"La Bamba" de Ritchie Valens interpretado por Lou Diamond Phillips en la película homónima (Video: YouTube)
Una poca, o más bien mucha, de gracia tenía Ritchie Valens, el cantante que con nada más que 17 años convirtió en éxito el tema de origen mexicano.
"Para bailar La Bamba,
Para bailar La Bamba,
Se necesita una poca de gracia,
Una poca de gracia,
Para mí, para ti, ay arriba, ay arriba,
Ay, arriba arriba,
Por ti seré, por ti seré, por ti seré"
Pasaron sesenta años de su muerte pero "La Bamba", la canción que lo llevó al estrellato (y viceversa) aún sigue sonando y hasta los millennials la conocen. Sin embargo, el músico californiano disfrutó durante nada más que un par de meses del éxito.
Nacido hace exactamente 78 años, Ricardo Valenzuela, como realmente se llamaba, murió, producto del azar, en un accidente aéreo cuando tenía nada más que 17. De raíces mexicanas, el músico nacido en Los Ángeles fue uno de los pioneros en tocar rock and roll en español y la fecha de su partida se hizo famosa como "el día que murió la música".
A los cinco años aprendió a tocar la guitarra con su papá, pero el primer golpe de suerte lo tuvo a los 16, cuando el líder y vocalista de la banda en la que tocaba, The Silhouettes, no pudo asistir a un show y él tomó su lugar. El segundo fue un año más tarde, cuando lo descubrió Bob Keane propietario de la firma Del-Fi Records.
Seguramente tuvo mucho más que "una poca de gracia" porque apenas el productor lo escuchó, lo eligió. Incluso habría sido su productor quien le propuso cuando hacían su primer LP, realizar su versión de la canción de origen mexicano, hasta ese momento poco conocida en los Estados Unidos.
De inmediato lanzó con gran éxito su primer disco que llevaba su nombre e incluía "Come on Let's Go", "Donna" y "La Bamba". Contrariamente a lo que se cree, el último no fue el tema que más escaló en el ranking estadounidense Billboard, sino el segundo, que llegó al puesto dos.
A cara o seca
Su final fue tan prematuro como inesperado y azaroso. En medio de la gira Winter Dance Party el micro en el que los músicos viajaban se rompió y decidieron trasladarse en avión, pero solo había tres plazas. Para definir quién viajaría, (Buddy Holly y "The Big Bopper" ya tenían su lugar reservado), Ritchie tiró la moneda con su colega Tommy Allsup y ganó… o perdió.
"Donna"de Ritchie Valens interpretado por Lou Diamond Phillips en la película La Bamba (Video:Youtube)
El 3 de febrero, al poco tiempo de despegar, en medio de una tormenta de nieve, la avioneta se estrelló en Iowa. Todos los pasajeros murieron: Valens, los músicos Buddy Holly y "The Big Bopper" y el piloto Roger Peterson. Ninguno de los cuatro llegaba a los treinta años.
Años más tarde, aquella triste fecha fue agendada en los calendarios estadounidenses como "el día que murió la música".
La ola de desgracias en el mundo del rock en el país del norte continuó y un año más tarde el músico Eddie Cochran, que le había dedicado el tema "Three Stars" ("Tres estrellas") a sus tres colegas, falleció en un accidente automovilístico.
Desde ese momento Ritchie se convirtió en leyenda, figura que se exacerbó aún más con el estreno de su película biográfica en 1987, La Bamba, en honor al tema que lo hizo famoso, protagonizada por Lou Diamond Phillips.
Para bailar La Bamba…
"Come On, Let's Go" y "Donna", la canción que entonó por primera vez al teléfono cuando hablaba con su novia, son algunos de sus hits. Aunque no hay dudas de que "La Bamba" fue su caballito de batalla y podría decirse que la canción le dio tanto a él, como él a ella.
Valens disfrutó nada más que dos meses del tema, ya que lo lanzó en noviembre de 1958. Hasta ese momento, la canción de origen mexicano se reducía a su geografía, particularmente en el estado de Veracruz.
Se desconoce quién es el autor de La Bamba y cuándo la escribió, pero el músico fallecido a los 17 años fue el que la presentó al mundo, luego de tener la genial idea de ponerle su toque con ritmo de rock and roll, haciéndola ingresar al ranking Billboard.
Hoy, decir "La Bamba" es sinónimo de Valens y la canción bailable y de ritmo y letra pegadizas hace que el recuerdo del músico esté presente, a pesar del paso del tiempo y de lo fugaz que fue su carrera.
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