"No se va, Banana no se va". La gente clamaba a los gritos en Diversión de Quilmes y Los Del Fuego tenían que volver a aparecer. Corría el año 2011 y las cámaras del canal América registraban el fenómeno del grupo santafesino para su programa Vidas Paralelas. Ocho años después, sus fans en todo el país exclaman lo mismo: "Banana no se va". Juan Carlos Banana Mascheroni falleció esta madrugada durante una presentación en Avellaneda y, aunque no era de ahí, jugaba de local. Como tantas otras veces, la zona sur del Conurbano bonaerense fue importante en su vida. Y en su muerte.
"Vamos a tratar de comportarnos bien así no dicen que la música nuestra es música de negros", decía Mascheroni, dando inicio a ese show televisado con una bajada de línea para entendidos. Para los que, como él, no nacieron en cuna de oro y tienen que demostrar a cada paso que valen. Fumando un pucho, manejando su auto, Banana llegaba a los bailes como cualquier otro, pese a que ya era un ídolo.
Las bandas de cumbia más jóvenes lo reconocen como una influencia, reyes de la cumbia santafesina a la par de Los Palmeras, llegaron a madurar con el cariño de la gente y el reconocimiento de los colegas. Poco después de que se conoció la noticia de su muerte, Pablo Lescano, líder de Damas Gratis escribió en Twitter: "Buen viaje, ¡pico y pala fantasma!". Seguido a eso, el video del tema "Ojalá", ese que dice "ojalá por lo menos, que me lleve la muerte, para no verte tanto, para no verte siempre".
Banana sabía que era querido y seguido. "Llegué a tener 800 mil fans en todo el país, se los pasé a La Nueva Luna, después a Damas Gratis", contó en una entrevista hecha por la radio Aire de Santa Fe en 2017. Por esos días, el cantante se recuperaba de un susto grande y empezaba a tomar conciencia de su vida agitada: "Tuve un infarto y vine destruido, ya no podía más. Esto es producto de no darle el cuidado que uno tiene que darle realmente al cuerpo, uno cree que nunca va a sufrir ningún tipo de lesiones corporales y esto es de los tantos viajes… La familia cerca ayuda y esto los hace recapacitar también a ellos, no creer que uno es un súper hombre, somos seres humanos".
En ese mismo móvil para la radio de su provincia, Banana tomaba lo que le estaba pasando como un llamado de atención. "Esto me va a hacer bajar un cambio… No creo que un cambio, varios cambios. Lo que tiene que cambiar es la forma de vivir, vivir más tranquilo, sin sobresaltos, pensando siempre en la familia. Tengo una familia muy numerosa, están todos dando vueltas alrededor mío. Tiene que llegar un momento como el que me pasó a mí para hacerlo recapacitar a uno y no tomar la vida a las disparadas", reflexionaba.
Pese a esta actitud aparentemente pacífica, Mascheroni seguía pidiendo guerra. Dicen que durante esos días en el hospital se cambió varias veces, llamó a su esposa Norma porque se quería ir antes de que le den el alta. Y de ahí, de gira. Su entusiasmo era mayor que sus miedos, porque como le dijo a la radio de Santa Fe, él sabía perfectamente que después de haber sido víctima de un ACV, y haber estado internado por un pico de estrés y un infarto, tenía que aminorar la marcha: "Los médicos dicen que tengo prácticamente todas las arterias tapadas. Fui un fumador desde los 14 años y aparte algunas otras cosas que uno ha digerido, pero son etapas de la vida, son cosas juzgadas… Ahora uno trata de ver las criaturas como van creciendo, mis nietos, mis hijos… Y uno trata de llevarlo lo mejor posible".
Marcela Baños, representante histórica de la movida tropical, explicaba en ese programa de América por qué creía que Los Del Fuego pegaban tanto en la gente: "Es una banda popular y la gente se identifica, y es por el carisma que tiene Banana. Él dice 'ay' y la gente se pone como loca. Es un sentimiento popular. Y hacen covers, son atrevidos". Con más de 30 discos en su haber, Los Del Fuego se especializaron en hacer versiones de clásicos del rock y del reggae como "Persiana americana" (Soda Stereo), "Could you be loved" (Bob Marley) y "Un día sin ti" (Roxette), entre otros desfachatados homenajes que salían muy bien y que eran asimilados inmediatamente por otros públicos que no eran precisamente el de la cumbia.
Banana siempre fue picante, de coquetear con los excesos y caminar por los bordes de la ley. En febrero de 2016 un confuso episodio lo tuvo por protagonista, cuando fue detenido en Vicente López por manejar una camioneta que había sido robada en Quilmes. Según la agencia de noticias Télam, el cantante no se inmutó frente a los policías. "¿No me conocen? Soy Banana", les habría dicho mientras se lo llevaban a la seccional, después de descubrir que portaba una pistola calibre 9 milímetros, limada y rodeada de municiones, adentro de la guantera.
Los Del Fuego se convirtió, con los años, en uno de los grupos favoritos de Diego Maradona. El Diez y su familia disfrutaban de su música e inclusive llegaron a contratarlos para gozar de un show privado, en Año Nuevo de 2016, poco antes de la detención de Banana en zona norte. Esa noche, junto a la entonces novia de Diego, Rocío Oliva, su hija Jana y los abogados Matías Morla y Víctor Stinfale, los santafesinos cantaron, hicieron cantar, y se sacaron fotos en lo que fue un sueño cumplido para ambas partes.
Juan Carlos Banana Mascheroni murió mientras cantaba, rodeado de su banda y de fans que bailaban al ritmo de su música. El video que circuló en redes muestra un momento alegre que quedará para siempre en los corazones de sus fanáticos y de los que alguna vez fueron felices con sus canciones. La última mueca de Banana, antes de caer desvanecido y de ser trasladado al Hospital Fiorito, es una sonrisa. Como en el tema "Jurabas tú", himno en los bailes y en las canchas, Banana se fue, a los 58 años, diciendo: "De mí, todo tenías, tenías mi amor". Y también sus canciones.
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