El trailer de la serie "Monzón"
"Tratamos de ser objetivos con todo lo que contamos. ¿Carlos Monzón fue un gran deportista? Sí. ¿Asesinó a Alicia Muñiz? También. Nosotros decidimos mostrar todo y que el público saque sus conclusiones sobre cómo pararse frente a los personajes". Las múltiples facetas del boxeador fueron el principal obstáculo que enfrentó el director Jesús Braseras a la hora de hacerse cargo de la serie sobre su vida. A pesar de que tiene todos los condimentos para ser atractiva: un santafesino que se crió en la pobreza extrema y llegó a convertirse en un ídolo popular, 14 veces defensor del título mundial de boxeo y una estrella del cine con Susana Giménez. Así como alcanzó a la cima, se hundió en lo más profundo al matar a quien era su mujer y luego morir en un accidente automovilístico durante una salida transitoria de la cárcel.
La serie Monzón se estrena hoy a las 22 por el canal Space, con la emisión de los dos primeros episodios sin cortes. Son en total 13 capítulos de una hora de duración cada uno, que cuentan con la producción de Disney Media Distribution Latin America y Pampa Films. Teleshow estuvo en la presentación de la biopic y habló con el director y los protagonistas, quienes revelaron que el trabajo de investigación histórica y periodística, la colaboración de la familia del deportista y el enfoque que se le dio al femicidio conformaron los aspectos determinantes del rodaje.
Fueron cinco meses y medio de grabación con más de 100 decorados y viajes a varias ciudades para retratar desde su infancia en Santa Fe hasta sus años en Buenos Aires y sus peleas en Europa. "La serie muestra lo que fue Monzón en dos etapas muy marcadas que conviven en él: la del boxeo y la posterior al retiro, que se centra en la investigación policial. Sin caer en el lugar fácil de acusador, lo que buscamos en la serie es mostrar: ¿cómo y por qué una persona que se cría en el barro y llega a la cima del mundo asesina a una mujer? ¿Nace así? ¿Se va haciendo? ¿Las circunstancias como el alcohol son detonantes para que suceda?", se pregunta Braseras.
Conociendo a Monzón
Llevar a cabo esta megaproducción hubiese sido imposible si no fuese por el exhaustivo trabajo de investigación que llevó a cabo Braseras: "Fue ahondando en la investigación cuando verdaderamente tomé dimensión de que lo fue Monzón para la Argentina. Muchos no somos conscientes de lo que significó: hay videos de él llegando a la 9 de Julio con más gente que cuando la Selección de fútbol salió campeón en el '86. Fue un tipo que logró ser una estrella mundial en una época en la que no había redes sociales. Te diría que fue el primer deportista mediático".
Luego, cada actor hizo su propio research sobre sus respectivos personajes con el objetivo de realizar una interpretación fidedigna. La tarea de interpretar a los "dos Monzones" está en manos de Mauricio Paniagua, un misionero de 28 años que con esta serie está debutando a lo grande en una producción audiovisual, en la etapa "joven" del boxeador; y Jorge Román, el formoseño que se hizo conocido por su protagónico en El Bonaerense, con larga trayectoria en cine, quien interpreta al pugilista "adulto". Ambos buscaron información en diarios y revistas de la época, videos de las peleas y hablaron con gente del entorno del deportista. Paniagua, incluso, recibió un entrenamiento especial con figuras del cuadrilátero, Eduardo Muñoz y Diego La Joya Chavez.
Florencia Raggi, quien hace de la doctora Patricia Rosello, abogada de Monzón en el femicidio de Muñiz, se reunió con ella. "En realidad la mujer se llama Patricia Perelló: hay muchos nombres que están cambiados porque en realidad es una ficción basada en la historia real. Monzón era un personaje que nunca me había interesado mucho así que cuando me junté con ella le hice todas las preguntas habidas y por haber. Fue el broche de oro de toda la investigación que hice".
"Él es un monstruo. Las pruebas están a la vista. Quiero enterrarlo en la cloaca más profunda y que lo coman las serpientes", dice, furiosa, Soledad Silveyra en su primera aparición en la serie. La reconocida actriz hizo la interpretación de Alba Calatayud, madre de Alicia Muñiz, pensando que su personaje "en la vida real" había muerto. Pero no era así. "Había muy poco material y recién ahora me enteré de que la mujer vive. Pero no hablé con ella, me parecía invasivo hacerlo si no se acercaba. Así que busqué archivo y de las pocas imágenes que hay me quedé con la rigidez de esta señora. Por eso trabajé sobre la concentración del dolor. Ese dolor que parece odio pero que en realidad es justicia", cuenta Solita.
Diego Cremonesi es Gustavo Parisi, el fiscal que lleva la línea investigativa del caso por el que condenan a Monzón. Además de la recopilación de información a través de videos de Youtube y diarios y revistas de la época, el actor con amplia trayectoria en el teatro del under se enfrentó al desafío de interpretar a uno de los personajes de los que menos conocimiento se tiene: "Yo no me crié en la época de Monzón, entonces no sabía cómo pararme ante esta historia: no sabía cómo hubiese sido investigarlo a él. Por eso pensé: 'Voy a hacer de cuenta que tengo que juzgar a Diego Maradona, alguien que me ponga en un lugar incómodo, que amé, que me hizo llorar y abrazar con amigos'. Creo que Monzón era Maradona en esa época como ídolo popular y deportivo. Monzón representaba ese aspecto del macho que hoy estamos tratando de deconstruir".
En primera persona
Al contrario de lo que suele suceder con las biopics, la familia Monzón colaboró con esta producción y siempre estuvo dispuesta a dar una mano. Silvia, una de las hijas del boxeador (fruto de su relación con Pelusa, su primera mujer), presenció los últimos días de grabación. Y Agustín, hijo de Silvia, tiene un pequeño papel.
"Me chocó mucho el día que vino mi mamá al set de grabación. Era como verlo a él (por Monzón) con su hija. Fue una sensación extraña, no me esperaba algo así. Fue muy loco, emocionante. Se me ponía la piel de gallina: yo no lo pude conocer en la vida real pero era como si lo tuviese en frente mío", confiesa Agustín a Teleshow.
En ese sentido, Braseras revela: "La actitud de la familia Monzón fue súper positiva. Ellos no tuvieron que ver con el desarrollo de los guiones porque no es una historia contada desde el punto de vista de la familia. Pero cedieron los derechos y no tuvieron intereses con los guiones, por lo tanto tampoco están seguros de lo que van a ver. En todo momento tuvieron la actitud de soltar y entregar la historia pública de Carlos Monzón y permitirnos laburar con ella, con todo lo que eso implica para una familia".
Claro que los obstáculos estuvieron presentes en el rodaje de la serie. Según su testimonio, Carla Quevedo, que se pondrá en la piel de Alicia Muñiz. intentó comunicarse con Maximiliano, el único hijo que el boxeador tuvo con ella. Pero no tuvo éxito: "No pudimos tener diálogo con él. Por eso me basé más que nada en archivo, de verla a ella en películas en las que actuó, aunque es poco el material. Leí entrevistas que dio ella en vida y pude tener acceso a los diarios íntimos, que son parte del expediente judicial. Allí, con mucho detalle y dolor, ella describe el tormento físico y psicológico que vivió bajo la mano de Monzón".
A pesar de haber dado el visto bueno para la realización de la serie, Paloma Ker no pudo tener contacto con Pelusa, la mujer a la que interpreta. "El destino no quiso…", indica la actriz, dejando en una incógnita los motivos.
El femicidio de Alicia Muñiz
La madrugada del 14 de febrero de 1988, cuando Monzón arrojó por el balcón a la vedette uruguaya de 32 años, conforma la columna vertebral del relato de Braseras. A más de tres décadas de aquel hecho, cuando no existía la figura de "femicidio" -ni la conciencia al respecto-, el abordaje de este hecho fue el principal desafío no solo para el director si no también para el elenco.
Román, encargado de ponerse en la piel de Monzón en su época más oscura, cuenta que la serie intenta buscar la "objetividad" al narrar "todo el arco de la vida" del boxeador: "Le pasó de todo. Desde allá abajo al fondo, el barro, al extrema pobreza y el alcohol paterno a la gloria y el descenso hasta abajo de todo. Ese final, la parte del femicidio, que me tocó hacer a mí, obviamente fue muy angustiante".
"En un momento estaba en el set -cuenta el actor- y sentía esa sensación de decir: 'Sáquenme de acá'. No creo en la identificación con los personajes pero me imaginaba hablándole en tercera persona a Monzón diciéndole: 'Basta, basta, basta'. Me costó mucho tomar distancia".
En la vereda opuesta se ubica Raggi, quien buscó la distancia con su personaje para poder realizar su trabajo: "Sabía que iba a tener que defenderlo, entonces no tenía que ver qué era lo que me pasaba a mí, Florencia, con el caso. Me parece que el asesinato se trató como sucedió, intentando mostrar lo más fiel posible a la historia sin juzgarlo, pero sin ocultarlo. Los hechos están a la vista. Me parece imprescindible en estos tiempos -y en todo momento- saber cómo fueron las vidas de estos personajes tan notorios y famosos".
Si bien, por supuesto, el caso de Alicia Muñiz es el ejemplo más contundente sobre la violencia de género que ejercía el boxeador, Pelusa, con quien tuvo tres hijos, también fue víctima de sus maltratos. "Pero ella no era consciente de eso, entonces intenté mantener ese equilibrio entre violencia y amor. Intenté encararlo con mucha responsabilidad: es un tema muy sensible y creo que por mas que fue en otra época hay que intentar sentir empatía por ella y entenderla. Hoy en día muchas mujeres todavía sufren violencia de género, y en el Interior es más terrible aún el machismo que hay. Esto puede servir como un despertar de muchas mujeres", explica Paloma Ker y asegura que Pelusa, hasta el día de hoy, sigue amando a Monzón.
Comprometida con la lucha por la igualdad de género, Carla Quevedo se tomó su tiempo antes de aceptar la propuesta para interpretar a Alicia Muñiz: no quería caer en la tentación de realizar el trabajo si no estaba segura de que se iba a tratar "con la seriedad, la verdad y el compromiso" que requiere esta temática tan delicada. "Y no me refiero solamente al femicidio, sino por la violencia de género que se sostiene a lo largo de toda la relación. Mi compromiso con el feminismo pasó por ahí: tratar de hacerlo con la mayor sensibilidad posible".
El cierre más propicio para este artículo se encuentra en manos de Diego Cremonesi, justamente el encargado de llegar a la verdad en la muerte de Alicia Muñiz. En el primer episodio de la serie, cuando su personaje se encuentra cara a cara con el boxeador, le dice que él siempre fue su ídolo, pero que a partir de ese momento es "el principal sospechoso de un crimen y mi trabajo es juzgarte y llegar a la verdad". El actor cree que fueron palabras muy afortunadas: "Esa es la puja permanente que hizo tan interesante este trabajo: cómo enfrentarte ante la dificultad que se presenta por tus pensamientos personales y hasta tu entorno personal y social".
"Creo que, como Monzón, todos somos 'varias caras de la misma moneda'. Son decisiones y momentos: no creo en la bondad o la maldad absoluta y nada más. El Monzón que mató a Alicia Muñiz es el mismo que de niño sufrió hambre y violencia familiar. Uno tiene la posibilidad de convertirse muchas veces en lo que quiere y puede tomar decisiones que lo llevan para acá o para allá. Está en cada uno. A veces tu educación y tu situación social te condicionan, pero creo que de la ira, la violencia y los malos pensamientos nadie está exento. Lo que hay que hacer es un trabajo para no ser irascibles todo el tiempo y entender que en mí conviven todas esas contradicciones", concluye.
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