A los 53 años, Pablo Granados aprendió todo. Llegó a esa etapa de la vida en la que uno empieza a cosechar todo lo que ha sembrado. Y sabe perfectamente que, a esta altura, su prioridad es tener el tiempo suficiente como para disfrutar de los logros de sus hijos, Migue y Mery, para divertirse con su madre, Delia, y para aprovechar al máximo el amor de su nieta, Bernardita.
Sin embargo, sus tres décadas de trayectoria no fueron en vano. Actor y productor, comenzó a trabajar en su Rosario natal junto a Pachu Peña. Y después se lució en incontables proyectos. Pero, sin duda, fue su paso por el viejo VideoMatch lo que marcó un antes y un después en su carrera. Y es por eso que Marcelo Tinelli no podía menos que darle un lugar destacado en el Especial de Humor que se
realizó el lunes, conmemorando los 30 años de su programa que hoy sigue al aire en la pantalla de El Trece con el nombre de ShowMatch.
—¿Cómo viviste el hecho de volver a hacer esos sketchs que tantas satisfacciones te han dado?
—Con mucha alegría. Laburar con amigos con los que uno tiene tanta química es una bendición y más en un programa como éste que, de alguna manera, nos crió a todos. Porque el humorista trabaja y se divierte al mismo tiempo. A veces por la calle nos cargan y nos dicen: "Vayan a laubrar". Y es que, aunque haya mucho laburo detrás de esto, siempre se lo hace con energía positiva y buena onda.
—Aunque la gente no lo vea, detrás de cada sketch hay muchas horas de producción, ¿no?
—Sí, claro. Deportes en el recuerdo, por ejemplo, es una nota que lleva muchísimo trabajo. Yo laburo el doble para hacerla: el otro día entré a las seis de la tarde para editarla y ponerle el audio y me fui a la una de la mañana. Pero cuando la vi al aire me dio una gran satisfacción, porque tenía mucho vuelo y salió como la había soñado. Pero para eso tuve que moldearla a fuego lento. Las otras, quizá, son un poco más sencillas y divertidas.
(Video: Deportes en el recuerdo/ ShowMatch / El Trece)
—Los tangueros, Grandes poemas de pequeños autores, Deportes… ¿Podrías elegir tu sketch favorito?
—En realidad, de lo que se vio el lunes lo qué más me gustó fue el Reportaje a calzón quitado con Marcelo (Tinelli), porque yo nunca lo había tenido de igual a igual como para entrevistarlo.
—Pero ese no es un clásico de Videomatch: es un sketch que surgió en tu Instagram
—Claro. Pero fue una nota de ocho minutos y, para mí, fue súper importante.
(Video: Reportaje a calzón quitado con Marcelo Tinelli / ShowMatch / El Trece)
—¿Y cómo surgió la idea de entrevistar a figuras en la ducha?
—Se me prendió la lamparita un día en el que mi mamá, en Rosario, se había quedado sin gas en la ducha y me bañó en la bañadera con agua que había calentado en la cocina, con unas ollas, a la vieja usanza. Me acuerdo que me lavó la cabeza, yo lo grabé y el video se hizo viral. Eso fue hace unos dos años y, así, surgió la idea de este reportaje.
—Perdón, ¿hace dos años tu mamá te bañó a vos?
—Sí, de hecho está la prueba en mi Instagram. Y, a partir de eso, pensé en hacer algo debajo de la ducha. Porque, más allá de que uno le pueda poner gracia a las preguntas, lo divertido es el ámbito. El hecho de estar hablando de algo con shampoo en la cara, que te cae por la boca, medio apretado en ese baño y obviando el tema de estar en bolas. Porque en esto no hay ningún doble sentido: sea varón o mujer el invitado, de lo que se trata es de una entrevista.
—Convengamos que la ducha y el shampoo sirven para que el entrevistado se distraiga y baje sus defensas a la hora de
contestar…
—La verdad es que yo tampoco hago cuestionarios jodidos, pero me gusta la idea de que sea una charla más íntima y relajada. De repente, vos le estás pasando shampoo, le preguntás algo y al otro no le queda otra que contestar. Y la verdad es que la gente se engancha mucho con eso.
—Hacía tiempo que se venía reclamando la vuelta del humor a ShowMatch y, por lo que se vio a nivel rating, después de 30 años sigue teniendo buena recepción en el público
—Sí, pero creo que, de alguna manera, la forma de hacer humor que tuvimos no fue la misma de antes, sino que tuvo que ver con el presente y con la necesidad de readaptarse.
—¿Te referís a que hoy vemos una tanguera empoderada, como la que hizo Guillermina Valdés, por ejemplo?
—Exactamente. Lo que funcionó es que pudimos ir acompañando el paso del tiempo pero de una manera natural, no forzada. No pasa por decir: "Uy, pará, ¿y ahora que hacemos". Si vos también cambiás con los años, porque cambió la era, no te cuesta cambiar el chip a la hora de hacer humor.
(Video: Guillermina Valdes en en el sketch "Los Tangueros" / ShowMatch / El Trece)
—Pero el gran tema de los humoristas, hoy en día, parece ser cómo adaptarse los tiempos que corren…
—Y parecería ser un tema terrible, pero a mí me parece súper natural. Porque, si vos te vas adaptando al cambio, naturalmente, el humor también fluye. Porque surge de la calle, de los personajes que te vas cruzando, de tus hijos…. Así que no me parece difícil esa adaptación.
—Tu capacidad de adaptación se evidencia también en cómo has aprovechado las nuevas plataformas. ¿Acaso esto también se lo debés a tus hijos?
—Sí, ellos me han ayudado sin quererlo. Yo me manejo mucho con mis hijos. A Mery la produzco y ensayo con ella. Y estoy rodeado de gente muy joven, permanentemente. Quizá, eso haga que esté un poquito más vinculado al presente y el cambio me haya resultado más fácil. En cuanto a las redes, la realidad es que yo siempre fui generador de contenidos. No soy un tipo al que llaman para actuar algo. Normalmente, yo soy el que produce. Soy muy inquieto. Y, sobre todo cuando tengo tiempo libre, pienso. ¡No se me ocurre otra cosa más que pensar! Mi cabeza siempre está tratando de armar algo, no es un peso para mí hacerlo. Y haber encontrado una plataforma como Instagram fue buenísimo, porque ahí puedo soltar lo que quiera.
—Se nota…
—Es que, además, de un tiempo a esta parte perdí toda la vergüenza. Y no hay nada más feliz que vivir sin que te importe nada de lo que digan, porque eso hace que salga tu verdadera esencia.
—Igualmente, te darás cuenta de que la reina de tu Instagram es tu nieta: Bernardita
—¡Ella es el pico de rating! No es la idea que me quite protagonismo, aunque dicen que cuando ponés perros y chicos la atención se va para otro lado…Pero bueno, es el entorno que tengo y es maravilloso. Y mi nieta, que ya va a cumplir 3 años, es la más payasa de todos: agarró todas las caras del padre y las mías, así que se la pasa haciendo muecas. Es un amor. Y este rol nuevo de abuelo a mí me vino bárbaro, porque ya mis hijos están grandes y lo disfruto mucho. Así que me encanta grabar cosas con Bernardita.
(Video: Pablo Granados en un video con su nieta, Bernardita / Instagram)
—¿Y a ella le gustan verse en las redes?
—Es natural para ella. ¿Viste cómo son las redes sociales y la tecnología para ellos? Los chicos agarran una foto de papel y le ponen el dedo arriba para tratar de agrandarla. Así que mi nieta se divierte mucho conmigo.
—A vos se te ve muy pleno en tu rol de abuelo
—Es que estoy en una etapa muy feliz. Más allá de ShowMatch, me siento un privilegiado de tener tiempo y poder manejar mis horarios. El hecho de no tener jefe hace que pueda armar mi agenda. Y eso me permite viajar, pasar tiempo en el campo soñando cosas, producir música para mi hija, ver a mi nieta cuando quiero…La verdad es que estoy en una edad en la que me siento físicamente bien y estoy rodeado de situaciones hermosas. Hoy salgo a la calle a grabar y la gente me contesta bien, me sigue, me retribuye. Voy caminando desde mi casa, en Belgrano, hasta la de mi hijo que queda en Cañitas. Y estoy con el teléfono en la mano porque el universo calle lo conozco desde los 90 y me encanta ir filmando personajes cotidianos. Pero lo disfruto mucho porque soy libre.
—Y decime, ahora que se habla de la posibilidad de que el humor vuelva a ser una constante en ShowMatch, ¿estarías dispuesto a perder esa libertad para sumarte al programa?
—Si fuera una vez por mes, como hasta ahora, sería lindo. Yo tendría que readaptar algunas cosas, pero no me pesaría tanto hacerlo porque, además, es un ámbito de amigos en el que quiero estar. Si fuese más seguido, se me haría más difícil. Pero bueno, eso es algo que analizaré llegado el momento.
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