Lo mejor y lo peor de la vuelta de Marcelo Tinelli a la televisión, con los 30 años de "ShowMatch"

Repaso de un programa que fue un especial en sí mismo. La emoción del conductor y los grandes momentos de una noche ideal para nostálgicos

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¡Que comience el show! Marcelo
¡Que comience el show! Marcelo Tinelli, al frente de un ciclo donde volvió a brillar el humor (Foto: Prensa LaFlia)

En los acontecimientos artísticos -televisión, cine, pero sobre todo en el teatro- la convención es todo. Convención es jugar a que eso que sucede frente a nuestros ojos es cierto y por ende, implicarnos en ello con entrega a la verdad, aunque sepamos que no lo sea. Cuando uno va al teatro comete acaso el mayor acto de fe posible: paga por adelantado algo que aún no vio para sentarse al lado de alguien que no conoce y para creer que eso que sucede sobre un escenario, está sucediendo en verdad. Eso se llama convención. Convenimos entre las partes que el hecho artístico es una realidad.

En la noche del lunes, con el debut de ShowMatch, la convención nos invitó a festejar 30 años que, en rigor, son 29. Marcelo Tinelli debutó en televisión como conductor de VideoMatch en Telefe en 1990, y estamos en 2019. Y no son 30 temporadas consecutivas porque en 2013 no hizo televisión. Por lo tanto, anoche la convención y el simbolismo, si se quiere, permitieron que un montón de ex compañeros de trabajo se junten, que la gente lo festeje con ellos desde su casa, y que además se explique lo que el propio Tinelli significa para la televisión: si Marcelo dice que son 30, son 30.

Dejando de lado los tecnicismos matemáticos, vayamos a los hechos20 puntos de rating -hoy un número imposible en la televisión en la que Tinelli supo llegar a más del doble- encontraron a un conductor emocionado como nunca antes en pantalla, movilizado por el reencuentro, la evocación y el festejo. Por la palabra de sus hijos hablando de él como papá en primera persona. Y también por el recuerdo a los integrantes de su equipo que ya no están, dando el puntapié en un año lleno de simbolismos.

Lo que se vio al aire fue una fiesta de cumpleaños televisada; quizás más para el adentro que para el afuera, con un Tinelli inusualmente muy extenso. Su largo discurso fue el pico de rating y entonces se sintió habilitado a una larga enumeración de personas, momentos, anécdotas, agradecimientos y evocaciones públicas que no fueron un gran hecho televisivo pero que igual eran magnéticas para quienes lo veíamos.

El emotivo clip de los hijos de Marcelo Tinelli (Video: "ShowMatch", El Trece)

La fiesta de cumpleaños había empezado antes con un montón de gente bailando en coreografías y puestas en escena que recordaban distintos momentos del ciclo en sus tres décadas (incluso de Ritmo de la Noche, que no es propiamente ShowMatch), y que quizás resultaron mucho menos vistosas que aperturas de años anteriores. No hubo bailarines en el Obelisco ni grúas en altura, ni 300 jóvenes alocados colmando la pista. Más austero pero con mucho más corazón, se notó que este año el objetivo era otro, mucho más cuando la última apertura había sido en septiembre pasado.

Las 17 voces femeninas marcaron el hito más alto del programa; sus enormes voces con las canciones emblemáticas del ciclo emocionaron y fueron pura virtud. Sobre todo al ver mezcladas generaciones y estilos. Rocío Quiroz, flamante figura en ascenso del mundo tropical, emparentada con Marcela Morelo. Adriana Varela, un poco perdida en la inmensidad pero no por eso sin su enorme y potente voz, a la par de Melina Lezcano o Lelé Tinelli. Los registros vocales de Sandra Mihanovich, Patricia Sosa, Valeria Lynch y Celeste Carballo, la carismática Fabiana Cantilo; todas hechas una sola, en un bello momento televisivo.

El musical de las 17 cantantes, uno de los grandes momentos de la noche (Video: "ShowMatch", El Trece)

Las nuevas generaciones que ven a Tinelli anoche se quedaron un poco afuera. Fue un programa para nostálgicos y seguidores de la vieja guardia. Ese público de youtubers, adolescentes fanáticos, instagrameros y locos por las redes sociales, esos que lo siguen en las plataformas digitales, anoche se aburrieron un poco. Estaba lleno de dinosaurios que en su mayoría no conocen, y los sketches de humor (reactualizados) no les causaron tanta gracia como a los que vimos su época de oro y volvimos a reír como en aquel entonces.

Lo de Deportes en el recuerdo fue a todas luces maravilloso. No solo por la idea de contar la historia de Mauricio y Cristino emulando la grieta nacional de la política -llamada aquí familia Democraci– sino por lo desopilante del guión que permitió revalidar títulos y comprobar cómo la factoría Tinelli fue una usina de talentosos humoristas, actores y guionistas, productores y periodistas, que un buen día tuvieron que marchar con sus petates en busca de su destino porque el baile medía más que el humor. Y que pese a todo agradecieron con su presencia la enorme popularidad que el ciclo les dio, y la puerta laboral que significó para la mayoría de ellos.

Marcelo Tinelli, emocionado; atrás, los
Marcelo Tinelli, emocionado; atrás, los integrantes de la vieja guardia (Foto: Prensa LaFlia)

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