De la cima del mundo a lo más oscuro: Mauricio Paniagua y Jorge Román, las dos caras de Carlos Monzón
Así como Dr. Jekyll y Mr. Hyde conviven en una misma persona, la vida de Carlos Monzón tiene dos versiones totalmente contradictorias. Por un lado, el joven atleta, 14 veces defensor del título mundial de boxeo, gloria deportiva de la Argentina, figura de la moda y hasta estrella del cine con Susana Giménez. Por el otro, un oscuro personaje sacudido por el alcohol y las drogas, violento y femicida que muere en una salida transitoria de la cárcel.
Mauricio Paniagua y Jorge Román son los actores encargados de mostrar las dos caras de la misma moneda. Ellos se pondrán en la piel de Carlos Monzón para la serie que contará su historia que se estrena el próximo lunes 17 de junio a las 22 por el canal Space, con la emisión de los dos primeros episodios sin cortes.
"Nuestra preocupación cuando comenzó este proyecto era cómo hacer para emparejarnos, ¿viste? Cómo hacer para que él y yo seamos Monzón. Pero Jesús Braseras, el director, nos tranquilizó. Nos dijo: 'Chicos, Monzón es inimitable. No quiero que lo imiten. Vamos a trabajar a partir de ustedes'. Y así hicimos nuestro propio Monzón".
Quien habla con Teleshow es Román, que mostrará la parte adulta del boxeador en la serie. Oriundo de Palo Santo, Formosa, se hizo conocido por su protagónico en El Bonaerense y cuenta con una larga trayectoria en cine. A su lado se encuentra Paniagua, un joven de 28 años nacido en Puerto Iguazú, Misiones, que estudió actuación en el teatro Cervantes y se enfrentó al desafío de su primer trabajo audiovisual. Dicen que su acento similar y la particular preparación que hicieron juntos fue determinante a la hora de desarrollar su personaje.
"Tuvimos tres encuentros y realizamos un juego muy interesante. Mauri hacía escenas mías de 'Monzón adulto' y yo hacía las de él, las de 'Monzón joven'. Entonces nos mirábamos, observábamos y veíamos determinados giros y cuestiones que elegimos mantener y otras no. Eso sumado al trabajo de cuatro guionistas que se encargaron de mostrar los diferentes puntos de vista de la historia. Y, por supuesto, nuestro trabajo de investigación", revela Román.
Paniagua, por su parte, no solo tuvo que desafiar sus propios temores en su debut "a lo grande", sino que también se sometió a un estricto entrenamiento para imitar el físico de Monzón y su destreza en el cuadrilátero, que contó con la ayuda de dos figuras del boxeo, Eduardo Muñoz y Diego La Joya Chaves, y el asesoramiento de una coach, Desirée Salgueiro.
El director Braseras cuenta: "Cuando vino al casting no sabía boxear, por eso tuvo que afinarse y emparejarse muchísimo con el físico de Monzón. Se puso muy fibroso y logró imitar su técnica, que era muy diferente a la de otros boxeadores. movedizo y con una piña muy potente. Por momentos parecía casi desganado, pero te ponía una piña y te desmayaba".
—Mauricio Paniagua: Esa fue la parte que más me costó. Tuve que entrenar muy duro, pero me adapté y me llevé muy bien con mis entrenadores: Eduardo Muñoz y Diego La Joya Chavez. Ellos me acompañaron desde el principio, cuando fui seleccionado, hasta que terminé. Si bien mi físico ya no es el mismo que el del año pasado porque aflojé un poco, le agarré el gustito a este deporte y me gustaría seguir entrenando.
—Jorge Román: Además fue muy disciplinado con su régimen. Algunas veces le dije "venite a casa y comemos algo" y él estaba con sus galletitas y sus cositas. Muy estricto.
—Paniagua: Y tampoco hubiese podido hacer este personaje si no fuese por el trabajo de la coach. Ella llevaba el cronograma de todo lo que tenía que hacer: "En esta escena tenés 17 años, mañana vas a tener 32…" Yo solo no hubiese podido hacerlo.
—¿Y tu trabajo, Jorge, estuvo más vinculado con el aspecto psicológico que el físico?
—Román: En realidad mi trabajo también fue físico porque todo Monzón fue muy físico. Digo esto porque era emocional e intenso, entonces lo suyo no pasaba mucho por el análisis. Era "pac, pac" (hace gestos como si estuviese pegando) y a la lona. Él largaba todo nomás. No hay momento de mucha introspección. Por eso disfrutamos mucho las pocas partes en las que nuestro personaje se metía para adentro y había algún conflicto interno.
—Por lo que me cuentan hicieron mucho trabajo en conjunto, pero las dos etapas de Monzón que representan son tan diferentes… ¿Se puede ver como las dos caras de una misma moneda?
—Román: Sí, claro.
—Paniagua: Sí, por eso me ayudó mucho verlo trabajar a él. Varias veces fui a visitar el set para verlo a él y yo decía: "Bueno, voy a ir por ahí". O "voy a tratar de acercarme más a esto que está haciendo él".
La biopic de Monzón tiene un total de 13 episodios de una hora de duración cada uno. Producida por Disney Media Distribution Latin America y Pampa Films, tiene un elenco de lujo. Además de Román y Paniagua, participan: Celeste Cid (Susana Giménez), Carla Quevedo (Alicia Muñiz), Paloma Ker (Pelusa, la primera esposa de Monzón), Diego Cremonesi (el fiscal del caso), Florencia Raggi (la abogada del boxeador) y Gustavo Garzón (Roberto De Luca, su mánager), entre otros.
Pone en foco la investigación por el femicidio que cometió contra su última mujer y madre de su hijo menor, Alicia Muñiz. Para ello, cuenta la vida del boxeador desde su adolescencia en Santa Fe, que cuenta con todos los condimentos necesarios para ser atractiva: desde su crianza en la pobreza absoluta y el alcoholismo de su padre, hasta llegar al Luna Park, la histórica pelea con Nino Benvenutti y su noviazgo con Susana Giménez.
"Mi relación con Monzón no es distinta a la de cualquier personaje que hice porque los actores en general debemos mirar a lo que tenemos adelante: acá hay un ser humano que voy a interpretar. En el caso de Monzón, este ser humano tiene el arco completo: del barro a la gloria y el descenso al infierno, abajo de todo. Todo eso es Monzón. Llegar a ese final que me toca a mí, el femicidio, fue algo angustiante. En un momento estaba en el set y tenía una sensación de decir: 'Sáquenme de acá'. No creo en la identificación de los personajes, pero veía a los chicos de arte que sacaban cosas e iban de un lado para otro cuando grabamos la escena del femicidio y sentía la necesidad de decirles: 'Basta, basta'", confiesa Román.
Su colega logró ubicarse un poco más "cerca" de su personaje: "Me pasó que al principio sentí como una analogía con Monzón por su crianza: él viene de un barrio humilde al igual que yo. Y tuve cosas de la crianza que me marcaron, por eso algunas cosas tanto no me costaron".
Mauricio Paniagua: Sentí como una analogía con Monzón por su crianza
Los "Monzones" concuerdan en que la labor del director se destaca por lograr contar "los diferentes puntos de vista" de la noche fatal: el de los peritos, el del boxeador y el del cartonero Báez, un testigo del hecho. Respecto a su propio punto de vista, Román asegura: "Lo de Alicia Muñiz fue una crónica de una muerte anunciada. Venían dándose cosas que uno dice 'pucha, si alguien hubiera hecho tal caso, o si hubiera pasado tal otra…' Se veía venir".
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