guerman trabajaba desde afuera de la redacción. Pero eso es apenas una manera de decir. Porque ella siempre estaba, en cada jornada, desde el otro lado del teléfono, con aquel saludo que se daba varias veces por día y que era siempre el mismo: el anuncio ("una cosita…") podía venir secundado entonces por un dato superfluo, o bien, por una información que podía hacer temblar los cimientos del edificio. Y es que Vero no hacía distinciones: en el mundo del espectáculo todos eran importantes. No le faltaría razón.
No existe famoso -sin importar quién fuera- que no la hubiera conocido. Y que no le guardara un enorme cariño. O periodista, agente de prensa, productor, camarógrafo, técnico, colega (con cada uno de ellos, siempre fue atenta). Fueron años y años de coberturas. ¿Cuántas serán? ¿Alguien habrá llevado la cuenta, es esto posible? Hasta hace un tiempo podía decirse que si en el evento no había estado Guerman con su cámara al hombro, seguramente ese evento no había existido…
Al igual que aquel saludo telefónico, había otro pedido que era una marca registrada suya: si se trataba de una pareja célebre, se escuchaba a Guerman gritar "¡piquito!". Registrar ese beso entre dos famosos era una foto valiosa, por supuesto. Pero antes que nada pretendía sellar un acto de amor. Y esa circunstancia, analizándola desde otra perspectiva, revela un valor: una persona con un corazón tan noble y gigante como Vero no podía hacer menos que eso, reparar en un gesto de cariño.
Su ausencia en la redacción -se insiste: solo la física; aquí estuvo siempre- se acrecentó en los últimos meses luego de que su salud desmejorara, debiendo enfrentar una delicada operación. La enfrentó con temores, sí, pero con mucha fe. También una enorme valentía. Y la superó.
Durante la recuperación, Teleshow festejó un nuevo aniversario (coincidía con el suyo, claro). Vero quiso enviar una torta (otro de esos gestos tan propios), pero hubo un pedido especial: "Vení vos también, Vero. ¡Tenemos que celebrar tu vida!". Y se acercó, claro. Recibió el afecto de todos. Nunca sospechamos que sería la última vez. No nos dio más tiempo…
Más allá de haberse topado con su firma en el crédito de alguna de sus fotos, el lector seguramente no la conocía. No pudo darse ese gusto. Y entonces supo de su muerte -sucedida en la tarde de este martes 18 de junio- en palabras de Moria Casán, en el cierre de Incorrectas, su programa de América.
(Video: Incorrectas, América)
"Acaba de fallecer Vero Guerman, íntima amiga mía, a quien adoro -dijo la conductora, con la voz pausada-. Me hice amiga de ella porque cuando inauguré la escuela de baile ella hizo una foto muy linda. Ahí nació una amistad más grande desde que me regaló a Kristóbal, ese perrito que para mí fue todo. Lo que me gusta es que pudimos ser hermosas amigas…". (La última foto que Verónica subió a su cuenta de Twitter es de Moria. Casi un guiño del destino).
El recuerdo de Casán no fue el único: el Facebook de Verónica -esta mujer de ojos entrecerrados y mirada sagaz- se llenó de inmediato con las condolencias de distintas personalidades del medio.
En unas horas, quien esto escribe volverá a la redacción con su tristeza a cuestas. Le llamará la atención que su WhatsApp y su Instagram estén desolados: faltarán esos mensajes escritos a la madrugada, con un dato pequeño o una información que haría temblar a cualquiera. Y cada vez que suene el teléfono se apresurará en responder porque aún conserva la esperanza de que desde el otro lado tengan "una cosita…" para decirle. Aunque él ya lo sabe: la muerte es absurda. Y además, tiene una certeza: este mundo acaba de perder a una de las personas con el corazón más noble que se haya cruzado alguna vez.
Descansá en paz, Vero.
Allí donde estés sabrás que sin la luz de tu flash -y sobre todo sin la luz de tu ser- Teleshow ya no será igual.
Por Martín Fernández Paz