"Creo que el éxito va por lo que uno piensa que es el éxito. Para mí, el éxito es mi familia. El éxito laboral hay que disfrutarlo, pero después se termina y cada uno vuelve a su casa. No hay que olvidarse de eso", advierte Luisana Lopilato.
La actriz, que en este sábado 18 de mayo está cumpliendo 32 años, comenzó siendo una niña prodigio en Chiquitas, de la mano de Cris Morena. Y conoció las mieles de la fama precoz con éxitos internacionales como Rebelde Way (la banda surgida del programa, Erreway) y Alma pirata, para luego seguir cosechando logros con Casados con hijos, entre otras tantas ficciones.
Nacida en el seno de una familia religiosa compuesta por su madre, Betty, su padre, Eduardo, y sus dos hermanos mayores (la nutricionista Daniela, y su gran compinche, Darío Lopilato), Luisana nunca se la creyó. Por el contrario, siempre mantuvo los pies sobre la tierra y tuvo muy en claro que lo más importante de su vida era lo que pasaba puertas adentro de su hogar.
Por eso, cuando después de algunos noviazgos que no llegaron a buen puerto (Felipe Colombo, Mariano Martínez, Pico Mónaco y algunos más), se enamoró del cantante canadiense Michael Bublé, quien profesa el evangelismo al igual que ella. Y Lopilato no dudó en abandonar el país dispuesta a formar su propia familia. Y el mundo entero se rindió a los pies de esta pareja, que hoy disfruta de tres hijos maravillosos: Noah (cinco años), Elías (tres) y Vida (10 meses).
"Estoy muy contenta. Venía de tener dos hijos varoncitos y tenía ganas de tener una nena -dijo Luisana a poco de dar a luz a su bebita-. Pero si se venía otro varón hubiese estado muy bien también. Soy mamá y siempre sentí que soy mamá de varones, así que cuando me enteré que venía una nena me quedé sorprendida".
A pesar de haber logrado el éxito familiar que tanto añoraba, Luisana tuvo que pasar por una situación límite en la que todo su mundo pareció derrumbarse. En 2016 su hijo mayor fue diagnosticado con cáncer de hígado. "Estamos devastados", dijeron la actriz y su marido en ese momento. Y dejaron todos sus trabajos de lado para instalarse en Los Ángeles, Estados Unidos, donde el pequeño Noah comenzó un tratamiento.
Inmediatamente después de escuchar el diagnóstico, Luisana suspendió el rodaje de Los que aman odian, película que estaba filmando en Buenos Aires, y Bublé canceló todos sus conciertos para dedicarse de lleno a Noah, que por entonces tenía apenas 3 años de edad. Ambos se acostumbraron a convivir con el miedo, aunque nunca perdieron la fe.
Las cadenas de oraciones y la excelencia médica dieron sus frutos, ya que ocurrió el milagro. Luego de cuatro meses de un tratamiento específico, Luisana le comunicó a su familia la feliz noticia: "Noah está libre de cáncer". Recién entonces la paz volvió al corazón de la actriz, quien -al igual que su esposo- de a poco los compromisos laborales.
Cuando yo me caía, mi madre me decía: ‘Levantate, tu hijo va a estar bien’
"Lo único que me sacó adelante y me hizo estar fuerte en todos los momentos fue la fe, pensar que se iba a curar, y estar positiva. Y no hay noche en la que me vaya a dormir y no le pida a Dios, porque es un proceso largo", dijo Luisana cuando ya lo peor había pasado y todos pudieron regresar a su hogar en Vancouver, Canadá.
Con esta dura prueba que le puso la vida, Luisana terminó de confirmar lo que siempre había pensado. "Cuando recibimos la noticia, decidimos llevar a Noah a atenderse en Los Ángeles, dónde Michael conoce a oncólogos. Su familia dejó todo para acompañarnos y de mi familia viajaron todos. Cuando yo me caía, mi madre me decía: 'Levantate, tu hijo va a estar bien'. Eso me sirvió para darme cuenta de que lo más importante es mi familia".
Hoy, finalmente Luisana puede celebrar su cumpleaños feliz. El éxito laboral la sigue acompañando tanto a ella, que el año pasado regresó al cine con Perdida, como a su marido, quien volvió a los escenarios con nuevo disco, Love (que contiene una canción dedicada a su mujer). Pero sobre todas las cosas, puede disfrutar del amor de los suyos. Y eso es lo que más le importa.
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