El jueves 2 de mayor debutó dentro de ShowMatch un nuevo reality de talentos llamado Genios de la Argentina. La producción del formato, una idea de Marcelo Tinelli y La Flia, tenía como atractivo viajar por todo el país buscando argentinos virtuosos, que demuestren sus cualidades artísticas, acrobáticas o de destreza y que se enfrenten entre ellos en una competencia. Para evaluarlos hay un jurado de artistas destacados que les ponen puntajes y les hacen devoluciones desde su vasta experiencia en los escenarios.
El jurado de notables lo integran: Valeria Lynch, Patricia Sosa, y el dúo Pimpinela, los hermanos Joaquín y Lucía Galán. La primera gala fue en Santiago del Estero y el estadio donde se realizó el evento explotó de gente que se acercó para ver a los talentos, al conductor del certamen y al jurado formado por ídolos populares.
En ese primer programa se notó un despliegue de producción difícil de ver en la televisión y según la gente de La Flia, viajaron 150 personas, entre técnicos y artistas, para lograr el vistoso resultado que se vio al aire. La presencia del jurado fue muy destacada y llamó la atención la cordialidad entre Valeria Lynch y Patricia Sosa, que estaban muy peleadas, pero aparentemente pudieron subsanar sus diferencias.
Sin embargo, como suele pasar en las historias de la gente del mundo del espectáculo, el segundo programa de Genios… ya no fue tan glorioso debido a los egos y las vanidades de los integrantes del jurado. De pronto se anunció que Valeria no podía estar y que Guillermina Valdes sería su reemplazo. La idea sonó simpática y la actriz fue muy bien recibida por los participantes y por la crítica en general, que destacó su rol como jurado y la frescura en sus devoluciones.
Las mediciones del segmento fueron buenas, aunque se esperaba un mejor resultado o al menos que fuera más visto que el segmento del Bailando. En el tercer programa las cosas se empezaron a complicar un poco. En esta ocasión el jurado volvió a mutar, regresó a su silla Valeria Lynch, que tiene por contrato ser presentada al final como estrella, estuvo Patricia Sosa, quien es la primera jurado en ser saludada por Tinelli y para sorpresa de muchos no estuvieron los Pimpinela. En su lugar se ubicaron Guillermina Valdes y Oscar Mediavilla.
La situación al aire no se notó y el ciclo fluyó. Pero se sabe que a Marcelo no le gusta que sus figuras falten al programa, así lo ha manifestado en varias ocasiones en el Bailando, cuando algún famoso prefiere una función de teatro o algún "curro", en lugar de estar en las sentencias.
La emisión del 10 de mayo repitió jurado y se hizo igual que la anterior, en los estudios de Buenos Aires. La noche transcurrió con normalidad, y los números de rating fueron un poco más bajos que la semana anterior. El talento que se disfruta arriba del escenario es muy destacado, pero en el detrás de escena del programa comenzaron los reproches porque "el jurado no se pone la camiseta del ciclo. Tenemos que remar todos", era el comentario por los pasillos. Si alguien rema es el conductor, a quien se ve que disfruta su labor y se emociona con los participantes.
Son muy llamativas estas rotaciones. Por ejemplo, en el caso del Bailando son muy raras las ocasiones en que un jurado falta y cuando eso pasa es por algo muy puntual. Sin ir más lejos, Marcelo Polino trabajó hasta el día martes inclusive, teniendo a su madre muy enferma que luego falleció, y ni aun así Marcelo dejó su silla. Las excepciones han sido muy pocas como Pampita o Flor Peña por temas de teatro. Es más, fue muy comentado cuando a Laurita Fernández no la dejaron faltar para recibir su premio ACE por Sugar. La actriz y bailarina se perdió ese momento por tener que cumplir como corresponde con su tarea en el programa de Tinelli.
"No nos dejan faltar nunca, y estos no vienen a trabajar jamás", se escuchó decir a un integrante del jurado del Bailando con respecto a lo que pasa en Genios de la Argentina.
Pero la hecatombe final se desató el jueves 16 de mayo, cuando al comenzar la quinta emisión de Genios se dijo que tal vez no seguía dos días a la semana. Y quizás pasaba a verse solamente los viernes. En ese programa el tema del jurado volvió a ser un detonante, y nuevamente se modificó el armado. Patricia Sosa estuvo, que hasta ahora no faltó nunca, algo que tendría que ser normal, pero que llama la atención, porque en seis programas, el jurado original participó todo junto el día del estreno del segmento. También estuvo Oscar Mediavilla, Guillermina Valdes, que a esta altura es más titular que suplente y se ganó un lugar propio en el tribunal de talentos. Y la sorpresa llegó con la inclusión de Sofía Morandi. La ganadora del Bailando 2018 e instagramer ocupó la cuarta silla, la que pertenece a Valeria Lynch. Por lo tanto, de los elegidos para este programa, había solo una integrante y el resto eran reemplazos, todos talentosos, pero reemplazos al fin.
El viernes 17 el jurado de Genios fue el mismo de la noche anterior y en esta ocasión Marcelo Tinelli, con su gracia e ironía de siempre, empezó a pasar facturas al aire. Cuando la primera participante de la noche dijo que cantaba canciones de Valeria Lynch, el conductor disparó sin anestesia: "Justo hoy no está", dejando más que claro el fastidio y con razón, que tiene como cabeza del ciclo por las repetidas ausencias del jurado.
El escándalo ya está instalado, la bronca por los que no vienen es tema de conversación en la productora. Los jurados del Bailando sienten que son un papelón los faltazos de los jurados de Genios y nadie puede explicar cómo puede ser que un programa que tiene seis emisiones al aire ya tenga tantas ausencias.
Para ser gráficos y para que se entienda bien cuál es el fastidio por la "fuga de jurados", solo hace falta repasar el fixture del programa desde su estreno: de seis programas Patricia Sosa estuvo en seis, Guillermina Valdes en 5, Oscar Mediavilla en 4, Valeria Lynch 3, Los Pimpinela y Sofía Morandi en 2.
El supuesto jurado titular que debutó con el formato estuvo solo en el primer programa, el resto de los envíos hubo que reemplazarlos por otras figuras. El público siente que no hay compromiso con su función y lo peor es la desilusión de los artistas que se suben al escenario y esperan ver a sus ídolos para recibir una devolución y no los ven. Una situación que los miembros del tribunal mediático tendrían que replantearse y que resulta absolutamente inédita en este tipo de formatos, en los cuales los jurados son siempre los mismos, de principio a fin.
SEGUÍ LEYENDO